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"TODA OBRA DE ARTE ES UNA REVELACION"

ERNESTO SABATO:ENTREVISTA

1 de agosto de 1988

ERNESTO SABATO
Cada vez que puede, Ernesto Sábato les recuerda a todos que haz dejado de escribir y prefiere dedicarse de lleno a la pintura y la contemplación de sus rosas en el jardin que tiene en su casa, er Santos Lugares. Sin embargo, pocos escritores tan asediados por periódicos, revistas y programas de radio y televisión como el, para preguntarle sobre la situación argentina, Alfonsin, los desaparecidos y otros temas duros. Por eso resulta agradable toparse con una entrevista (concedida a la televisión italiana y a un periódico de Buenos Aires), en la cual, Sábato habla de un oficio que, aparentemente, ha dejado de ejercer. Estos son algunos apartes de un diálogo en el que el escritor se mantiene con su humor fresco de siempre:

En los últimos años usted ha insistido en una nueva teoría: la Literatura no habla a nadie, no se comunica y por eso, dicen, usted dejó de escribir...Ernesto Sábato: Cuando se afirma que la Literatura no habla a nadie, no se comunica, todos nos asombramos porque siempre hemos estado acostumbrados a lo contrario, a que se cuenten cuentos y se intercambien historias, y en el fondo esa frase contradice nuestras más obvias experiencias. Experiencias muy primarias pero de las que tenemos la intuición de que expresan algo verdadero. El escritor habla a alguien o a multitudes, y trata de "comunicar algo" sobre la vida y la muerte, la esperanza y la desdicha, sobre el sentido de la existencia. Toda obra de arte es una revelación. Esa necesidad del artista de comunicar algo es característica y creo que en un mundo absolutamente desierto, sólo un loco se pondría a escribir una novela. Ese "algo" que quiere comunicar el artista no es una verdad del mundo exterior, sino de su relación con ese mundo exterior incluyendo a los otros seres humanos.
Sentimientos, pasiones de esa intersubjetividad, resultados de la exploración de su propio infierno o naraíso. Y aun cuando un poeta describa una rosa...

Y lo han hecho muchos poetas en otras ocasiones.

E.S.: Tantos poetas han descrito una rosa pero cada descripción es singular e irremediablemente individual.
Porque es, en suma, una descripción de su propia alma.

Entonces, la frase "Madame Bovary soy yo ", ¿dónde cabe?
E.S.: Es que no hay nada más significativo que esa frase de Flaubert, curiosamente tomada como patrono de los objetivistas. Por supuesto, no se la debe tomar o aceptar en el sentido más trivial y fuera de contexto. En realidad hay un abismo entre Flaubert y esa pobre mujer de aldea.
Abismo de cultura, de refinamiento, de sexo, de situación social, de actividad. Y sin embargo, lo que hace inmortal esa frase es lo que en ella hay del alma inmortal de su creador.
También Flaubert debería afirmar que no sólo Emma Bovary es él, sino también, en una medida o en otra, su marido, sus amantes y hasta el señor de la farmacia. Recuerdo otra frase de Flaubert que dice, más o menos: "Mis personajes imaginarios me conmueven, me persiguen o, más bien, soy yo mismo que estoy en ellos".

Teniendo en cuenta su decisión de no escribir más ficción, cabría preguntarle si encuentra algún porvenir en la novela, usted que tiene tres publicadas...

E.S.: Siempre he sostenido que existe un parentesco profundo entre la ficción y los sueños y por eso es tan absurdo hablar del ocaso de la novela como del ocaso de los sueños: el hombre soñará mientras sigua siendo hombre, por ese abismo que hay entre la conciencia y la inconciencia. Con un asco y una precisión, que consideraba punitivos, Paul Valery dijo sobre la novela que "tous les écarts lui appatiennent", como quien dice es algo absolutamente híbrido, mezclado e impuro. Creía que hacía una crítica demoledora pero estaba haciendo una excelente caracterización del imputado. Sucesiva y hasta simultáneamente,. la novela ha sido narracion de hechos, análisis de sentimientos, descripción de costumbres, relato de fantasías y aventuras y hasta, sobre todo desde Dostoievski, un examen de la condición metafísica del hombre. Fíjese que ha permitido una antinovela del propio Valery. Esta preocupación por lo que "verdaderamente" es la novela, es una de las tantas preocupaciones bizantinas de este siglo intelectualizado hasta sus extremos, propenso a cortar un pelo en cuatro, a lo largo. Una escolástica parecida a la de aquellos que preguntaban cuántos granos de trigo se neces
itan para hacer un montón...

Sábato: ¿ha pensado sicoanalizarse alguna vez?
E.S.: No, para qué, me basta y me ha bastado siempre con mis ficciones, que además, son más baratas. --