Home

Cultura

Artículo

teatro

Una voz singular

La Guerra de los Mil Días es vista a través del prisma poético del dramaturgo José Manuel Freidel.

12 de mayo de 2003

El escenario, una comarca devastada por la Guerra de los Mil Días. Desolación, polvo y arcilla sirven de marco para esta tragedia con visos de comedia en la que se cuenta la historia de una mujer que se ve obligada a prostituirse para, al menos, no morirse de hambre. A su alrededor miseria, muerte, fanatismo e intransigencia. Este es el planteamiento del montaje que se presenta en la Casa del Teatro Nacional, que dirige Adela Donadío, quien lleva varios años dedicada a mostrar la obra del dramaturgo antioqueño José Manuel Freidel, quien murió asesinado en 1990. El autor de Los infortunios de la Bella Otero y otras desdichas es, sin lugar a dudas, una voz singular en el teatro colombiano. "Freidel plantea un rompimiento en el teatro colombiano, señala Adela Donadío. Cuando todos hacíamos teatro de denuncia él, con una voz muy singular y propia, introdujo elementos poéticos, tanto en el lenguaje como en el estilo de puesta en escena". Para recrear el momento histórico de la obra Adela Donadío y la dramaturga Ana María Vallejo contaron con la asesoría de los historiadores Jaime Jaramillo Uribe y Aída Martínez. "Jaime me ayudo a entender las mentalidades de los partidos enfrentados, los ideales liberales. Aída Martínez nos resolvió inquietudes y nos confirmó otros aspectos, como el papel de las mujeres en la guerra, tanto el de las beatas conservadoras como el de las mujeres liberales que sirvieron de espías y lucharon en la guerra directamente". Poesía, historia, cultura popular? La Bella Otero permite rescatar una de las obras más importantes del prolífico legado de un autor capaz de escribir con un lenguaje excelso y de interpretar con fuerza e intensidad a la sociedad colombiana en sus momentos más álgidos.