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Árbitro Larrionda ayuda a que la historia compense a los alemanes

En esta época de repeticiones instantáneas por televisión desde distintos ángulos, resultó evidente que el juez de línea uruguayo Mauricio Espinosa cometió un error garrafal al no levantar la bandera cuando un remate del inglés Frank Lampard ante Alemania dio en el travesaño y la pelota picó adentro. Hubiera colocado el marcador 2-2, un minuto después de que Inglaterra descontase tras quedar 2-0 abajo, y seguramente le hubiera dado otro rumbo al partido.

27 de junio de 2010

 
La bandera de Espinosa, sin embargo, se quedó abajo y el árbitro Jorge Larrionda, también uruguayo, hizo seguir el juego, ante el desconcierto de los ingleses.

Concluido el primer tiempo, Wayne Rooney y David Beckham, quien acompaña al cuerpo técnico de Inglaterra, se dirigieron hacia Espinosa y le recriminaron porque no levantó la bandera.

Al final Alemania ganó 4-1 tras anotar otros dos goles de contragolpe en el complemento, aprovechando el adelantamiento inglés en busca del empate. Pero los ingleses dirán que el error de los conductores del partido selló su suerte, ya que Inglaterra parecía estar reaccionando luego de ceder dos goles y después de ese incidente el equipo se desinfló.

Es una de esas fallas de proporciones épicas, de la que se hablará por mucho tiempo y que marcará un capítulo especial en la historia de las legendarias confrontaciones entre ingleses y alemanes.

Para los alemanes, el episodio tuvo sabor a revancha.

En la final de 1966, con el partido entre ingleses y alemanes empatado 2-2 en un alargue, un disparo del inglés Geoff Hurst dio en el travesaño y picó en la raya. Tras consultar con el juez de línea, el árbitro señaló un gol que en realidad no había sido.

Inglaterra terminó ganando 4-2 ese encuentro, con otro gol de Hurst. Pero los alemanes siempre se quejaron de que el gol que no fue les costó el partido.