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SU MAJESTAD LA SEÑORA BROWN

La historia de la reina Victoria de Inglaterra y su fiel sirviente escocés.

5 de octubre de 1998

Director: John Madden Protagonistas: Judi Dench, Billy Connolly, Geoffrey Palmer, Antony Sher, David Westhead No es una casualidad que la película se llame Mrs. Brown, a pesar de que se trate de la reina Victoria de Inglaterra y Brown sea en realidad el apellido de su sirviente más esmerado y sincero. El título obedece a los rumores que se desataron en la Corte alrededor de una posible relación inapropiada entre el servidor y su reina en un momento crucial de la historia de Gran Bretaña. Corría la década de 1860 y, tras el fallecimiento del rey Alberto de Inglaterra, su esposa Victoria, la viuda de Windsor, se hallaba en un estado de irreparable pesadumbre, apartada de sus deberes de gobierno justo en un instante en que se cocinaba en el Parlamento británico un proyecto de abolición de la monarquía. La cinta, dirigida por John Madden, narra la historia de cómo John Brown, un cazador escocés que se caracterizó por ser uno de los hombres más cercanos a Alberto, logró despertar el vigor de su majestad luego de haber sido llamado por el secretario privado de la reina como la última solución para la postración de la soberana. Pero aunque en un principio su labor sólo consistía en invitarla a retomar el ejercicio y los paseos a caballo, Brown se fue apropiando del espíritu de su dama hasta convertirse, contra viento y marea y en total rebelión contra los dictados de la norma, en un incondicional amigo que, incluso, se encargó de protegerla de las maledicencias de su propio hijo, el príncipe de Gales. El filme transcurre sobre un escenario espléndido y apoyado en la magnífica caracterización de Judi Dench en el papel de la reina Victoria. Su nostálgico trabajo le valió no sólo los aplausos de la crítica sino una candidatura al Oscar de este año en la categoría de mejor actriz. Igual de altivas, aunque más inadvertidas ante la opinión, resultan las actuaciones de Billy Connolly, en el papel de John Brown, y Antony Cher, en el del maquiavélico primer ministro de la reina. Lenta pero intensa y significativa, Su majestad, la señora Brown rastrea con inteligencia y discreción uno de los períodos más interesantes de la Gran Bretaña, el advenimiento de la modernidad, reflejado en los ojos de una de las mujeres más representativas del espíritu inglés del siglo XIX: la reina Victoria.