De firmas y de farsas en el nombramiento de Jaua

El decreto que nombra a Jaua canciller está firmado en Caracas el 15 de enero de 2013, pero es de conocimiento público que Chávez está grave en La Habana desde el 10 de diciembre. El abogado Perkins Rocha presentó el jueves una demanda ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), con base en el artículo 1380 del Código Civil, según el cual el decreto sería un documento público falso, porque el presidente no pudo haberlo firmado en Caracas ese día. Para Ayala, se trata de “un vicio que se puede impugnar. El tema es que el TSJ siempre decide a favor del gobierno”. 

Elías Jaua ya comenzó a ejercer sus funciones. Se reunió con el ministro de Planificación Federal de Argentina, Julio De Vido, y con la canciller colombiana, María Ángela Holguín. Este es el quinto cargo que Jaua, sociólogo de 43 años, ejerce bajo el gobierno de Chávez. Primero fue secretario de Presidencia, luego pasó a ser ministro de Economía, después a dirigir el Ministerio de Agricultura y Tierras y fue vicepresidente desde enero de 2010 hasta que Nicolás Maduro lo reemplazó en octubre de 2012. Según Maduro, Jaua también es ahora el “vicepresidente político de Gobierno”, un cargo que no existía y cuyas funciones Maduro no precisó. 

Durante su toma de posesión como gobernador, el opositor Henrique Capriles se refirió con ironía al nuevo cargo de Jaua, su contrincante en las elecciones por el estado Miranda. “Ahora al que pierde Miranda lo premian con la Cancillería”, dijo el gobernador. También le habló directamente al presidente Chávez: “Si puede firmar decretos, yo lo llamo a que aparezca. Llame y dígale a Venezuela qué pasa con su gobierno”.

El pueblo venezolano espera también el fin del silencio. Los seguidores del chavismo han salido a las calles a rezar por su presidente y este lunes uno de ellos decidió tomar medidas extremas para ayudarle en su recuperación. José Alberto Alviárez asesinó a su madre. La golpeó, le disparó, le cortó los brazos y le prendió fuego. Un vecino dijo que Alviárez le había confesado que la mató por “órdenes del más allá, para que el presidente Hugo Chávez se sanara”.