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¿Dónde está la magia?

La hora cero, el esperado debut de Brasil y sus rutilantes estrellas, encabezadas por Ronaldinho, llegó y pasó con un solo recuerdo grato, el precioso gol de Kaká.

Rubén Darío López C.
13 de junio de 2006

El sábado Pekerman se negó a mostrarnos a Messi. Hoy en la mañana “Harry Potter” evidencia cada vez más el paso de los años y de la Francia versión 2006 a la versión 2002, no hay mucha diferencia. Y la hora cero, el esperado debut de Brasil y sus rutilantes estrellas, encabezadas por Ronaldinho, llegó y pasó con un solo recuerdo grato, el precioso gol de Kaká.

Es una pena ver a “Zizu” deambulando por la cancha, con escasas pinceladas de su “magia”, pero reflejando en su rostro gestos típicos de incapacidad.

Poquita, muy poquita magia, sale hoy de las piernas de Zidane, el coronado rey de Francia 98, hoy es apenas un nombre gratamente recordado luchando por el honor de su país. Un pase en profundidad a Henry, un cucharetazo que no tuvo receptor y ¿después? Nada de nada.

“Zizu” perdió 11 balones y Henry 15, ¿Si el mago pierde tal cantidad de balones, qué se puede esperar? Suiza y Francia se repartieron la posesión de balón 50% cada uno, sin balón Zidane no tiene gracia

Lo grave para Francia es que reemplazo para Zidane, no existe, así sucedió con Platiní. Es que de esa talla, pocos, muy pocos en el mundo.

¿Y Henry? Bien por su casa que tal. Ni sombra de la estrella del Arsenal. Hay un dato de esos que producen escozor: Henry, en sus dos citas mundialistas, solo ha anotado dos goles, ambos a Arabia Saudita el 18 de junio de 1998. A partir de esa fecha, en los dos mundiales pasados y lo corrido de este, Francia ha jugado 8 partidos y los goles de Henry no aparecen. Cero goles.

Qué grande es Henry en la “Premier”, pero qué pequeño luce en los mundiales. ¿Cuántos partidos del Mundial le quedan para cambiar su historia? ¿Sólo dos?

El último mago

Botín de oro, FIFA World Player, campeón de Liga, campeón de Champions, sí señores, llegaba Ronaldinho, a las 9 de la noche hora alemana, en Berlín, sede de la final de este mundial. Aparecía la última esperanza de que la lámpara fuera frotada y la añorada magia hiciera presencia. Pues no. Aladino no aterriza en Alemania. Ronaldinho y su corte apenas regalaron un hermoso gol en las piernas de otro mago, Kaka. Y pare de contar.

La magia de los regates, túneles, tacos, sombreros, balón a un lado y mirada al contrario, remates de ensueño y paredes fue cambiada por la del susto, por la ubicación exacta de Dida en los remates “balcánicos” y los 13 balones recuperados por Emerson. La magia blanca, aquella de las ideas, la de enamorar, fue reemplazada por la negra, por esa que gana en la destrucción. En la táctica, en el saber pararse. Fuimos a ver a Ronaldinho y nos quedamos con Emerson.
Cierto es que apenas mañana se terminan de presentar todos los actores, pero no es que se vislumbre un panorama mejor. ¿Emociones? Si. ¿Magia? Escasa, muy escasa.

Plegaria: Aladino, por favor convence a Pekerman para que nos deje ver a Messi, dale un soplo a “Zizu” para una despedida de lujo y frota la lámpara a favor de Brasil, porque si no es el carnaval quien embruje. ¿Quién lo hará?