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REGRESO A LAS TABLAS

El grupo de Actores de Colombia recupera para el teatro la sala del Santa Fe y sueña con vivir de las taquillas.

20 de julio de 1987


En una época en la que todo se quiebra, y en la que, por mandato oficial, la cultura fue soltada de la mano protectora del Estado, resulta curioso que una docena de veteranos actores de la televisión se reúna para fundar un grupo de teatro, y además se atreva a buscar una sala propia, pretendiendo vivir de las taquillas.

La idea venía perfilándose desde 1985, cuando el grupo Teatro Actores de Colombia, que dirige Jaime Arturo Gómez, montó con éxito "La casa de Bernarda Alba", de Federico García Lorca, y quiso continuar con lo que inicialmente aparentaba ser un experimento más de los amantes del arte escénico en Colombia. Pero el problema, como siempre, fue la escasez de recursos económicos. Por eso el grupo paró casi dos años ante la ausencia de una sala propia, hasta que a principios de este año se decidió a proponerle a la Comunidad de los Salvatorianos, propietarios del teatro Santa Fe, que rescataran la tradicional sala de cine de los bogotanos, pero para convertirla en un cómodo escenario de teatro, sala de conciertos y recinto para conferencias.

La comunidad aceptó, y los Actores de Colombia, acostumbrados a la comodidad de los estudios de televisión, se pusieron el overol para resanar y echar pañete entre ensayo y ensayo de "Tartufo", obra con la que reinauguraron el Santa Fe. Pintaron por dentro y por fuera, construyeron una tramoya, hicieron camerinos, dotaron la sala de luces adecuadas, ampliaron el tablado y dispusieron las filas para dar cabida a 400 espectadores, con una inversión bastante alta que salió de sus propios bolsillos.

Taquillas contra la quiebra
Ahora el desafío es vivir de las taquillas, no sólo para recuperar la inversión inicial, sino también para consolidar un grupo estable que pueda dedicarse de lleno al arte escénico. "Aunque empezamos con un poco de temor afirma Jaime Arturo Gómez, el público ha respondido maravillosamente. Realmente uno se da cuenta de que en Colombia ya se empieza a mirar el teatro con seriedad; ahora la gente lo incluye entre sus espectáculos con relativa frecuencia. La idea de que el teatro era para un grupo reducido de bohemios está pasando de moda" .

Pero por lo pronto, mientras se afianza un poco más la aventura de enfrentarse a la quiebra de la cultura, se requerirá una buena dosis de físico amor al arte para que las cosas progresen. Sobre todo cuando los grupos, como es el caso de Actores de Colombia, se componen de veteranos de la TV. "No es fácil dejar de lado la televisión o el cine, que ofrecen excelentes garantías económicas, para dedicarse todas las noches al poco rentable arte del teatro. Claro que es ahí precisamente donde se encuentra la raíz de cualquier actividad escénica, donde más se aprende, donde mejor se siente la respuesta del público", anota el director.

Y para rematar la aventura, decidieron hacer el estreno con la mil veces montada "Tartufo", de Moliere. Por fortuna para ellos los hipócritas y los falsos devotos de los que se burló el dramaturgo parisino hace más de tres siglos continúan vigentes, y por lo tanto la farsa jamás pasa de moda. Y ahí aparece, frente a los gobelinos del siglo XVII, Cristina Penagos, La Amistá de "El Chinche", en una excelente caracterización de la poco prudente criada de Orgón y Madame Elmira, que a su vez están representados por Mario García y Rosita Alonso, Hugo Gómez, que se empelucó para hacer las veces de Tartufo, con bastante tino, y Hugo Nelson, que debió empolvarse y rellenarse el pecho para caracterizar a la inaguantable Madame Pernelle, entre otros.

Y mientras descansan los actores que representan la obra que fue prohibida en su primera época por el rey, el arzobispo de París y el presidente del Parlamento, el Teatrino de Don Eloy se toma el escenario los domingos para llevar al público infantil "El gato con botas", y eventualmente los grupos de concertinos.--