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Sus primeros pasitos

Muestra colectiva de artistas jóvenes en la Galería el Museo del Centro de Diseño Portobelo.

Por Fernando Gomez
3 de abril de 2000

QuE inauguración! El pequeño espacio —porque es pequeño— de la Galería El Museo, en el tercer piso del Centro de Diseño Portobelo, estuvo a punto, a punto de explotar. ¡Vaya viernes! La gente se saludaba y se tropezaba afuera con su inevitable vasito de limón con aguardiente. Adentro, los jóvenes artistas se paraban junto a sus obras y se dejaban felicitar por sus amigos, los padres de sus amigos y los asistentes habituales a este tipo de eventos... “¡Mira qué bien!”. Y todos felices a pesar de la ausencia de whisky o de vino tinto. No les hacía falta. Esto, tal vez, es lo más grande que les ha pasado en sus cortas carreras. Aunque no crean, hay una que otra fiera parda en esta exposición y, como sea, hacen notar su ambición y sus ganas incontrolables de estar en primera división. Junto a los grandes. De hecho, muchos ya se ven acomodando sus obras en la sede principal de El Museo que, para completar, al día siguiente inauguró una muestra titulada Pintura... Pintura con figuras como Fernando Botero, Ana Mercedes Hoyos, Grau, Roda, Beatriz González, Santiago Cárdenas y una buena gama de artistas que vienen con igual furia, y buenos resultados comerciales, una o dos generaciones más adelante: Luis Fernando Roldán, Carlos Salazar, José Horacio Martínez, Jaime Franco, Luz Helena Caballero, etc.

Pero bueno, volvamos a las divisiones inferiores de la Galería El Museo. La exposición, o mejor, el programa, el motivo de alboroto en el Centro de Diseño Portobelo se llama ‘Alternativas en proceso’. Y es una maravilla. O al menos eso dicen los que están metidos en el cuento. Porque todos son artistas menores de 30 años y la mayoría todavía recibe clases en la universidad. Y hasta ahora su única oportunidad de exponer se hallaba en los salones de arte joven, en los salones universitarios o en convocatorias de entidades públicas en las que, por supuesto, no se vende nada y el círculo de asistentes es extremadamente académico y cerrado, en cambio... ¡esto! ¡una galería! Ninguno de ellos lo tenía presupuestado. La noticia se ha propagado como un cáncer de piel sobre Bogotá. Nelly Peñaranda, la encargada de dirigir el proyecto, convocó a unos 35 artistas, les pidió su portafolio y que les contaran a otros colegas. El día de entrega los portafolios por poco se triplican. Hay hambre. Ganas. Muchos artistas. Y todos están dispuestos a jugar.

El programa se prolongará todo el año. Habrá una exposición cada cuatro semanas, y ésta, ¿qué tal salió? Por ser el comienzo, digamos que de una nueva era, de ‘renovación’, la idea era mostrar las diferentes opciones plásticas que maneja esta generación. Y hay objetos, como un par de collares hechos con agujas y una cortina de alfileres que, increíblemente, se acaricia como felpa. O pintura: algo de pop, o pospop, con un astronauta (todo indica que colombiano) pisando la Luna; o una Rana René vestida de maestro de escuela y dando clases de anatomía con un sapo abierto por la panza, o la pulcrísima propuesta de Leila Ali: cuatro obras que combinan hábilmente objetos y pintura. La lista podría seguir con un par de instalaciones, el video de Santiago Echeverry y detenerse en su majestad la fotografía. En especial con la obra de Ana Isabel Adarve, una serie de tres fotografías, de 150 centímetros x 40 que, manipuladas digitalmente, hablan de la ciudad y de las marcas que le pueden dejar a un ciudadano común y corriente.

Pero más allá de los logros que consiga cada uno de estos jovenzuelos, el punto más interesante de este programa es que le están dando paso a una generación que puede lograr cosas importantes. Finalmente, en Colombia, los artistas ‘jóvenes’ más exitosos, tipo María Teresa Corrales, Wilson Díaz o Delcy Morelos, tienen más de 30 años, todavía se califica de ‘jóvenes’ a Carlos Salas y a Luis Fernando Roldán, y ellos ya se acercan al medio siglo, y no falta el iluso que todavía califica o afirma con mucha autoridad que la pintura del maestro Grau sigue siendo ‘joven’. Dicen que el arte no tiene edad, pero vamos, Picasso hizo su primera exposición en París cuando tenía 19 años.