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CAMBIO DE ESCENARIO

En el campeonato Italiano de Primera División las estrellas del mundial vuelven a enfrentrarse

8 de noviembre de 1982

Hace dos meses defendieron a muerte los colores de su país. Bonieck fue media Polonia Platini le dio jerarquía a Francia Falcao fue el mejor brasileño y Schnadcer fue el único austríaco con voluntad y ganas de hacer las cosas bien. Ahora, defendiendo los colores de sus clubes, estos jugadores vuelven a enfrentarse entre ellos, esta vez en el campeonato de primera división del país del fútbol de moda: Italia. Con un cupo de dos extranjeros por equipo, los dirigentes italianos no se dedicaron a la modestia. Y el resultado es esa feria de nombres familiares al lado de los campeones del mundo que cada semana se encargan de prolongar la alegría de los "tifosi" que hacía 44 años no se permitían el lujo de celebrar como Dios manda, o sea en Roma, un título mundial.
Si bien algunos suramericanos se quejan por no estar en la titular de sus equipos, el caso del peruano Uribe y del uruguayo Victorino, y los directivos del Fiorentina están descontentos con la excesiva violencia del argentino Passarella, el modesto Sampdoria está arriba gracias al aporte de Trevor Francis y el irlandés Brady. En el Udinese se destaca el argentino Patricio Hernández. Media selección Italia reforzada por Platini y Bonieck hacen de la Juventus de Tardelli y Rossi uno de los mejores equipos de Europa. Falcao de Brasil es el rey de Roma.
En Génova, es el inglés Trevor Francis quien anota el gol de la victoria del Sampdoria. En Nápoles Ramón Díaz asombra con su habilidad. En Florencia la figura es el mejor líbero del mundo, Daniel Passarella. Falcao conduce de la mano al Roma. A su lado, los italianos también son protagonistas. Antognoni es el director de la Fiorentina, Tardelli, Cabrini y Rossi están al lado de Bonieck y Platini para hacer incontenible a la Juventus de Torino.
Un campeonato cuya principal característica ha sido la escasez de goles, parece revivir con el aporte de los extranjeros. Sin embargo, los efectos de esta política sólo se conoceran cuando Italia defienda su prestigio en la Copa Europa de Naciones y en el mundial del 86.
Luego de su fracaso en Inglaterra 66, cuando los coreanos eliminaron a la "squadra azzurra", Italia cerró sus fronteras. En México mejoraron las cosas y fueron finalistas luego de sacar a los alemanes en una memorable semifinal. Parecía que la política ultranacionalista daba sus frutos. Pero el mundial de Alemania fue otra experiencia amarga para Italia. Y en el 78, con la presencia de Rossi y Cabrini al lado de los consagrados, los italianos fueron cuartos.
Entonces se abrieron las fronteras. Llegaron Falcao, el escocés Jordan y Bertoni. Sin embargo, pocos goles le ofrecía la liga italiana a sus seguidores. El lío de los sobornos, y el discreto nivel exhibido en la Copa Europa del 80 y en el mundialito de Uruguay dejaban muy claro que en Italia las cosas andaban bastante mal. Se clasificaron al mundial de España detrás de Yugoslavia y luego de derrotar con dificultad a los modestos equipos de Grecia, Luxemburgo y Dinamarca.
Hoy día las cosas son muy distintas. El respeto del mundo hacia su fútbol ha desplazado la atención de los observadores internacionales, quienes han dejado de lado los campeonatos de España, Alemania e Inglaterra tradicionalmente los más importantes de Europa. Y este año, los clubes de estos tres países tendrán que contar en la disputa de las copas europeas de clubes con cuatro equipos italianos que ya superaron la primera ronda. En la Copa Europa, propiedad de Inglaterra desde los lejanos tiempos del Liverpool de Kevin Keeagan, la Juventus es un serio aspirante capaz de cortar la supremacía inglesa. En la Copa de Ganadores de Copas, el Inter de Milán es otro aspirante capaz de complicarle la vida al Barcelona de Maradona o al encopetado Bayern de Munich. Y en la Copa de la UEFA siguen con vida Napoli y Roma.
Mientras les llega la hora a los héroes de Madrid cuando vuelvan a defender los colores de Italia, los "tifosi" se están deleitando con un torneo que se llenó, de pronto, con los goles fabricados por aquellos que fueron incapaces de detener la marcha triunfal de Italia en la pasada copa de del mundo.--