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Will Smith ya es leyenda

El actor, ya con dos nominaciones al Oscar, habla sobre la película Soy leyenda, que se estrena esta semana, sobre sus hijos actores y sus nuevos retos.

5 de enero de 2008

Para muchos era un actor menor. Como en su hoja de vida se destacaban El día de la independencia, Hombres de negro y Bad Boys, se creía que sería un actor de acción. Pero Will Smith pasó al drama, se ganó una nominación al Oscar por Alí y otra por En busca de la felicidad, y cada vez se consolida más como un actor visceral que corre riesgos y que se compromete con las historias. Con Soy leyenda, que estrena esta semana, hace el papel del último hombre en la Tierra y actúa casi solo.

SEMANA: ¿Qué lo atrajo de esta película?
Will Smith: Leí el guión hace 10 años y me encantó lo arriesgado que era, sobre el último hombre en el planeta. La audacia de hacer, solo, una película, fue emocionante. Para mí, mientras mayor sea el grado de dificultad, más cerca de lo imposible esté y más gente crea que no funcionará, más me entusiasma un proyecto.

SEMANA: ¿Cómo se sintió con el personaje?
W. S.: Me intrigó lo opuesto que es el personaje con respecto a mí. Crecí con tres hermanas en una casa de tres habitaciones. Toda mi vida hubo alguien más durmiendo en el cuarto conmigo, así que me intrigaba la idea de la soledad, así como la pérdida de la fe. Cuando crecí, mi abuela, que era cristiana devota, nos enseñó la idea de que no estamos solos. Así que la soledad espiritual y física en la historia, y las ideas de esperanza y miedo, son temas para explorar en una película que muchos pueden pensar que es de zombies. Me encanta el golpe que le da a la audiencia. Si la gente va al cine con preconceptos, queda noqueada.

SEMANA: ¿Qué tan difícil fue actuar solo?
W. S.: Afortunadamente he hecho películas con efectos especiales, así que hay mucha cosa verde en la pantalla cuando se actúa solo, o con una pelota de tenis verde que se supone que es un monstruo. Como actor, es una gran exploración porque hay que entender de qué se trata el momento. No hay diálogo: sólo comportamiento, así que se tiene que atravesar las bizarras pruebas de las emociones sin nadie al lado. Cuando hay estímulos externos, ellos dirigen las acciones, pero si no hay nadie, los estímulos externos se reemplazan por la mente. Es un ejercicio de actuación maravilloso. Respondemos a estímulos, así que crearlos con sus respuestas es un hermoso viaje sicológico, y muestra qué tan cerca estamos del borde de la locura.

SEMANA: ¿Es ciencia ficción o ciencia basada en lo real?
W. S.: Las películas que hago ahora no tienen género. Busco, en este punto de mi carrera, cuadrar pequeñas cintas artísticas en el medio de grandes películas taquilleras. Soy leyenda no tiene género. Todo comienza como un trauma humano, como en la vida. Hay una experiencia traumática y la película gira en torno a eso. El género no regula las escenas. La gente las llamará a su manera en el teatro. Los de ciencia ficción dirán que es de ciencia ficción. Los de drama dirán que es un trauma posapocalíptico.

SEMANA: ¿Le gusta la ciencia ficción?
W. S.: Esta cinta vuelve al pasado cuando la ciencia ficción se centraba en la historia. Me gusta aquí, porque se concentra en el carácter y en el guión.

SEMANA: ¿Cómo rodaron en una Nueva York desierta?
W. S.: A las 9 de la mañana, un lunes, cerramos seis cuadras de la Quinta Avenida y a la gente no le gustó, pero se veía muy loco en la película. Se puede ver que Nueva York está vacía. Es asustador porque son los lugares que uno está acostumbrado a ver, pero se da uno cuenta de que en realidad nunca la ha visto desierta.

SEMANA: Su hija está en el filme.
W. S.: Sí, La busqueda de la felicidad fue con mi hijo Jaden, y mi hija no estaba tan feliz por eso. Había una papel para una niña en este guión, en la parte preapocalíptica, cuando trato de sacar a mi familia de New York, así que en unas escenas aparece mi hija Willow, de 6 años.

SEMANA: ¿Impulsa a sus hijos a actuar?
W. S.: Es parte del negocio familiar, así que todos lo hacemos.

SEMANA: ¿Qué tanto se dedica a la música ahora?
W. S.: Me estoy concentrando en crecer como actor, en crear relaciones con mentes geniales. Quiero elevar mi capacidad de crear. Quiero elevar el cine, y mi esperanza es que un día, como otros artistas, seamos capaces de crear algo que cambie la humanidad, que cambie la forma como la gente hace las cosas. Si me enfoco en otros temas, no voy a ser capaz de hacerlo.

SEMANA: ¿Quisiera dirigir?
W. S.: Sí. Absolutamente.