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EL DUELO

Con el favoritismo de su lado los Broncos de Denver disputarán el Super Bowl.

22 de febrero de 1999

Con extrema puntualidad, cuando el reloj marque las seis de la tarde del próximo domingo 31
de enero, más de 180 millones de corazones estadounidenses se detendrán durante cuatro horas. Ese día
Estados Unidosserá una nación paralizada por una pelota ovalada, como en otros lados ocurre cuando pica
una pelota redonda. El responsable de esta algarabía colectiva no será otro que el Super Bowl en su XXXIII
edición. El escenario será el Pro Player Stadium de Miami, en donde los Broncos de Denver definirán frente a
los Falcons de Atlanta cuál es el mejor equipo del fútbol americano. La fiebre que desata este partido no es
sólo dentro de los estadounidenses. Según las estadísticas de la National Football League (NFL), en el
resto del mundo otros 800 millones de personas también estarán pendientes de la transmisión del encuentro.
Tal demostración de interés planetario ha hecho que el evento sea una verdadera mina de oro, a pesar de que
los dos equipos que disputarán la final no son los más populares de la NFL( ver recuadro). Los protagonistas Y
es que cuando comenzó la temporada en septiembre, en las cuentas de muy pocos estaba que los
Broncos de Denver y, especialmente, los Falcons de Atlanta, pudieran llegar a la finalA lo largo del año nadie
le prestó mucha atención al conjunto de Atlanta, probablemente por costumbre, ya que la conferencia en la
que juegan ha estado dominada durante años por los San Francisco 49ers. Pero, aparte de esto, el
palmarés del equipo no tenía argumentos que hicieran suponer que podrían llegar hasta el Super Bowl. En sus
33 años de historia los mayores logros habían sido el llegar a siete playoffs y contar con dos victorias en
postemporada.Sin embargo, a pesar de esto su técnico, Dan Reeves, logró el milagro y construyó sin
mayores aspavientos un equipo sólido basado en el talento y en los aportes de algunos jugadores desechados
por otras franquicias pero revitalizados por él. Reeves hizo todo en la temporada con un quarterback, Chris
Chandler, quien nunca había estado en los playoffs en las 11 temporadas y seis equipos por los que ha
pasado en su estancia en la NFL. Pero, por encima de eso, la clave de los Falcons dentro del campo de juego
fue el acarreador Jamal Anderson, uno de los mejores de la liga.No obstante el impecable trabajo de Reeves
no son pocos los que coinciden en señalar que el favoritismo para llevarse el trofeo Vince Lombardi es para
los Broncos. Y no están equivocados.Tecnicas de dueloLos Broncos no sólo tienen a su favor la experiencia
que les da el haber llegado con anterioridad a varios Super Bowl sino que cuentan con la nada despreciable
ventaja de tener en sus filas a uno de los mejores quarterbacks de la historia, John Elway, y el mejor
acarreador de los últimos años, Terrell David, elegido como el jugador más valioso de la temporada. A esto se
le suma el hecho de poseer una de las defensas más efectivas de la liga, complementada por una explosiva y
muy eficiente línea de ataque. Es en este equilibrio donde radicará gran parte del éxito del equipo.Por
estadísticas los Falcons dejan ver que su mayor fortaleza dentro del campo consiste en tener a la mejor
línea defensiva de la temporada. Lideraron los registros de posesión de balón y sin lugar a dudas tratarán de
aprovechar esta virtud. Los expertos coinciden en que la estrategia frente a los Broncos estará fundamentada
en ese aspecto: dejarles el balón el menos tiempo posible y evitar que el quarterback John Elway use al
máximo su brazo mágico. El encuentro será, ante todo, un partido entre un equipo netamente ofensivo, como
Denver, contra uno completamente defensivo, Atlanta, animado por un elemento externo: el duelo de
entrenadores.Cuando Reeves estaba como técnico de los Broncos su entrenador ofensivo y mano derecha en
el equipo era Mike Shanahan, actual coach de ese equipo. Para muchos ese duelo entre maestro y alumno
terminará por darle un toque especial al mayor evento deportivo del comienzo de año. nEl equipo de los 800
millonesLa atención que los Pieles Rojas de Washington no logró dentro del campo de juego la consiguió
en el terreno de los negocios.La semana anterior la venta del equipo por 800 millones de dólares convirtió a los
Pieles Rojas en el mayor negocio en la historia del deporte en Estados Unidos y uno de los más grandes del
mundo. Los compradores fueron los banqueros neoyorquinos Howard y Edward Milstein y el empresario
Daniel Snyder. La suma batió la marca de 530 millones de dólares que se pagaron por los Clevelands
Browns en 1998 y no sólo opacó por bastante margen los 350 millones que se cancelaron por la franquicia
de béisbol de Los Angeles Dodgers sino que quedó cerca de la mayor oferta por la compra de un club en la
historia de los deportes: la de los 1.000 millones que el multimillonario australiano Rupert Murdoch ofreció
por el equipo de fútbol inglés Manchester United.En noviembre pasado los hermanos Milstein, quienes poseen
el 45 por ciento del equipo de hockey sobre hielo New York Islanders y cuya fortuna personal según The
Washington Post supera los cinco mil millones de dólares, se asociaron con Snyder, presidente de la
multinacional Snyder Communications Inc, para completar una cifra que fuera difícil de rechazar por parte de
los propietarios de los Pieles Rojas. La transacción incluye aparte del equipo, el estadio en donde
juegan, el Jack Kent Cooke Stadium, y el Redskin Park. La mayor preocupación de los fanáticos era la de
que su equipo fuera trasladado de ciudad, como ya ha ocurrido en otros casos. Pero esto no ocurrirá.Por
ahora los nuevos dueños sólo deben esperar a que las dos terceras partes de los propietarios de las demás
franquicias de la NFL les den su aval para que se oficialice el cambio. Pero esto, para lo que existe un plazo
de 60 días después de la venta, es un asunto que ya se da por descontado y parece un simple
formalismo al lado de uno de los negocios más grandes en la historia de los deportes.