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Rossini para todos

Con el ánimo de inculcar clásicos teatrales a los centros comunitarios de Bogotá la Fundación Opera Teatro estrena ‘El barbero de Sevilla’.

20 de marzo de 2000

La historia que vamos a ver no tiene, lastimosamente para muchos, sexo y violencia... la historia es muy simple. Un joven que se quiere cuadrar una muchacha pero no sabe cómo. Le pide ayuda a un amigo para que lo asesore en el cruce. El padrastro de la muchacha se opone porque se ha gastado la dote de ella, en fin... Imagínese: 1765, una plaza en Sevilla en el hermoso y acogedor barrio de Triana. En esa casa vive la mujer de nuestra historia y el joven ataca de la manera más tradicional: dándole una serenata”. Así introduce Beaumarchais la obra ‘El barbero de Sevilla’ al público de varios centros comunitarios de Bogotá, poco acostumbrados a recibir este tipo de espectáculos dedicados casi siempre a la élite del país.

En el empeño de ofrecer un carácter didáctico, Beaumarchais (Sergio Gómez) se encarga desde el principio de contextualizar a los espectadores acerca de la procedencia de la obra, la figura de Rossini y la historia de amor que está a punto de desarrollarse. Es así como uno de los más importantes clásicos del teatro se desenvuelve de tal forma que no hay manera de escapar al encanto del montaje, no sólo por la sencillez sino por la impactante representación de los actores.

Este el resultado de un proyecto que presentó ‘La Fundación Opera Estudio’ a la convocatoria Imaginación en el Umbral del Instituto Distrital de Cultura y Turismo a finales del año pasado, la cual promovía este tipo de montajes. El barbero de Sevilla o el Amor metálico, como han decidido llamarlo los integrantes de la Fundación, estuvo seleccionado en el grupo de cinco trabajos, entre más de 50 participantes, que escogió el jurado conformado por el crítico de arte Miguel González, el dramaturgo Jorge Alí Triana y el director del Taller de Opera de Manizales, Nelson Monroy.

Uno de los aspectos más llamativos de la obra es el trabajo que hizo José Antonio Moreno con la escenografía, elaborada con piezas de diferentes materiales sustentados en una estructura metálica móvil que permite, en cuestión de segundos, pasar de ser la casa del ‘régimen’ de Don Bartolo a convertirse en otro escenario del tradicional barrio sevillano. Dos pianos se constituyen en el acompañamiento musical de los actores que encarnan esta moderna versión del Barbero, obra propia del siglo XVIII. El espectáculo se presentará en los centros comunitarios de Lourdes, La Victoria y Servitá.