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Céspedes en el equipo campeón de 1975. | Foto: Libro: Santa Fe 60 años 1941-2001

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El legado de un goleador llamado Héctor Javier Céspedes

El pasado fin de semana falleció el exjugador de Santa Fe, Millonarios y Atlético Nacional. Personas que lo conocieron lo recuerdan como el definidor frío y tranquilo, el gran compañero y el entusiasta por el Derecho al que le pudo más la pasión por la pelota.

César Alberto Moreno V.
24 de julio de 2012

Héctor Javier Céspedes nació en Bogotá en 1952, debutó en el fútbol profesional en 1969 con tan solo 17 años en Millonarios, equipo al que fue llevado por el cazatalentos Jaime Arroyave Rendón. Vivió la mayoría de su juventud en el barrio Muzú, al sur de la capital de la república.

Luego de su primera etapa en Millonarios, en 1975 pasó a Santa Fe. En el equipo cardenal desarrolló gran parte de su carrera, donde anotó 74 goles y los fanáticos albirrojos lo recuerdan orgullosamente, noes para menos, un gol suyo frente al Medellín les dio la sexta estrella el mismo año de su llegada.

En 1979 jugó seis meses en Nacional, año en que terminó su contrato con Santa Fe, para volver en 1980 a Millonarios. Sin embargo, se retiraría del futbol en 1984 vistiendo el uniforme cardenal.

Hernán Peláez Restrepo, sin duda el mayor conocedor de la historia del fútbol colombiano, recordó a Céspedes como un delantero difícil de igualar debido a su capacidad para el juego colectivo.

"Héctor Javier Céspedes, poseía características de jugador fino con la pelota. Sus desplazamientos estaban exentos de movimientos aparatosos. Casi en silencio siempre estaba en el área, como pisando algodones y era certero para anotar".

En lo personal Peláez lo recuerda como un hombre de humor negro. "Parecía serio, introvertido, pero en confianza sus conversaciones dejaban reflexiones. Fue director técnico, pero siempre me pareció que no era su intención. Jugó fútbol del bueno".

Por su parte Germán 'Basílico' González, actual director técnico del Real Cartagena y contemporáneo de Céspedes también lo recordó.

"Indudablemente se fue un hombre muy carismático, con mucha visión para jugar al futbol. Un jugador con unas condiciones tremendas. Además, murió un excepcional ser humano, un gran esposo, un gran hijo".

Arturo Boyacá, exjugador y extécnico de equipos como Quindío, Academia y Unión Magdalena. Y quien acompañó como asistente técnico a Héctor Javier Céspedes al frente de Santa Fe en 1990. También habló del legado que dejó Céspedes con su partida.

Boyacá recuerda a Céspedes como la persona que trajo a Independiente Santa Fe a  Adolfo 'el tren' Valencia cuando este todavía era un desconocido en el fútbol amateur. 
 
Asimismo, recuerda una de tantas anecdotas cuando, en la decada del 90, cuando Céspedes junto a 'Basílico' Gonzalez eran opcionados para dirigir a los cardenales. Sin embargo, presiones de algunos sectores de la prensa lograron truncar el proceso, refirendose a esto Céspedes respondió a la prensa "mejor no me meto en esto porque no me ayudan las encuestas".

En el plano profesional y personal Boyacá recuerda. "Pude comprobar lo que era su capacidad en el manejo de grupo, su deseo de ayudar a los jugadores no solo en la cancha, sino en su desarrollo como personas. En los setentas era un referente importante para la gente del futbol de Bogotá por su condición de profesional y de persona".

Para Boyacá la súbita muerte de Céspedes deja un vacío muy grande no solo en Bogotá sino en el fútbol de Colombia. "Puedo dar fe de todo el aporte que hizo en el desarrollo del fútbol en Colombia, como jugador como entrenador, como gerente. Se fue un grande en lo que es profesionalidad, seriedad y responsabilidad y eso lo tendremos muy presente durante mucho tiempo".
 
Céspedes murió a causa de un infarto agudo del miocardio, cuando se encontraba justamente en la sede de concentración de Millonarios. Se desempeñaba como delegado deportivo de Millonarios. Durante su carrera jugó 398 partidos oficiales y marcó 106 goles. También, era abogado egresado de la Universidad Libre.

Como técnico tuvo dos pasos fugaces con Santa Fe, en 1986 donde dirigió un solo partido y en 1990 donde llevó al equipo a las finales. También, fue técnico, en la primera B, del Real Cartagena en 1996 y tuvo una experiencia internacional con Mineros de Guayana en Venezuela.