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TEXTOS PARALELOS

La colección Cara y Cruz llega a su primer año y sigue dando de qué hablar.

25 de febrero de 1991

En un país en el que la gente lee poco resulta arriesgado editar libros de literatura clásica. Por eso llama la atención que a solo un año de haber lanzado su primer título, la colección Cara y Cruz esté pensando seriamente en la idea de ampliar su cobertura, de manera que se puedan entregar al público dos libros por mes. Una de las razones para que se esté pensando de esta manera es el hecho de que en un lapso tan corto casi todos las obras han debido ser reimpresas para satisfacer la demanda.
Es evidente, por tanto, que Cara y Cruz ha pegado entre los escasos lectores colombianos. Y ha pegado porque cuenta con una orientación que rompe con todo lo tradicional. Por un lado, se ha tenido el tino de escoger nombres conocidos de la literatura universal, pero no sus obras más populares. En algunos casos se trata de títulos que no habían sido traducidos al castellano o, al menos, que no habían llegado a Colombia. O libros de autores que han sido relevantes en el entorno cultural de su país, pero que no son muy conocidos por fuera. De otro lado, cada obra aparece complementada con una serie de ensayos respecto al autor y su creación literaria: una reunión de escritos de críticos famosos, estudiosos de la obra, comentarios de otros escritores y hasta notas autobiográficas, además de una cronología que va intercalando las vivencias con la producción, en el marco de la época en que suceden los hechos, vista a través del contexto cultural y el contexto histórico.
Así mismo, el precio de cada tomo parece ser el responsable de buena parte del éxito. Decir que en este país los libros son muy caros se ha vuelto un lugar común, y por eso el lector desprevenido no deja de sorprenderse cuando encuentra obra más ensayo a un costo que en ningún caso supera los tres mil pesos.
¿Por qué el nombre de Cara y Cruz? Basta tomar uno de estos libros en las manos para descubrirlo. Se trata de dos libros en uno, con carátulas independientes. La cara corresponde a la obra en sí y la cruz a las notas sobre el autor, integradas en una amena edición.
Pero la colección, además de constituir una opción nueva e interesante para los lectores, se ha ido convirtiendo en un impulso para los estudiosos de la literatura en este país.
Con muy pocas excepciones, las traducciones de las obras han sido realizadas por colombianos que pueden considerarse verdaderos expertos en cada uno de los escritores sobre los cuales trabajan. Este hecho ha dado pie para que los editores incluyan en la selección de ensayos al menos un texto analítico de autores nacionales.
Y el estímulo es aún mayor si se tiene en cuenta que la Editorial Norma, la responsable de esta serie, está vendiendo los libros en casi toda América Latina.
Hasta el momento Cara y Cruz ha publicado 18 números, casi todos de la literatura clásica o por lo menos del listado de los inmortales latinoamericanos. En este corto recorrido se han publicado y analizado obras de Miguel de Cervantes, Jorge Isaacs, Herman Melville, Ricardo Guiraldes, Tomás Carrasquilla, Horacio Quiroga y Robert Louis Stevenson, entre otros, con preferencia por los géneros del cuento y la novela corta. Los de más reciente aparición son