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TRES EN UNO

El Museo de Arte Moderno abre su temporada con tres exposiciones de primera línea.

26 de marzo de 1990


El Museo de Arte Moderno de Bogotá comienza con pie derecho su año de exposiciones. En su sede del centro de Bogotá tiene en los actuales momentos tres muestras de gran importancia. En la sala Marta Traba del primer piso está, desde la semana pasada, una exposición del fotógrafo mexicano Manuel Alvarez Bravo, uno de los más importantes del continente en su campo. El segundo piso está dedicado a una amplia muestra de grabado alemán de los años 60 y en el tercer piso se encuentra colgada una exposición de arte brasileño contemporáneo. Las tres muestras sobresalen por su calidad y por el interés que despiertan entre los amantes del arte, que tienen allí todo un banquete para deleitarse por estos días.

HISTORIA EN FOTOS
Manuel Alvarez Bravo nació en Ciudad de México, en 1902. Desde sus primeros años se interesó por la fotografía, una actividad relativamente reciente por esos años en América. Tras adelantar estudios de literatura y contabilidad entro en contacto con el fotógrafo alemán Hugo Brehme, quien le regaló su primera máquina. De ahí en adelante, Alvarez Bravo encontraría en la fotografía el vehículo ideal para comunicarse y una manera de hacer arte. Frecuentó los circulos intelectuales y artísticos de su país y fue cautivado por el trabajo de Diego Rivera, el gran muralista, a la sazón director de la Escuela Central de Artes Plásticas, donde el fotógrato comenzo a dar clases. Años más tarde, entre 1930 y 1931, vivió una de las experiencias que lo marcarían definitivamente al trabajar como camarógrafo en el rodaje de la película "¡Que viva México!", bajo la dirección del gran maestro ruso Serge Eisenstein .

Alvarez Sravo va más allá de simple registro de un hecho. Tal vez por su cercanía con la literatura y con la pintura, en su trabajo queda claro el interés por captar toda una historia. La imagen que toma la máquina va más allá y se convierte en un guiño que lleva al espectador a evocar otras realidades apenas insinuadas.

Buena parte de las reproducciones que presenta el MAM están centradas en temas de su México natal. Y es imposible no evocar en ellas los cuentos de Juan Rulfo, con esas mujeres que ríen entre la pobreza que las rodea o, también, con los hombres que luchan para sacarle el sustento a unas tierras áridas, a sabiendas de que el futuro será siempre igual. Más que fotos, Alvarez Bravo lo que hace es una radiografía de su pueblo. Incluso en las placas en las que no aparece la figura humana es posible encontrar la presencia del hombre en las huellas que deja en la naturaleza y en el paisaje urbano. Los pequeños dramas cotidianos, esas historias anónimas que pasan desapercibidas para la mayoría de la gente, adquieren dimensiones de novela ante el lente de Alvarez Bravo. Por ejemplo, en su foto "La mamá del bolero y el bolero" es imposible no entrever el drama que acompaña al niño embolador sentado en un andén con su madre, mientras toman un respiro en medio de las faenas diarias. Alvarez Bravo murió en 1982, en México, pero dejó un valioso legado de fotos en las que, al mejo estilo de los grandes de las letras de su patria, está plasmado ese pueblo que se mece entre la alegría y la nostalgia.

LOS 60 EN ALEMANIA
Con los auspicios del Cioethelnstitute se presenta la muestra que lleva por título "Gráfica alemana en los años 60". Se trata de una exposición amplia, que incluye 99 grabados en diferentes técnicas, realizados por los artistas más representativos de ese periodo en la República Federal de Alemania. Como en toda la Europa occidental, los años 60 llevaron vientos, renovadores a Alemania. El arte no podía ser ajeno a las nuevas corrientes y en el campo del grabado se observaron tendencias que rompieron con los esquemas anteriores. De una abstracción interior y de corte un tanto romántico, se pasó a una concepción más racional en la que la geometría jugó un papel de primera línea. Los colores fuertes hicieron parte de un nuevo concepto del diseño, en el que el movimiento entró a ser motor principal del arte del grabado. El arte figurativo no podía faltar y representantes de esta corriente, como Horst Antes y Paul Wunderlich están presentes con algunos trabajos.

Para terminar, en el tercer piso del MAM hay una muestra de arte contemporáneo brasileño. A pesar de la vecindad con Colombia y de algunas raíces comunes, las diversas manifestaciones del arte del Brasil son casi que desconocidas en el país. Por eso es muy interesante enfrentarse a estas obras, en las que el colorido exuberante y las temáticas escogidas por los artistas dan cuenta de la realidad contradictoria de un país rico en arte. Es ese Brasil en el que se mezclan el carnaval fastuoso y las favelas que, a pesar de ser uno de los gigantes del continente, está estrenando democracia y en el que todo adquiere unas dimensiones inusitadas.--