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EL TENISTA MILLONARIO

Con su último triunfo, Ivan Lendl bate récord de plata ganada

12 de enero de 1987

Ni siquiera el pasado lunes 8 de diciembre, después de haber apabullado a su oponente Boris Becker en Nueva York, el checoslovaco Ivan Lendl sonrió. Y es que Lendl no sonríe nunca como lo saben --y hasta lo sufren-- los millones de seguidores de esa fiebre transcontinental que es el tenis, sin duda el deporte que más dinero reparte entre sus estrellas.
Y Lendl, se sabe, es la gran estrella del tenis del mundo. En esa oportunidad, en el Madison Square Garden batió en tres sets al muchacho alemán, se alzó por cuarta vez con el trofeo del Master y, lo que es más concreto, recibió un cheque por un millón cien mil dólares, que para cualquier persona en el mundo hubiera sido un motivo, no para sonreír sino para morirse de la risa.
Para cualquiera, pero no a Lendl, que parece no haber estrenado los músculos faciales ni siquiera para permitir una mueca de satisfacción. A pesar de que tenía motivos para ello (se hablaba de su decadencia definitiva; Becker le había ganado tres partidos este año), con su estoicismo eslovaco el tenista de 26 años recibió el galardón, que es el número 86 que se ha ganado en toda su carrera profesional.

Una multinacional
Con su cuarto triunfo en el Master (igualó el récord de Illie Nastase), Lendl le confirmó a todo el mundo que sigue siendo el rey y que los saques poderosos del niño Boris, si bien alcanzaron a malhumorarlo en Wimbledon, todavía no son suficientes para destronarlo de esa cúspide, en la que está cómodo después de que se cayeron los imperios de Borg, McEnroe, Connors, Noah.
Además de esa satisfacción deportiva, la gratificación económica a tanta calidad no ha sido desestimable. Este año, al obtener ocho títulos, el Graham Chelem, los campeonatos internacionales de Francia jugados en el estadio Roland Garros y los internacionales de Estados Unidos, Lendl metió en su cuenta corriente tres millones y medio de dólares (752 millones de pesos), lo que lo convierten en el deportista más pagado del mundo sólo en premios. Porque, además, al checo le pagan sus patrocinadores, generalmente productores de artículos deportivos.
Ese dinero se suma a todo el que ha ganado en sus años de carrera profesional, cuando llegó a las canchas para disputarse el reinado que dejó el sueco Borg y que disfrutaron, efímeramente, los norteamericanos McEnroe y Connors. De acuerdo con los cálculos, al patrimonio del checoslovaco han ingresado en ese lapso diez millones 300 mil dólares, que vienen siendo unos 2.215 millones de pesos colombianos, otra vez sólo en premios, sin contar lo recibido por la publicidad y patrocinios.
Semejante multinacional de negocios no es necesariamente un fenómeno del tenis mundial en toda su historia. Para Amparo Gil Ochoa, una de las más grandes expertas de tenis en Colombia, que lleva más de dos décadas persiguiendo por las canchas del mundo esa fiebre, Lendl és "la sucursal checa de Borg. Un hombre que juega por norma sin errores, que no se sale de su esquema y con una capacidad de concentración notabilísima".
Para muchos es esa firmeza en la concentración y esa búsqueda del juego perfecto, sin error, la que hace de Lendl un hombre en apariencia hosco. Para otros, que lo conocen más, el motivo puede estar en su formación de infancia en país solemne donde quiso meterse a un seminario, lo que le hace tener esa disciplina férrea, inclaudicable. Inclaudicable incluso, frente al amor porque a los 26 años, Lendl, que vive en Greenwich, Connecticut, Estados Unidos, sigue soltero y no se le conocen devaneos amorosos, que son la tentación de tantos tenistas. De tantos como sus reyes antecesores: Borg claudicó ante Mariana; McEnroe cayó ante Tatum O'Neal; Yannick Noah perdió ante una modelo norteamericana; Jimmy Connors se enredó en la red de varios affaires. E incluso, el argentino Guillermo Vilas terminó de morir para el tenis, quizás no tanto por su romance con Carolina de Mónaco, como por los espantosos poemas que le dedico.
Lendl, en cambio, sigue ahí. Dedicado a su pasión que es el tenis. Con signando sumas millonarias en su cuenta corriente. Pensando, desde ahora, en el próximo torneo en Australia "y en la revancha de Wimbledon".--