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Boca Juniors y River Plate, rehenes de la nostalgia

Frágiles y abatidos, los históricamente poderosos Boca Juniors y River Plate son rehenes de la nostalgia, de recuerdos gloriosos que comienzan a quedar rezagados en el tiempo a la sombra de equipos atrevidos, altaneros, que les hacen frente y les tienen a mal traer.

Enrique Escande (AP)
13 de octubre de 2010

"Nos han perdido el respeto", afirmó recientemente el goleador histórico del Boca Juniors, Martín Palermo, al referirse a los rivales ante los que su equipo perdió durante este semestre en 'La Bombonera', un reducto en el que, en otros tiempos, muy pocos se iban ilesos del campo con los tres puntos en la cartera.

Mientras, el entrenador del River Plate, Ángel Cappa, admite que no ha encontrado el funcionamiento colectivo que esté a la altura de las circunstancias en un torneo Apertura que ha pasado a ser asunto de otros, algunos de ellos de módicos antecedentes.

Los boquenses se salvaron el domingo, ya con la soga al cuello, con un remate desde fuera del área de Cristian Chávez ante el modesto Tigre (1-2), gol de la victoria que evitó una semana de esas en que hay más visitas de periodistas que de allegados a la plantilla a los entrenamientos, señal inequívoca de crisis.

El equipo auriazul que dirige Claudio Borghi había llegado a la décima jornada con cinco derrotas, después de reiteradas ratificaciones de apoyo de los dirigentes al entrenador, lo cual es común y corriente en el "Deportivo Ganar Siempre", como le llamaba al Boca el técnico Alfio Basile, ganador de cinco títulos entre el 2005 y el 2006 y alejado del club por la puerta trasera en el 2010 tras una sucesión de derrotas.

El River Plate, que suma cuatro jornadas sin ganar, igualó a cero con el colista Gimnasia y Esgrima, equipo con el que comparte la zona de Promoción a causa de las pobres campañas de ambos en las últimas temporadas.

Luchan por mantenerse en la categoría los riverplatenses, que han logrado más de 30 títulos locales, y los "triperos" del Gimnasia, que no obtuvieron ninguno y que padecen la desgracia de que su máximo rival, el Estudiantes, lidera y es el principal candidato al campeonato, que sería el quinto de su colección.

El Estudiantes tiene 22 puntos, el River está seis puestos más abajo, con 16, y el Boca Juniors en el undécimo, con 13, a falta de nueve jornadas para que termine el Apertura.

Por sus pronunciados bajones recientes, tanto el Boca como el River quedaron fuera de la Copa Libertadores del 2010, lo cual no ocurría desde 1992, año en el que el Newell's Old Boys que dirigía Marcelo Bielsa disputó la final con el Sao Paulo brasileño.

El River Plate participó en todas las ediciones del principal torneo continental entre 1993 y 2009 (ganó la de 1986), mientras que el Boca Juniors obtuvo cuatro títulos entre el 2000 y el 2007 y solamente había faltado en la edición del 2006.

Para lograr una plaza en la Libertadores del 2011 (la primera es del Argentinos Juniors, campeón del Clausura 2010), uno de los dos equipos más populares de Argentina tendría que ser el campeón del actual Apertura, lo cual no contempla la lógica ni por asomo.

De momento se clasifican Estudiantes, Godoy Cruz (nunca ha participado en ese torneo), Newell's Old Boys, Vélez Sarsfield y Lanús, además del Argentinos Juniors.

En los años recientes han aparecido entre los ganadores de torneos locales equipos como Estudiantes (2006), Lanús (2007) y Banfield (2009) en el Apertura, y Vélez Sarsfield (2009) y Argentinos Juniors (2010) en el Clausura.

El ránking mundial de equipos, encabezado por el italiano Inter de Milán, del Instituto Internacional de Historia y Estadística del Fútbol (IFFHS), indica que el argentino mejor situado en la actualidad es el Estudiantes, en el quinto puesto; después figuran el Banfield (17), el Vélez Sarsfield (32) y el Lanús (71).

La clasificación está hecha en base a los resultados de los partidos oficiales disputados entre octubre del 2009 y septiembre del 2010, por lo cual el River Plate está en el puesto 287 y el Boca Juniors en el 301.

De los otros "grandes", ricos y poderosos, solamente quedan las camisetas, que se resisten a desteñir y que aguantan lánguidas transpiraciones.

El San Lorenzo, que perdió tres encuentros consecutivos y obtuvo sólo 15 de 30 puntos posibles, sigue distraído por un entrenador, Ramón Díaz, que prepara frases para disparar semana a semana en un intento de esconder carencias propias y del conjunto en una competición que les queda amplia de talle.

Al sufrido Racing de Avellaneda, que se mantiene en la línea de flotación en la mitad de la tabla, se le caen encima críticas de todos los colores tras varios años de frustraciones y de descensos abortados con los dientes.

El Independiente, también de Avellaneda, poseedor del récord de obtenciones de la Copa Libertadores con siete conquistas, no se cansa de celebrar la victoria del fin de semana pasado ante su histórico rival, el Racing, con el que logró quedar tres puntos arriba del colista en la clasificación. EFE