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SOLO CINE

Al llegar esta semana a su edición trigésima novena, el Festival de Cine de Cannes deja a un lado la política y se dedica exclusivamente a lo cinematográfico.

2 de junio de 1986

Si alguien duda del significado que el Festival de Cannes encierra para el cine, como arte y como industria, sólo tiene que mirar los títulos y los nombres de los realizadores de las películas que durante doce días, a partir de este jueves 8 de mayo, serán exhibidas en 25 salas para un total de mil quinientas proyecciones y un público calculado en quince mil personas, entre aficionados, productores, compradores, estrellas y directores quienes, a pesar de la aureola socialista que inútilmente el ministro de la Cultura francesa, Jack Lang, ha tratado de imponerle al certamen, tienen que mezclarse con las muchachas que desnudan los senos ante los fotógrafos o se lanzan a los pies de los idolos, buscando publicidad.
Sin el carácter político de los festivales de Moscú y La Habana, ni el aire intelectual de los de Nueva York, Berlín y Chicago, sin la buena comida de San Sebastián, ni la sofisticación y amplitud comercial del Mercado de Los Angeles o el "Mifed" de Milán, sin la aureola del Festival de Venecia, ni las extravagancias de Rio, Cannes llega a su edición número 39 con lo que algunos consideran el grupo de películas y personalidades más brillante en mucho tiempo: actores como Sam Shepard, Kim Bassinger, Christopher Lambert, Jon Voight, Gerard Depardieu, Michel Blanc y Charlotte Rampling, directores como Robert Altman, Martin Scorsese, Steven Spielberg, Claude Lelouch, Carlos Saura, Woody Allen y Roman Polanski, con cuya película "Los piratas" se abre el festival.
Latinoamérica que el año anterior tuvo dos premios importantes con " Oriana" de la venezolana Fina Torres y "Cóndores no entierran todos los días" de Francisco Norden, además del galardón a Norma Aleandro por "Historia oficial", tiene este año películas de Argentina, Brasil, Cuba y Colombia, con Eu Sei que Vou te Amar de Arnaldo Jabor, " Pobre Mariposa" de Raúl de la Torre, "Quinoscopio" del cubano Juan Padrón y "San Antoñito" de Pepe Sánchez, esta última dentro de la Semana de la Crítica. Sánchez,.quien actualmente dirige dos seriales en la televisión colombiana, "El Chinche" y "Vivir la vida", fue asistente de Miguel Littin durante el rodaje de "El Chacal de Nahueltoro", protagonista de numerosas telenovelas y series ("La tregua" es quizás la más destacada), y realizador de documentales y otros trabajos para cine y televisión, dirigió "San Antoñito" sobre una historia de Tomás Carrasquilla, en cuatro capítulos de media hora cada uno, en el espacio que Focine tiene los miércoles a las diez y media de la noche por la Primera Cadena de televisión.
En esta ocasión nadie saldrá defraudado en un escenario donde en anos anteriores se vivieron tensos momentos como reflejo de la política y los problemas de orden público en Francia. Atrás han quedado las batallas campales encabezadas por estudiantes y espectadores disgustados por las películas de algunos realizadores (sobre todo de Jean Luc Godard), trenzándose en peleas cuerpo a cuerpo con los mismos directores y destrozando algunas butacas. Ahora se presentan películas tan importantes como "Locos por el amor" de Robert Altman (sobre la pieza teatral de Sam Shepard, quien también la protagoniza), Tenue de Soireé del francés Bertrand Blier,"Boris Godunov" de Serguei Bondarchuk, "Therése" de Alain Cavalier, "Te quiero" de Marco Ferreri, Down Bay Law de Jim Jarmusch, norteamericano (hace dos años este joven realizador impactó a todos con su película Stranger than Paradise), " Ricochets", del israelí Elie Cohen, Desert Bloom del norteamericano Eugene Corr, "Laputa" del alemán Sanders-Brahms y una película china, "Amanecer" de Yo Ben Zheng, entre las que compiten por el Palmarés, el premio principal, y otras secciones.
Dentro del festival, aparte de esa muestra oficial que será juzgada por un grupo presidido por el director norteamericano Sidney Pollack (el mismo de "Africa mía"), y formado por la brasilera Sonia Braga, el realizador filipino Lino Brocka, el italiano Tonino Delli Colli, el critico británico Philip French, el productor francés Alexander Minouchkine, la guionista francesa Danielle Thompson, el decorador Alexander Trauner y el director húngaro Istvan Szabo, el mismo de "Coronel Redl" y "Mephisto"), habrá sendos homenajes a Orson Welles y Simone Signoret quienes murieron el año anterior.
Los últimos nueve años del festival reflejan las distintas corrientes que se han impuesto en el cine mundial. En 1976 con "Padre Padrone" de los hermanos Taviani (Rosellini estaba en el jurado y peleó para que la premiaran); "Adele H." de Truffaut y la aparición de un nuevo director, Ridley Scott, con "Los duelistas"; en 1977 con "El imperio de los sentidos"; en 1978 con "El árbol de los zuecos" de Olmi, "La luna" de Bertolucci, "Niña bonita" de Louis Malle; en 1979 con "Apocalipsis" de Coppola y "El tambor de hojalata" de Scholondorff; en 1980 con "Kagemusha" y All that Jazz; en 1981 con "El hombre de hierro" de Wajda y "Excalibur" de Boorman; en 1982, con Gabriel García Márquez en el jurado, ganó "Missing" de CostaGavras y "Fitzcarraldo" asombró a todos. En ese festival tuvo lugar el legendario encuentro entre el narrador colombiano y el alemán Werner Herzog, cuando éste le pidió al otro los derechos para filmar "Cien años de soledad" y el escritor le respondió: "Ya lo filmaste". En 1983 hubo un escándalo porque la hija de Jack Lang aparecía en una película premiada, "El dinero" de Robert Bresson y ese año la mejor fue "La balada de Narayama". En 1984 se presentó la agonía con "Paris, Texas" de Win Wenders, murió Truffaut y Sergio Leone exhibió "Erase una vez en América". El año pasado la sorpresa fue "Cuando papá estaba en viaje de negocios". Ahí está la evolución del cine, con sus escuelas, con sus obsesiones y con un festival donde al lado de Godard y su película hermosa sobre la Virgen, aparece una señora llamada Terry Williams con sus senos enormes al sol, captados desde todos los ángulos por los fotógrafos sucios de arena y muertos de sueño.