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EL AUDAZ

A los 70 años el célebre actor Paul Newman se convirtió en el piloto más veterano que gana una carrera de autos: nada menos que las 24 horas de Daytona.

27 de marzo de 1995

SUS SUEÑOS SE cumplieron tarde. Cuando acababa de cumplir los 62 años el actor Paul Newman por fin se ganó un Oscar de la Academia, y no precisamente por un papel. Después de haber estado nominado varias veces, Hollywood decidió darle la estatuilla por su vida y obra en el séptimo arte, un premio que es otorgado más que todo porque la historia no perdonaría que entre los ganadores del Oscar no apareciera la mítica figura de Paul Newman. Ocho años más tarde, el pasado 5 de febrero, Newman cumplió el segundo de sus sueños: ganar una carrera automovilística de grandes dimensiones. Y lo hizo triunfando en las 24 horas de Daytona en la categoría Gran Turismo.
El gusto del actor por el automovilismo se remonta a finales de los años 60, más precisamente en 1968, cuando fue convocado para protagonizar la película 500 Millas. En ese momento Newman sólo había manejado su carro particular y a la máxima velocidad que se había desplazado era a 55 millas por hora, el límite permitido por las autoridades estadounidenses en sus autopistas. Para realizar un buen papel en la película el actor debió tomar un curso de conducción deportiva. Sin pensarlo mucho se inscribió en una escuela y al poco tiempo se convirtió en uno de los mayores afiebrados de este deporte.
La goma llegó a tal punto que en 1972, cuando tenía 47 años, empezó a competir en un campeonato de pilotos aficionados que hacían sus carreras horas antes de las grandes competencias del automovilismo norteamericano. Muchos expertos lo calificaron como un hombre rápido que, sin ser un piloto excepcional, podría llegar a realizar destacadas actuaciones en premios importantes.
No se equivocaron. Tan sólo siete años después Newman, sentado en un Datsun 280ZX y con el alemán Rolf Stommelen como compañero de fórmula, logró la segunda posición en las 24 horas de Le Mans. El propio Newman afirmó minutos después de la carrera que no le había pasado nada más emocionante en la vida y que este era su mayor logro.
Decidió entonces retirarse por un tiempo de la conducción y creó el equipo Newman-Hass, de la escudería oficial de la casa inglesa Lola en el Campeonato de Indy Cars. Con pilotos como Mario y Michael Andretti, o el propio Nigel Mansell, el equipo logró tres títulos entre 1984 y 1993. Pero las emociones ya no eran iguales. Una cosa era sentir el vértigo de la velocidad sentado en el habitáculo de un auto de carreras y otra oír desde la tribuna o desde los pits el rugido de los motores.
Le propusieron correr en Daytona y sin dudarlo mucho aceptó. Se sentó en un Ford Mustang, clase GTS-1, motor V6 de seis litros, pintado de blanco y con el número 70 -quizás por la celebración de su cumpleaños 10 días antes de la prueba- y en 24 horas se convirtió en el piloto más veterano que gana una carrera de autos. En el autódromo pocos lo creían y en el resto del mundo la noticia no fue relevante, tal vez porque nadie ha manejado a los 70 años un auto que se desplaza a más de 200 kilómetros por hora.-