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TAN LEJOS...TAN CERCA

LA PROPUESTA EPICA DE FUEGO VERDE Y LA INTIMISTA DE GEMINIS ENTRAN A COMPETIR ESTA SEMANA POR LA AUDIENCIA.

20 de mayo de 1996

Los dramatizados colombianos se han vuelto los cronistas por excelencia de la actualidad nacional. Con muchos más receptores que los que permite la limitada circulación de los periódicos, el famélico cine nacional o las pequeñas salas del teatro, Colombia ha preferido discutirse a sí misma en el gran foro de la pantalla pequeña. Con un pie en los laberintos de la realidad y el otro en el vuelo libre de la imaginación, estas producciones han sabido encontrar, algunas más que otras, un equilibrio entre la diversión, la reflexión y el testimonio. Y los intereses de este género se han dividido en dos grandes tendencias que Fuego verde y Géminis, los dos estrenos de esta semana, ejemplifican con mucha claridad. Pues la realidad puede observarse desde dos puntos de vista, más que antagónicos complementarios, que posibilitan tratamientos dramatúrgicos diferentes: el épico y el intimista. La primera perspectiva es la de una comunidad como protagonista en los frescos sociales del tipo de Cuando quiero llorar no lloro o María, María. También se inscriben aquí las heroicas gestas históricas como La casa de las dos palmas y, por supuesto, la aventura económica de las grandes industrias nacionales como Azúcar, Café, o el carbón en Guajira. Sin estar afirmando que Fuego verde, un dramatizado que viaja al corazón del mundo esmeraldero, sea precisamente una secuela de estos últimos, puede ubicarse en esta tendencia que mira al país desde un punto de vista global y desde un plano general, utilizando una metáfora cinematográfica. No en vano este tema ha sido abordado por el periodista estadounidense Tom Quinn, una de las personas que más conoce sobre el fascinante mundo de las esmeraldas. Sus investigaciones, que ya habían producido decenas de artículos y un libro, por insinuación del también periodista y cineasta Ben Odell, se convertirán desde esta semana en el telón de fondo de una gran aventura a lo Indiana Jones por las minas de Boyacá. Los libretistas insisten en que Fuego verde no es un documento social sobre el violento y alucinante paisaje esmeraldero. Pero tras los pasos del protagonista, un cineasta fugitivo que busca sus raíces en medio de aventuras y persecuciones de 'La Agencia', saldrán a flote aspectos desconocidos de ese paraíso al este del Edén del que los televidentes no tienen mayores referencias. De otro lado, Géminis se ubica en el extremo opuesto de la balanza, para encontrar respuestas a las grandes tensiones sociales mirando con lupa las relaciones cotidianas. Señora Isabel y Amor, Amor son importantes predecesoras de este género sicológico, sofisticado e íntimo que escudriña en primer plano los silenciosos infiernos de las violencias domésticas. En Géminis, los libretistas Bernardo Romero y Alberto Barrera incursionan en el bisexualismo, tal vez uno de los mayores tabúes de la conservadora sociedad colombiana. Así mientras en la Cadena Uno (martes 8:30 p.m.) las tensiones se resolverán a punta de persecuciones, intrigas políticas y asesinatos, en Géminis (Canal A) los nudos dramáticos correrán por cuenta de crisis emocionales, portazos y agresiones de triángulos amorosos. La dirección intensa de Carlos Duplat en Fuego verde y la poética de Patricia Restrepo en Géminis son garantía de calidad en esta competencia con raíces en los formatos más interesantes de los dramatizados colombianos.