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CON PASO FIRME

Tras su triunfo en el maratón de Los Angeles, Pedro Elías Ortiz sueña con una medalla en Barcelona.

9 de abril de 1990

El primer gran triunfo deportivo del año para Colombia corrió por cuenta del atletismo. Y fue por todo lo alto. El fondista santandereano Pedro Elías Ortiz ganó el pasado 4 de marzo el maratón de Los Angeles (Estados Unidos) y venció a unos 23 mil atletas. La de Los Angeles es una de las pruebas más importantes del mundo y por primera vez en la historia un colombiano se impuso en la distancia de 42 kilómetros y 195 metros.
Tras un mes de entrenamientos en la Sabana de Bogotá, bajo las órdenes del entrenador caleño Carlos "Pilo" Godoy, Ortiz partió a los Estados Unidos con la seguridad de que iba a mejorar el segundo puesto que el año pasado alcanzó en la prueba. Esta vez el colombiano estuvo todo el tiempo en la punta, observó cuidadosamente a sus más serios oponentes, dejó que los rivales impusieran el ritmo y a un kilómetro de la llegada lanzó un fuerte ataque, que le alcanzó para entrar triunfador. La marca de 2:11:54 horas es la segunda mejor del país y de Suramérica. La primera está en poder del legendario Domingo Tibaduiza, quien hizo 2:11:21 en el maratón de Nueva York de 1983, en el que entró en el segundo lugar.
Desde el momento de la arrancada el colombiano se ubicó en los lugares de vanguardia y logró evitar la aglomeración que se formó en los sectores intermedios por culpa de la gran cantidad de participantes. Con una temperatura agradable y con una lluvia que refrescó a los corredores durante buena parte del recorrido, Ortiz se mantuvo todo el tiempo al acecho. Reguló su paso para no distanciarse en ningún momento de la punta y capitalizando los errores del año pasado y que le costaron el triunfo, esperó hasta último momento para atacar. A lo largo de la carrera, sus oponentes lo vigilaron con cuidado pero no contaron con que Ortiz tenía una buena reserva de energías como para rematar de manera contundente en el último kilómetro.
Lo de Ortiz es una nueva luz de esperanza para el fondismo colombiano, que no ha contado en los años recientes con figuras de talla internacional. Con el retiro de Domingo Tibaduiza, con un Víctor Mora que ya dio lo mejor de su producción y con un Silvio Salazar que ha tenido problemas para encontrar su forma ideal, Colombia no había tenido figuraciones decorosas en los últimos años. Las cosas han cambiado ahora con lo hecho por este bumangués de 32 años, doce de los cuales los ha dedicado a correr. Y, como ya es costumbre, la mayor parte de su carrera deportiva la ha adelantado fuera del país, en Puerto Rico, como tuvo que hacerlo Tibaduiza por la falta de apoyo que existe en Colombia para los deportistas. Ortiz se graduó de ingeniero civil y en la actualidad adelanta un postgrado en gerencia administrativa en San Juan, lo que le ha permitido contar con el apoyo de la universidad para adelantar su preparación.
Es la primera vez en la historia del país que se alcanza el triunfo en la máxima distancia. En ocasiones anteriores, los fondistas colombianos se han impuesto en medios maratones como el de San Silvestre en Sao Paulo, Brasil, o el de San Blas de llescas en Coamo, Puerto Rico. Tibaduiza fue segundo en el de Nueva York y séptimo en el de Los Angeles. Fuera de los premios -que suman cerca de 28 millones de dólares- Ortiz ya entró en el grupo de los grandes del fondismo mundial y le llegó la hora de los buenos contratos y los patrocinios de tiempo completo. Y todo esto le llegó a buena hora, pues su intención es la de quedarse con una medalla en los juegos olimpicos de Barcelona. Para lograrlo, espera estar en un tiempo de 2:00 horas para la distancia, lo que lo pondría entre la baraja de candidatos. Esto no es fácil. A primera vista, el hecho de que llegará a las olimpiadas con 34 años a cuestas puede ser un obstáculo en sus aspiraciones. El afirma que las mejores marcas en el maratón se logran sobre la barrera de los 30 años, pero lo cierto es que a esa edad es mucho más difícil lograr la forma óptima que cuando se tienen entre 25 y 30. Pero Ortiz parece decidido a lograrlo y ya dijo que llegará a Barcelona "como un avión". Por lo pronto, con lo de Los Angeles ya se coronó de gloria y logró vencer la mala suerte que le había relegado casi siempre al segundo lugar:
fue segundo en Puerto Rico, en febrero de este año; fue segundo en el maratón de Los Angeles el año anterior y en los Centroamericanos y del Caribe del año pasado, en Venezuela. A corto plazo, tiene en la mira el maratón de Nueva York, otro de los grandes del mundo. Y si llega a ganarlo, la recompensa será cuatro veces superior a la que alcanzó el domingo pasado. Luego vendrá una larga temporada de preparación en Europa, para la que necesitará mucha dedicación y paciencia. Porque el reto es grande y la distancia también. Y la responsabilidad de ser, al menos por ahora, la única esperanza de una medalla olímpica para Colombia, es un compromiso que exige mucho.