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INFORME ESPECIAL

Colombia y su ilusión

La mítica victoria sobre Argentina podría quedar atrás en Brasil 2014

Ezequiel Fernández Moores*
9 de septiembre de 2013

“Es más difícil sobreponerse a una victoria que a una derrota”, dijo una vez Jorge Luis Borges. El escritor argentino no entendía y tampoco quería entender el fútbol. Pero su frase podría servirnos hoy para hablar de la Selección Colombia. 

La Copa de Brasil 2014 llegará veinte años después del Mundial de Estados Unidos 1994, al que Colombia llegó sintiéndose favorita tras el humillante 5-0 a Argentina en River, pero del que terminó yéndose primero que todos y con el drama de Andrés Escobar al retorno. 

La sensación hoy es que la Selección Colombia tiene a su mejor generación de jugadores desde 1994, el año en el que, como diría Borges, no pudo “recuperarse de una victoria”. ¿Habrá aprendido la lección ahora que llega otra vez con buenas armas a un mundial que, más a favor aun, se jugará cerca de casa?

El fútbol colombiano se aferró hasta 1990 al histórico 4-4 contra Unión Soviética de 1962. Y hasta 1993 al 1-1 contra Alemania en Italia 90. Pero el 5-0 contra Argentina alcanzó una dimensión especial: acaso también porque yo soy argentino, porque estaba ese día en River y porque escribo este artículo en pleno vigésimo aniversario de la goleada. Y también, tal vez, porque el técnico que hoy está llevando a la Selección Colombia a Brasil, José Pékerman, es argentino. 

En septiembre de 1993 Pékerman asumía como técnico de Colo Colo. Jamás imaginaba entonces que el 5-0 del Monumental y el replanteo tras la eliminación posterior en cuartos de final de Estados Unidos en 1994, terminarían precipitando su arribo a las selecciones juveniles de Argentina, un paso inolvidable, que dejó títulos mundiales, grandes jugadores y conducta ejemplar, aunque no logró cristalizar resultados luego con la selección mayor, en el Mundial de Alemania de 2006. 

Es el mismo técnico que hoy, paradójicamente, está llevando a la Selección Colombia a Brasil. El que confirma lo peligroso que suele ser generalizar en cualquier orden de la vida, porque Pékerman, argentino, sí, dista de ser engreído o soberbio, como se nos conoce en la región. Puede que no sea fácil encontrar argentinos humildes, menos aun en el fútbol. Pero la vida, se sabe, no es blanco y negro. 

Es cierto, los tiempos sociales y políticos en Colombia hoy son otros. Y tampoco Radamel Falcao es el Tino Asprilla. Pero Pékerman intervendrá seguro si llega a percibir algún atisbo de triunfalismo en el plantel (en alguna prensa, se sabe, es inevitable, en Colombia y en Argentina). 
Brasil 2014 sí ofrece una ilusión. Y la posibilidad, también, de poder superar la hazaña del 5-0. Y su drama posterior. 

* Columnista de ‘La Nación’ de Buenos Aires.