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Un país en tablas

La mala difusión, los problemas económicos y la falta de tiempo para ir a las salas explican porqué el teatro no atrae más espectadores.

22 de mayo de 2000

Los motivos por los cuales sólo el 19 por ciento de los encuestados acostumbran ir a teatro son múltiples. Por un lado, tanto directores como actores coinciden en que la imposibilidad de invertir grandes sumas de dinero en la publicidad de sus espectáculos es un factor que les ha impedido ampliar el número de espectadores. La queja se extiende a la escasa divulgación que el periodismo ofrece a través de sus espacios, en especial en los noticieros de televisión.

“Si hay eventos excepcionales, como el Festival Iberomericano de Teatro que goza de una hiperpublicidad, se debe a que Fanny Mikey concibe el teatro como empresa. Y eso no es malo. Aquí a todos los directores les aterra la idea de hablar de ‘empresa’, pero son muchos los beneficios que se pueden obtener con un buen manejo de prensa o de venta de boletería. La calidad escénica no siempre debe ser el opuesto a estas decisiones”, comenta el dramaturgo Carlos José Reyes. También advierte que la ausencia de críticos en los medios de comunicación ha sido un punto que ha perjudicado mucho al teatro en Colombia. No todos los montajes son de calidad y, a través de la prensa, se ha querido mostrar lo contrario, tal vez por ignorancia de quien se enfrenta a la obra: “A veces se percibe la falta de técnica vocal, actoral, con una tendencia a la gritería y nadie dice nada al respecto. Aunque también vale la pena anotar que los grupos de vanguardia se han sostenido durante años con muy buenos montajes”.

Para el crítico Gilberto Bello otro elemento a tener en cuenta es que para las personas que ganan un sueldo mínimo es muy difícil invertir dinero en este tipo de espectáculos, y más cuando se sabe que las salas están ubicadas lejos de sus hogares. Este aspecto lo confirma el 12 por ciento de los encuestados en la clase baja al afirmar que la distancia es una de las principales trabas para asistir a teatro. El porcentaje es el doble de quienes, en clase alta, alegan lo mismo, y es 12 veces mayor al de la clase media.

La baja asistencia a teatro de los colombianos, representada en el 81 por ciento, irónicamente, se exhibe como un resultado normal. En España el 75,4 por ciento de la población nunca va a teatro y sólo el 1 por ciento asegura su asistencia más de seis veces por año. En Colombia, según la encuesta, el principal motivo para no ir a las salas es la falta de tiempo. Hecho que muchos ponen en duda pero que, al fin de cuentas, deja abierta la opción de que ese 34 por ciento que así lo piensa, de tener tiempo, se sumaría al minúsculo círculo de espectadores con el que hoy cuenta la dramaturgia.