Córdoba y Perea dicen adiós

Luego de la estelar generación de la primera mitad de los noventas, del fútbol colombiano no surgieron más ‘cracks’ del gol como el ‘Tino’ Asprilla ni maestros del toque como el ‘Pibe’ Valderrama, pero sí unos cuantos gladiadores de la primera línea, los defensas.

Dos de ellos, Iván Ramiro Córdoba y Luis Amaranto Perea, dieron por finalizada este fin de semana una gran etapa como futbolistas en sus carreras. El primero colgó los guayos para dejar las canchas y el segundo recibió un digno homenaje para despedirse de sus hinchas.

Ambos, insignias del Inter de Milán y del Atlético de Madrid respectivamente y de la Selección Colombia en diferentes ocasiones, dejaron una huella en sus clubes y en sus fanáticos producto de su trayectoria que merece ser recordada.

Iván Ramiro

Nació en Rionegro, Antioquia en 1976. Jugó en el quipo de ese municipio en la Primera B de 1993 a 1996 cuando Atlético Nacional se hizo con sus servicios. Luego en 1998 pasó a San Lorenzo de Almagro del fútbol argentino y tras una sola temporada pegó el salto a uno de los más grandes del mundo, el Inter. de Milán.

Allí, en Italia, se hizo ídolo, segundo capitán y lo ganó todo: Cinco ligas de Serie A, cuatro Copas de Italia, cuatro Supercopas, una Champions League y un Mundial de Clubes.

En julio de 2011, luego de 12 años de vivir allí, obtuvo la ciudadanía italiana. Sin embargo, como no podía ser diferente se dedicó a llevar su carácter y liderazgo con la camiseta de Colombia y en 2001, con un cabezazo de antología, se consagró como el gran artífice del máximo logro de la Selección nacional, la Copa América.

Este domingo 6 de mayo, ingresó por última vez a la cancha del Giuseppe Meazza al minuto 83 para despedirse de sus hinchas en un marco inigualable, el derbi de la ciudad contra el A.C. Milán. Los ‘nerozzurri’ ganaron por 4 a 2 y le impidieron el título a su rival histórico. Iván Ramiro, sencillo y tranquilo como siempre y después de 454 partidos, 13 temporadas y 15 títulos se despidió diciendo: “Más adelante habrá tiempo para hablar de lo que será mi futuro y de recordar con gran placer las trece temporadas que hemos vivido juntos, con pasión, respeto y compartiendo siempre todo, desde los momentos difíciles, los extraordinarios, a las hermosísimas victorias”.
 
Amaranto

Oriundo de Turbo, Antioquia, llegó en el 2000 al Independiente Medellín y dos años después pudo salir campeón. Hizo parte del equipo que llegó a semifinales de la Copa Libertadores 2003 e inmediatamente fichó por Boca Juniors, campeón de esa edición.

Tras solo una temporada en el club porteño donde consiguió un torneo local y una Copa Intercontinental, dio el brinco al fútbol europeo a uno de los grandes de España, el Atlético de Madrid. La oportunidad se dio luego de un amistoso entre ‘xeneizes’ y ‘colchoneros’ en el Vicente Calderón, donde los directivos de aquel equipo no dudaron en hacerse con el jugador.

Allí en Madrid se consagró como insignia de la institución, segundo capitán y como el extranjero en vestir en más ocasiones la camiseta en partidos oficiales: 314.

El sábado pasado se despidió de sus hinchas en el último partido de la temporada como local junto a Antonio López, otro histórico del club. Ambos recibieron la insignia de oro y brillantes y una camiseta con el número de partidos jugados.

Con la esperanza de salir campeón de la Europa League este miércoles, Perea les habló a sus seguidores: "Ahora mismo me siento un poco vacío. He pasado muchos años aquí, prácticamente una vida en un club que me lo ha dado todo. Siempre seré el hincha número uno. Hay tres cosas importantes en mi vida: Dios, la familia y el Atlético de Madrid".