Paraísos quebrados

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Gorgona: Muchos colombianos saben de Gorgona porque en 1959 el presidente Alberto Lleras decidió convertir a la isla en una cárcel de máxima seguridad para los peores reos del país. Hoy es un paraíso natural que visitan cerca de 5.500 personas al año en busca de sus ballenas jorobadas y de un pequeño lagarto azul, una especie única que solo vive en sus tierras.

Foto: Cristina Castro / Foto: Rodrigo Grajales /

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Gorgona: Este uno de los mejores lugares del mundo para bucear. En sus aguas se han identificado 381 especies de peces marinos, once especies de ballenas y delfines y cuatro de leones marinos. Cada año llegan hasta allí cerca de 800 ballenas jorobadas para reproducirse.

Foto: Cristina Castro / Foto: Rodrigo Grajales /

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Gorgona: Para llegar a este parque natural hay dos vías, desde Buenaventura y desde Guapí. Por la primera hay que tomar una lancha que dura cerca de cuatro horas y por la segunda una avioneta hasta el pueblo y una lancha que dura hora y media. Hay también un barco que transporta a los visitantes en doce horas: sale a las seis de la tarde y llega el día siguiente a las seis de la mañana.

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Gorgona: Aviatur, la compañía del empresario francés Jean Claude Bessudo, tiene la concesión del parque a través de una Unión Temporal desde 2005. La compañía instaló allí una infraestructura que cuenta con todas las comodidades: cuartos con buenos baños, piscina, jacuzzi y canchas deportivas. Un paquete de tres noches y cuatro días cuesta en promedio un millón de pesos, sin los tiquetes aéreos que cuestan otro millón por persona.

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Gorgona: Por cuenta del alto costo de los tiquetes y la violencia en el Cauca, así sea muy lejos del parque, los turistas no están llegando. Por eso, Aviatur quiere devolver la concesión. “Tratamos de hacer lo mejor y vamos a dejar las instalaciones absolutamente impecables para que, si el Estado quiere hacer otra licitación, el turistas encuentre un parque en las mejores condiciones”, asegura Jean Claude Bessudo, presidente de Aviatur.

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Amacayacu: Hacía más de 30 años que los indígenas del Amazonas no veían una temporada de lluvias tan fuerte como la que comenzó la pasada Semana Santa. El río creció tanto que inundó las instalaciones del Parque Amacayacu, uno de los principales atractivos turísticos en la región. Por esos estragos hoy no se pueden alojar allí los turistas y solo se permiten visitas de día.

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Amacayacu: Es uno de los parques con mejor infraestructura de acceso. De Bogotá se toma un vuelo a Leticia y luego se hace un trayecto en lancha de una hora. Cerca de 3.000 personas lo visitan al año. El ecoturismo allí gira en torno a la concepción del mundo que tienen los indígenas Tikunas.

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Amacayacu: Cuenta con buenas instalaciones y con la posibilidad de hacer múltiples actividades. Hay senderos turísticos en donde se pueden ver micos viviendo en su hábitat natural y es un santuario de aves, con más de 468 especies identificadas, así como el mayor número de reptiles calculado en el país. En el río se pueden ver los delfines rosados, uno de los principales atractivos de la Selva Amazónica.

Foto: Cristina Castro / Foto: Rodrigo Grajales /

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Amacayacu: Un viaje a este parque natural permite realmente conocer la esencia del Trapecio Amazónico. A menos de una hora en lancha queda Puerto Nariño, el llamado pesebre de Colombia, único municipio certificado para hacer ecoturismo en el país. También se pueden visitar comunidades indígenas como Macedonia y sitios turísticos en Perú y Brasil.

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Amacayacu: allí viven desde el primate más pequeño del mundo, hasta grandes mamíferos como el jaguar, la danta y el venado, entre otros.

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Los Nevados: Para conocer la nieve no hay necesidad de salir del país, en pleno corazón del eje cafetero se encuentra Los Nevados, un compleno lleno de imponentes estructuras volcánicas que conservan casquetes glaciares.

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Los Nevados: La importancia de los Nevados no solo es turística. El ecosistema es vital para millones de Colombianos pues de allí proviene el agua que consume el eje cafetero. Abastece a más de 37 municipios.

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Los Nevados: es el hábitat del loro orejiamarillo, el cóndor andino, el águila crestada, el oso de anteojos el tigrillo y el puma. También se hallan, al menos, 20 especies de murciélagos.

Foto: Cristina Castro / Foto: Rodrigo Grajales /

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Los Nevados: Aviatur tiene la concesión de este parque desde el año 2005. Cerca de 25.000 personas lo han visitado desde que ellos lo están operando. El acceso es sencillo pues queda a 43 kilómetros de Manizales y hay carretera, sin embargo está es cerrada con frecuencia por los derrumbes. El parque cuenta con cabañas y zona de camping.

Foto: Cristina Castro / Foto: Rodrigo Grajales /

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Los Nevados: El parque lleva cerrado desde marzo cuando las autoridades decretaron la alerta naranja sobre el volcán del Nevado del Ruiz. Por seguridad no se volvió a permitir el ingreso de turistas. Aviatur no ha dicho que quiera devolver el parque, pero en el pasado una situación similar lo hizo cerrar por siete años.

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Utría: Para la comunidad afrodescendiente que opera el Parque de Utria, la ensenada es un “templo de la naturaleza”. Este es uno de los pocos lugares en el mundo en los que se juntan la selva y el mar.

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Utría: La corporación Mano Cambiada empezó a operar un proyecto de turismo comunitario en este paraíso. Tienen toda la infraestructura para dar servicios de primera línea. Incluso, fueron a capacitarse a Perú para tener la mejor gastronomía.

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Utría: Como el tiquete es tan costoso (cerca de un millón de pesos) y muchos colombianos no tienen al Chocó en mente a la hora de tomar vacaciones, el parque no tiene clientes. “Hay meses que pasamos blanqueados”, se lamenta Josefina Klinger, líder de la zona.

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Utría: Es un lugar privilegiado. Cuatro meses al año las ballenas jorobadas van a reproducirse a sus aguas. Allí se hace puede hacer careteo, paseos en lancha y recorridos turísticos. Una noche vale 160.000 pesos con todas las comidas.

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Utría: La falta de turistas tienen la vocación turística del parque al borde de ser inviable. “Aunque es un proyecto admirable, sus gastos y su sueldo está siendo prácticamente inexistente. Sobreviven a costa de un sacrificio”, señala Julia Miranda, directora de Parques Naturales.

Foto: Cristina Castro / Foto: Rodrigo Grajales /

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