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SOSPECHOSOS DE SIEMPRE

La ganadora del Oscar a mejor guión original el año pasado es también la mejor película de suspenso de la temporada.

22 de septiembre de 1997

Director: Bryan Singer Protagonistas: Gabriel Baldwin, Kevin Spacey, Stephen Baldwin, Kevin Pollack, Chazz Palminteri, Pete Postlethwaite no ha cumplido todavía los 30 años y ya el director Bryan Singer se está erigiendo en una de las grandes promesas del cine independiente estadounidense. Su primera película, Acceso público, ganó el premio del gran jurado del Festival de Cine de Sundance en 1993, y su segunda realización, Sospechosos de siempre, sorprendió a los especialistas al llevarse dos premios Oscar el año pasado, uno al mejor guión original y otro al mejor actor de reparto: Kevin Spacey. Construida a la manera de sucesivos retornos en el tiempo, la cinta narra la travesía de un agente de aduanas en su afán por reconstruir y aclarar el caso de un extraño asalto que termina con la explosión de un buque y la masacre de numerosos policías y civiles. El agente, interpretado por Chazz Palminteri, ha logrado reunir a varios sospechosos, pero sobre todo cuenta con un testigo minusválido (Spacey) que sobrevivió al atentado y prácticamente es el único enlace entre las autoridades y el posible agresor, un monstruoso y mítico personaje de nombre Keyser Sose. Con base en un guión tan meticuloso como intrigante, Sospechosos de siempre utiliza las virtudes clásicas del suspenso, conectando al espectador con una historia que tiene más de una mirada, más de una forma de reconstrucción en su viaje al desenlace. La acertada narración, unida a una buena dirección actoral y una edición ágil, hacen de la película uno de los dramas de suspenso más interesantes de los últimos años, y de paso sirve para reivindicar un género que no pasa precisamente por sus mejores momentos.