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La eliminatoria al Mundial no será nada fácil para Colombia. El primer rival, Brasil, es el gran favorito. Pero otras naciones también presentarán estrellas de primer nivel mundial.

24 de abril de 2000

En Colombia el optimismo se volvió cosa del pasado. Desde que la selección Brasil goleara 9-0 a Colombia en el torneo preolímpico todo el mundo anda asustado con los brasileños, que jugarán contra Colombia este martes en Bogotá, y en general con el panorama que le espera a la selección que dirige Luis Augusto ‘El Chiqui’ García. Al fin y al cabo la eliminatoria suramericana enfrentará a Colombia con equipos en los que militan grandes figuras del fútbol mundial. Brasil, por ejemplo, cuenta con varios jugadores que triunfan en Europa, entre ellos Rivaldo, del Barcelona, considerado el mejor del mundo en la actualidad; Roberto Carlos, del Real Madrid; Jardel, tres veces consecutivas máximo goleador en Portugal, y Elber, del Bayern Munich, por sólo citar unos pocos.

Argentina, por su parte, cuenta con un contingente en el que se destacan Hernán Crespo y Ariel Ortega, del Parma; Gabriel Omar Batistuta, de la Fiorentina; Javier Zanetti, del Inter de Milán; Juan Sebastián Verón y Diego Simeone, de la Lazio, y Kili González y ‘El Piojo’ López, del Valencia.

Un escalón más abajo están los chilenos, cuyas principales estrellas son los delanteros Marcelo Salas, de la Lazio, e Iván Zamorano, del Inter de Milán, quienes encabezan una nómina de jugadores que adquirieron gran experiencia no sólo en la pasada eliminatoria, cuando el equipo chileno apenas se formaba, sino en el mundial de Francia de 1998 y la Copa América del año pasado.

Uruguay no se queda atrás. Bajo la conducción técnica del estratega argentino Daniel Passarella, cuenta con un delantero excepcional: Alvaro Recoba, quien ha hecho olvidar a los hinchas de su equipo, el Inter de Milán, nada menos que a Ronaldo. Pero él no es el único. Gustavo Poyet ha demostrado su gran categoría en el Chelsea inglés, en el cual, además de su dinámica y su despliegue físico, son frecuentes sus goles de gran factura. Uruguay mostró en la pasada Copa América, en la que fue subcampeón, un equipo joven capaz de hacer olvidar las frustrantes campañas de los charrúas en las dos pasadas eliminatorias, en las que no fueron capaces de clasificar a la Copa Mundo.

Los demás equipos (Perú, Ecuador, Venezuela y Bolivia) en el papel se ven accesibles para Colombia. Pero también son rivales duros. Perú cuenta con jugadores que han adquirido gran experiencia en torneos extranjeros, entre ellos Nolberto Solano, quien jugó en Boca Juniors, de Argentina, y en la actualidad es titular del Newcastle inglés. Ecuador cuenta con el goleador Iván Kaviedes, quien dejó su huella en la serie A italiana en Perugia y en el Celta de Vigo, de España, y el veterano Alex Aguinaga, quien todavía da de qué hablar. Bolivia siempre es un rival de cuidado capaz de pintarles la cara incluso a brasileños, argentinos y uruguayos, como lo demostró en las dos eliminatorias pasadas. En más de una ocasión Venezuela le ha provocado sustos a Colombia en la categoría de mayores.



Otra historia

No hay que entrar en pánico. Sin embargo es importante recordar que, a diferencia de hace cuatro años, en esta ocasión Colombia no empieza ‘sobrada de lote’. En la eliminatoria 1997-1998, en especial en la primera fase, a Colombia le alcanzó con los jugadores que habían fracasado en el Mundial de Estados Unidos y la Copa América de 1995 para ubicarse en la punta de la clasificación. Esto se debió a que la mayor parte de los equipos de Suramérica estaban en proceso de formación. De este modo Colombia no tuvo casi inconvenientes en la primera fase para doblegar con facilidad a equipos como Chile que, en el partido de vuelta, respondió con goleada en Santiago.

Además la gran cantidad de empates que se vieron en esa primera fase en partidos que no involucraban a Colombia favorecieron mucho al combinado nacional pues, de tres puntos en disputa cada equipo se quedaba con un punto y el otro sencillamente se perdía.

En 1998, sin embargo, Colombia pagó caro el estancamiento y la falta de renovación. Perdió con Argentina y Perú en Barranquilla y a duras penas obtuvo el tercer lugar y un cupo a Francia que, más que al optimismo, invitaba a la preocupación, tal como se ratificó en los estadios de Francia tras dos derrotas inapelables ante Rumania e Inglaterra y un triunfo por la mínima diferencia ante el muy débil equipo de Túnez.

A estos malos resultados de la selección, que se paliaron un tanto en la Copa América de 1999 tras el triunfo 3-0 ante Argentina, se agrega ahora la desastrosa goleada 9-0 que le propinó Brasil a Colombia en el pasado torneo preolímpico, lo que ha creado en el país un clima de preocupación y miedo, en especial cuando se habla del partido ante Brasil del próximo martes.

Colombia tiene en su contra el traumatismo que provocó la salida del técnico Javier Alvarez tras el desastre del preolímpico y el trabajo a marchas forzadas de Luis Augusto ‘El Chiqui’ García, el nuevo estratega nacional. Sin embargo este es un mal que comparten todos los técnicos de Suramérica, que disponen de muy pocos días para juntar a las estrellas que militan en las ligas europeas y quienes, por más planteamientos tácticos que preparen, en gran medida dependerán del buen momento que pasen sus individualidades en cada encuentro. Prueba de ello han sido las poco convincentes presentaciones de los distintos seleccionados suramericanos en partidos amistosos recientes.

Pero Colombia tiene a su favor la experiencia adquirida por varios de sus jugadores en el fútbol internacional, en especial en Argentina. El arquero Oscar Córdoba y el defensor Jorge Bermúdez pasan por un gran momento en el Boca Juniors. Lo mismo puede decirse del delantero de River Plate Juan Pablo Angel. Iván Ramiro Córdoba, quien triunfó en San Lorenzo, también de Argentina, se ha afianzado en el muy exigente fútbol italiano y es titular indiscutido en la defensa del Inter de Milán. Si a esto se agrega el buen momento que pasa el volante Frankie Oviedo, del América de Cali, la fuerza de Hamilton Ricard, del Middlesborough inglés, y la experiencia de Freddy Rincón, volante del Santos de Brasil, es posible pensar en un desempeño más que decoroso del equipo nacional.

Es importante tener en cuenta es que el sistema de jugar todos contra todos ofrece dos ventajas. Por un lado, al jugarse tantos partidos, el factor suerte no tiene tanta incidencia como ocurre en sistemas de eliminación directa o competencias de todos contra todos entre muy pocos equipos. Además el amplio margen de tiempo entre cada partido permite corregir errores y afinar el equipo. Así que, aunque lo ideal es comenzar la eliminatoria con pie derecho, un empate o una derrota ante Brasil este martes no deben verse como el fin del mundo.