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ATLETICO IMPARABLE

CON UN FUTBOL RAPIDO, FUERTE Y CORAJUDO, EL EX EQUIPO DE FRANCISCO MATURANA ENCONTRO LA SENDA DEL TRIUNFO EN ESPAÑA.

1 de abril de 1996

La semana pasada Jose María García, el periodista más importante de la radio deportiva en España, hizo una encuesta con jugadores y técnicos de los equipos de primera división: ¿Cuál equipo va a ganar la actual liga? El re-sultado fue demoledor: Atlético de Madrid. Pese a que el calendario muestra que faltan 13 fechas por jugar y casi tres meses de competencia, cualquiera podría pensar que la opinión de los consultados es un simple pronóstico deportivo. Sin embargo es la apuesta previsible a un conjunto que combina buen fútbol y resultados favorables y que se ha convertido en una auténtica sensación en el campeonato ibérico, calificado como el tercero más importante del mundo después del italiano y el francés.El Atlético de Madrid no sólo cabalga solitario en la liga con ocho puntos de diferencia sobre el segundo, el Barça de Johan Cruyff, y 20 sobre el Real Madrid, sino que ganó con sobrados méritos el boleto para ir a la final de la Copa del Rey, torneo paralelo al campeonato profesional que se disputa entre semana.Pero, ¿qué diferencia a este equipo brillante con aquel que dirigió hace dos años Francisco 'Pacho' Maturana y que dejó al borde del descenso? "Fuerza, contragolpe, ganas y disciplina", dijo a SEMANA Tomás Calvo, periodista del prestigioso diario Marca, quien sigue al Atlético de Madrid día y noche desde hace varios años.Para él y otros hinchas consultados por SEMANA la diferencia radica básicamente en estas cuatro palabras, los cuales encierran un concepto absolutamente distinto al practicado por 'Pacho' Maturana. Para empezar, el actual técnico, el serbio Radomir Antic, no sólo sabe de técnicas y estrategias futbolísticas sino que es un experto en conocimientos en preparación física. Le gusta ver a sus hombres en el campo fuertes, "deben ser guerreros", dice él. Antic personalmente supervisa todas las prácticas y ejercicios que sus jugadores realizan diariamente en el estadio Vicente Calderón de Madrid y no les obsequia ni un segundo de tregua. Los frutos de este esfuerzo se recogen luego en los partidos: el Atlético juega los 90 minutos sin bajar jamás los brazos. Con 22 equipos, esta ha sido la liga más larga y cargada de partidos de la historia. El Atlético, además, juega martes y jueves la Copa del Rey, pero en cada partido salen a la cancha los mismos 11 jugadores de la primera fecha, porque el técnico no concede descansos si no es por lesión o sanción. "Son deportistas profesionales y ese es su trabajo", añade él con tranquilidad. En los entretiempos tampoco se quedan quietos: las charlas técnicas se hacen mientras todos los jugadores inhalan a través de bombonas aire enriquecido con oxígeno.ContragolpeA diferencia de Maturana, para Antic lo importante no es tener la pelota, sino que cuando se tenga se maneje con efectividad. El Atlético ha ganado puntos de oro en sólo tres pases: arquero, volante, delantero y gol. "Ahora tenemos un equipo rápido, preciso, que busca el arco para anotar", dijo un miembro de la familia del Atlético que no quiso revelar su nombre.El equipo tiene hoy una mentalidad distinta a cuando estuvo Maturana, porque lo primero que hizo Antic fue "hacer una limpieza en el vestuario", dijo a SEMANA Tomás Calvo. En otras palabras, sencillamente sacó las roscas. El primer día Antic llegó y sin temblarle el pulso despidió a todos los caciques conflictivos como Abel y Manolo, que le dieron mucho problema a Maturana, y dejó un equipo con figuras de la talla del argentino Diego Simeone y el español Caminero, pero con un promedio de edad de apenas 25 años. Ahora los jugadores salen a la cancha con la certeza de hacer las cosas bien porque para el técnico "el que no funciona sencillamente se va". Esa mística se la ha transmitido a los suplentes, quienes saben que para aspirar a ser titulares tienen que dejar el corazón en el césped. Hace dos semanas en una de las semifinales de la Copa del Rey contra el Valencia, el técnico tuvo que cambiar en el segundo tiempo a tres jugadores dos lesionados y otro expulsado, y cada uno de los jóvenes que entró anotó su gol. Todos estos ingredientes, combinados con una gran dosis de disciplina, tienen al Atlético de Madrid a un paso de una gran hazaña: ganar de punta a punta todo. Después de casi 20 años, la última liga la ganó en la temporada 76-77, la gloria llega para la camiseta rojiblanca. Para los jugadores, Antic inspira respeto, es un líder al que se le obedece. Por eso hoy está en la mira de equipos tradicionalmente más fuertes, como el Real Madrid, que ya empezaron a tentarlo para la próxima temporada.De todas maneras hacia Maturana se guarda mucho respeto en la familia atlética. Muchos creen que cuando él pasó por el Madrid venía muy afectado por el descalabro de USA 94 y el asesinato de Andrés Escobar, y eso influyó para que no pudiera transmitirle alegría a los jugadores. En cambio, "el equipo de Antic es pura alegría", decía el diario AS recientemente. "Para aplicar el sistema de él se necesitan los jugadores adecuados, en el medio adecuado, y conjugar todo eso es muy difícil", dijo a los periodistas recientemente el polémico Jesús Gil y Gil sobre Maturana. El controvertido presidente, en nueve años, cambió 20 entrenadores de la talla de Menotti, Clemente, Pastoriza, Pereira, Basile y, por supuesto, Maturana. Para el hincha del Atlético esos tiempos de crisis son historia. Ahora saborea la gloria y por eso no vacila en acompañar a su equipo en caravanas por toda España cuando juega como visitante. Lo hace porque tiene la certeza de que los jugadores se entregarán de lleno y no se van a dedicar a mirar al rival. Hace meses que olvidaron las épocas de penuria donde los perseguían el descenso y las derrotas. Ahora salen a pelear cada victoria. Son hombres que ganan millones y, como en cualquier oficio profesional, el que no trabaja bien pierde su puesto. Eso lo sabe el búlgaro Luboslav Penev, quien llegó a jugar en la posición que ocupaba Adolfo 'El Tren' Valencia, y quien ya suma 21 goles anotados en los siete meses de partidos oficiales en los que ha jugado.