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EL DELFIN

Jordi, el hijo del legendario Johan Cruyff, sigue los pasos de su padre y ya es la estrella del `Barca'

17 de octubre de 1994

NO LLEVA EN la camiseta azul grana el número nueve como lo llevaba su padre desde que entró a hacer parte del Barcelona en 1973. El tiene el número 14, el mismo que llevó su padre en el Mundial de Fútbol de Alemania en 1974. Se trata de Jordi Cruyff, el hijo del legendario Johan, aquel delantero holandés que como jugador fue subcampeón del mundo en el 1974, y que como técnico ha orientado al Barcelona en sus últimos cuatro títulos consecutivos.
Jordi tiene 20 años, "camina igual que su padre -le dijo a SEMANA Carlos Barrero, periodista del diario deportivo español Marca-, juega con el mismo estilo y marca los mismos goles de él". Desde que se puso por primera vez la camiseta del actual campeón de España hace apenas dos meses en los partidos de pretemporada, Jordi se convirtió en ídolo. Jugó en total 427 minutos y anotó ocho goles. Fue la figura indiscutible del equipo azul grana en los encuentros de preparación para el torneo interno, y el pasado 10 de septiembre demostró que en ese equipo de estrellas -están Romario, Stoichkov, Hagi y Koeman- también puede tener un puesto para afrontar los compromisos del campeonato español de primera división.
Ese día el Barcelona se enfrentó al Racing de Santander, y cuando no habían pasado ni cinco minutos Popov anotó el primer gol del partido. Racing se iba adelante, pero dos minutos más tarde Jordi voló y conectó un cabezazo que acabó con las esperanzas del cuadro visitante. De ahí en adelante, Jordi se echó el equipo al hombro, piso el área, pateó varios tiros de gol que atajó el arquero contrario y salió aplaudido del Nou Camp, luego de que su equipo ganara 2-1 gracias a un pénal que marcó Koeman a los 29 minutos del segundo tiempo.
Tenía las medias abajo y la camiseta por fuera de la pantaloneta . Caminaba al mejor estilo de un Cruyff: serio, modesto y con la cabeza abajo. Los periodistas se volcaron sobre él, lo alabaron y le soltaron los micrófonos: "no soy ninguna estrella. Sólo tengo 20 años y es mucho lo que me falta para ganarme la titular y para convertirme en un huen jugador ". Esas fueron sus declaraciones, las mismas que su director técnico, su mismo padre, daría unos minutos más tarde.
Y es que todos en el Barcelona son conscientes de que a Jordi todavía le falta mucho. Angel Vilda, el preparador físico del 'Barca', se encargó de él para tenerlo en un plan especial de fortalecimiento físico, y su madre no quiere que se dedique totalmente al fútbol hasta que no acabe su carrera universitaria (administración de empresas).
Desde hace un mes Jordi volvió a salir en los periódicos. Pero ya no aparece como el pequeño hijo de Johan. Ahora lo hace gracias a su fútbol. Cuando sale a pasear por las calles de Barcelona, los hinchas se toman fotos con él y le piden autógrafos. La vida inadvertida de Jordi se acabó. Desde esta temporada el fútbol recuperó a Cruyff, y todos quieren que sea el mismo inolvidable número 14 del Mundial de Alemania l974. -