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ULTIMA SALIDA BEATLE: ¿DISCO DE PELICULA?

Paul McCartney insiste en la nostalgia del grupo con este álbum: Give my regards to Broad street.

Los Beatles (cuando eran y cuando dejaron de serlo) han estado siempre metidos en lo que a cine concierne. Desde hace 20 años cuando filmaron sus dos inolvidables películas A hard day's night y Help, los 4 han actuado, compuesto temas para diversas películas y hasta uno de ellos, George, montado su propia industria cinematográfica. Sí. Una compañía que ha producido casi 10 películas, varias de ellas con el grupo de teatro cómico inglés Manty Python. Después del éxito de "La vida de Brian" y Time bandits, George Harrison pasó de ser el hare-krishna del grupo a ser el magnate productor de la Handmade Films, una empresa que con criterio de apoyo al nuevo cine británico ha hecho varios millones de dólares en los Estados Unidos.
Y qué decir de Ringo, el verdadero actor del grupo (aunque siempre me gustaron esas muecas de John). En todas las películas de los Beatles (menos en Letit be que giró en torno a McCartney) la historia giraba en torno a la descomplicada y graciosa personalidad de Ringo. Hasta los mismísimos alucinados dibujos de Yellow submarine. Y Ringo terminaría actuando en una cantidad de películas, algunas pésimas, otras mejores, pero de las cuales sólo vale la pena citar dos por su colaboración directa con otro ex beatle: Paul McCartney. Son ellas:"El cristiano mágico" para la cual Paul compuso el tema Come and get it y Give my regards to Broad street, la película de McCartney que acabó de estrenar hace sólo 4 meses, y que se constituye en el último suceso Beatle a saber.
Beatle porque en Give my regards to Broad street actúan Paul y Linda McCartney naturalmente, pero también Ringo y su esposa Bárbara Bach (dándole un toque no sólo de nostalgia "beatlesca", sino uno decididamente familiar). McCartney siempre , ha gozado mostrándonos a Linda y sus hijitos hasta en la sopa; John Lennon secó tanto a todo el mundo con Yoko Ono y la idea de meterla en el grupo que terminaron por disolverse. Después él se convertiría en "lennono"; y para terminar, ahora a Ringo también le dio desde "El cavernícola", porque ya no actúa sino con Bárbara Bach.
Qué dirán todas esas enamoradas fanáticas que salían a las terrazas de los aeropuertos a recibirlos con carteles de I love Paul, I love John, I love Ringo. Me pregunto si todavía los aman. (Cosas hay que no se perdonan).
Ahora, si la poca acogida que ha tenido Give my regards to Broads street tuviera alguna explicación lógica (no es lógico que le pase eso a Paul), diría que es porque ya nadie quiere saber de esa cosa monstruosa y decadente en que se ha convertido la familia Beatle. Miren no más a Julian Lennon que no ha hecho sino dinero con la imagen y las ideas (robadas) de su padre. ¿Quiere alguien más probar de esta podrida manzana?
La banda sonora de la película también es un híbrido de canciones Beatles mal reencauchadas (y en esto tiene que ver otro de la familia, George Martin) y de viejas canciones "Wings", mezcladas con tres versiones diferentes de No more lonely nights, el único aporte realmente nuevo en todo el disco. Me gusta sobre todo y bastante la versión play-out; el arreglo de Silly love songs no es tan tonto. Por el contrario, lo prefiero al original. Pero de ahí a que Give my regards to Broad street sea un disco "de película"... ¡Vamos, Paul! ¿Por qué no dejar en paz a los Beatles?
Nota: más información sobre Paul McCartney en la revista SEMANA N° 93, pág. 63.