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DE PRINCIPE A MENDIGO

EL COMIENZO DE LA TEMPORADA INTERNACIONAL REVIVE LAS DUDAS SOBRE EL FUTURO DEL CICLISMO COLOMBIANO. CUAL ES LA REALIDAD?

24 de febrero de 1997

Hasta hace pocos años el ciclismo era el rey de los deportes en Colombia. Los ciclistas no sólo eran conocidos, admirados y respetados por todos, sino que quienes se dedicaban a esa actividad eran vistos como héroes. Hoy la historia es muy diferente. Los aficionados ya no se agolpan en las orillas de las carreteras para ver pasar la carrera. Y algunos pedalistas sólo salen del anonimato cuando son atropellados por algún conductor que disputa con ellos el derecho a rodar por las carreteras. Los niños ya no sueñan con ser como 'Lucho' Herrera o Fabio Parra, algunos de ellos ni siquiera conocen sus hazañas y prefieren soñar con imitar a los ídolos del momento como el 'Tino' Asprilla, Juan Pablo Montoya o Edgar Rentería. Es como si de un instante a otro el ciclismo hubiera pasado de príncipe a mendigo. Y la verdad es que la realidad de este deporte no está muy lejos de esta comparación.Cuesta abajoLa semana pasada terminó la XXXII Vuelta al Táchira, certamen que abre el calendario ciclístico internacional y una de las pruebas más importantes de América Latina. Pese a que ese evento ha sido ganado en 15 ocasiones por corredores nacionales, a pocos pareció importarles demasiado que el triunfador hubiera sido un colombiano, que por cosas del destino corre para un equipo venezolano, o que tres de los cinco primeros puestos hayan sido para pedalistas del país. Por esos días, pese a que son pocos los que se atreven a reconocerlo públicamente, una vez más se volvió a mencionar una palabra que ha rondado este deporte en los últimos años y que ha sonado con especial insistencia durante el último mes: crisis. En diciembre pasado dos de los más grandes y antiguos patrocinadores de esta actividad en el país, Postobón y Bavaria, anunciaron que sus equipos Manzana Postobón y Pony Malta abandonaban el ciclismo definitivamente. De estos dos clubes salieron cerca de 70 personas entre corredores, entrenadores, mecánicos y masajistas. Algunos de ellos tuvieron que dedicarse a otras actividades, y a la mayoría de los pedalistas no les queda más remedio que seguir los pasos de cerca de 50 de sus colegas, quienes en los últimos tres años han tenido que emigrar a buscar puesto en equipos de México, Costa Rica, Guatemala o Venezuela ante la falta de patrocinadores en Colombia. La situación ha llegado a tal punto que en la Ruta Azteca que comenzó el miércoles anterior, los más duros rivales de los ocho colombianos del 'Orgullo Paisa' son sus doce compatriotas que defienden las camisetas de varios equipos mexicanos. ¿Pero cómo llegó a esta situación el deporte que más gloria le ha dado al país?Para comenzar, el ciclismo en Colombia siempre tuvo ídolos que arrastraron a la afición, a los medios de comunicación y a los patrocinadores. En los años cincuenta fue Ramón Hoyos, en los sesenta Martín Emilio 'Cochise' Rodríguez, en los setenta Rafael Antonio Niño y Alfonso Flórez, en los ochenta 'Lucho' Herrera y Fabio Parra. Para los noventa se suponía que los llamados a mantener el interés de los aficionados en el ciclismo serían Oliverio Rincón y Alvaro Mejía, pero no fue así. Según Héctor Urrego, director de la revista Mundo Ciclístico y comentarista de RCN, "Rincón y Mejía terminaron siendo prácticamente unos extraños para la gente y los medios de comunicación, porque ellos se fueron a correr a Europa demasiado jóvenes y no regresaron. Rincón, por ejemplo, en los últimos tres años no corrió una sola prueba en elpaís, y pese a que fue cuarto en una vuelta a España y quinto de un Giro de Italia, su buen desempeño no tuvo el mismo impacto de Herrera, quien pese a correr las grandes vueltas de Europa, siempre participó en las pruebas nacionales".Esa falta de figuras fue la responsable en gran parte de que el ciclismo empezara a decaer, pues al no haber un ídolo que llamara la atención del público, los patrocinadores perdieron el interés y prefirieron dedicar sus recursos hacia actividades que acapararan más gente como el fútbol. Al tener menos dinero disponible, los equipos que sobrevivieron tuvieron que resignarse, a partir de 1992, a no asistir con frecuencia a las grandes pruebas de Europa y a participar sólo en las del continente americano. Esa determinación trajo como consecuencia que la afición, los medios y los patrocinadores se alejaran aún más porque, como dijo a SEMANA 'Cochise' Rodríguez "todo el mundo quería que los ciclistas hicieran lo mismo de 'Lucho' y Parra en Europa, y como los ciclistas no mejoraron los posiciones de ellos en el Tour y la Vuelta, o simplemente corrían otra carrera, la gente se despreocupó del todo del ciclismo".El gran problema es que mientras todo esto sucedía los dirigentes deportivos no reaccionaron a tiempo y como nunca hubo una planificación seria para garantizar el futuro, este deporte siguió cuesta abajo en su rodada. Hoy el ciclismo colombiano está en un túnel y la única salida que tiene es, como dijo Luis Herrera a SEMANA, "volver a empezar de cero, crear una nueva afición y por medio de las carreras regionales buscar los corredores que revivan el entusiasmo por el ciclismo".La realidad es que durante los próximos años los colombianos no volverán a sentir la emoción de triunfos como los de 'Lucho' y Parra, y, por el contrario, tendrán que armarse de paciencia mientras aparece el mesías que le devuelva la fe a los seguidores del ciclismo. nn Durante los próximos años no volverán los grandes triunfos