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VIENTO EN POPA

El II Salón internacional del Autor Audiovisual demostró que puede llegar a ser un evento tan importante como el Festivasl de Cartagena.

29 de diciembre de 1997


No tiene la misma afluencia de gente, ni ofrece una muestra tan amplia de películas, pero para los expertos reunidos la semana pasada en la Cinemateca del Caribe, en Barranquilla, el Salón Internacional del Autor Audiovisual podría llegar a ser, incluso, más trascendente que el Festival de Cine de Cartagena, por lo menos en lo que se refiere a la seriedad y programación de sus actividades académicas.
El hecho de no ser un festival _y de no pretender serlo en el futuro_ le ha garantizado a los organizadores la concentración en los temas del salón. Así, este año el tema principal giraba alrededor de 'contar historias en cine', para lo cual, independientemente de si las películas eran actuales o no, fueron invitados varios guionistas y directores nacionales, entre ellos Julio Olaciregui, Carlos Mayolo y Luis Fernando Pacho Bottía; dos mexicanas, las guionistas Marcela Fuentes-Beraín y Lourdes Elizárraras; una francesa, Brigitte Roüan, y un español, Juanma Bajo Ulloa, quien además ha sido director de todas sus películas, la última de las cuales, Airbag, acaba de batir el récord de la cinta española más taquillera en la historia de su país con cerca de 10 millones de dólares recaudados.
El tema era concreto y los invitados también. De manera que el público y la crítica tenían enfrente al autor y sus películas, una oportunidad que pocas veces se presenta. A pesar de que en ocasiones se notó algo de improvisación en los ponentes, lo cierto es que el debate sirvió en la medida en que sentó algunos parámetros entre el pensamiento del director, del guionista y del productor a la hora de enfrentar una película. Todo esto alimentado por la participación de guionistas de televisión, como Fernando Gaitán, quien defendió al melodrama como una tabla de salvación del cine latinoamericano a la que no debe temérsele por principio.
La asistencia fue, además, un éxito, lo cual sólo confirma que Barranquilla, en el aspecto cinematográfico, está para cosas grandes. La cita será el próximo año cuando el salón se concentre en el tema de los documentales, el cual, a propósito, ya viene siendo hora de enfrentar.