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James Rodríguez celebrando su segundo gol a Uruguay en octavos de final.

SEMANA EN BRASIL

Las 11 postales de la selección en Brasil

Estos son los momentos inolvidables que la selección y los colombianos vivieron en el Mundial.

Nathan Jaccard, enviado especial a Brasil 2014
11 de julio de 2014

El himno a capela en Belo Horizonte


Cuando la selección saltara a la cancha del Mineirao, la locura explotó. El estadio tenía un aire barranquillero, teñido completamente de tricolor y una fiebre amarilla inatajable. Y sonó el himno, aunque la FIFA solo había programado la primera estrofa. Miles de voces colombianas siguieron cantando como si nada, a capela. Un momento de emoción intensa.

El gol de Miñía


Corría apenas el minuto 5 en el partido contra Grecia en el Mineirao. De pronto, un pase largo de Juan Guillermo Cuadrado encuentra el pie de Pablo Armero. El balón cruza la línea en cámara lenta, con dificultad, rozando varios zagueros giregos. Pero entró. Fue el primer gol de Colombia en un Mundial después de 16 interminables años. En el estadio se gritó a rabiar, como si fuera el gol de un título.

Las celebraciones


Colombia sin duda se llevará el premio a los mejores festejos, inspirados en la salsa choke y el ritmo de Miñía. Hubo para todos los gustos: a lo zombie, con los brazos en alto, con pasito tás tás…

Los seis de James


Lo que hizo James en Brasil es de otro mundo: por lo menos un tanto en cada partido, varias pinturas como el que le metió a Japón, la lucha por ser el botín de oro y nada más y nada menos que uno de los golazos del Mundial. De puro crack.

El récord de Faryd


Tal vez sea anecdótico que Colombia tenga el récord del jugador de más edad en una Copa Mundo, pero en realidad es una muestra de respeto a generaciones anteriores y a lo que han hecho por el fútbol nacional.

Un cerrojo en la zaga


Antes del Mundial, más de uno se mostró preocupado por la defensa. La verdad es que Mario Yepes defendió como si tuviera 10 años menos, tirándose al piso, atajando, salvándola in extremis. Christian Zapata supo manejar los espacios, anticipándose al rival. Y Ospina paró de todo, estirándose, puñeteando, dio pocos rebotes. Sacó 84 % de los balones que llegaron a su portería y salvó 21 tiros. Sin él, la aventura de Colombia en Brasil podría haber sido muy diferente.

El homenaje de David Luiz


Las lágrimas de James en el Castelao marcaron la eliminación de Colombia. Pero el equipo se fue aplaudido de pie por todos los hinchas brasileños y David Luiz, autor de un golazo contra Colombia, abrazó a James y le brindó un homenaje lleno de admiración.

La hinchada colombiana en todas partes


Antes del Mundial, la cancillería dijo que viajarían máximo 12.000 colombianos a Brasil. La avalancha fue muy superior. En Belo Horizonte o en Brasilia, los estadios estaban llenos de camisetas tricolores, por momentos parecían el Metropolitano de Barranquilla. La gente se disfrazó, mandó mensajes jocosos, se tomó sus aguardientes, compartió buses, aviones, se embutió en carros para ir a ver los partidos.


Las lágrimas del ‘Profe’


José Pékerman, para bien del equipo, tomó muchas distancias de los medios de comunicación. Celosos de su intimidad y de la de sus muchachos, son pocos los momentos de emoción que logran franquear esa barrera. Después del partido contra Brasil, don José no aguantó y dejó rodar un par de lágrimas.

Los récords rotos

Colombia llegó por primera vez a cuartos de final, un jugador marcó por primera vez más de dos goles en un partido (James y Jackson), se lograron 12 puntos en cinco partidos (antes la mejor participación eran una victoria, un empate y dos derrotas), fue cabeza de grupo, 12 goles que superan todo lo que se había hecho antes (cinco en Chile '62, cuatro en Italia '90, cuatro en Estados Unidos '94 y uno en Francia '98).

La bienvenida


En Bogotá, decenas de miles de personas madrugaron el domingo para recibir a la selección en El Dorado, acompañarla en carvana y festejar con ella en el Parque Simón Bolívar. Imágenes impresionantes.