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EL ULTIMO 10

Es posible que en el Mundial de Estados Unidos se vea por última vez a un jugador con la creatividad y la genialidad del 'Pibe'

27 de junio de 1994

"CARLOS VALDERRAMA ES EL ULTIMO armador clásico que queda en el mundo", dijo en días pasados el ex astro del fútbol mundial Michel Platini. La frase puede sonar exagerada, pero es cierta. No se trata de que nadie más se vaya a colocar el número 10 en la espalda para jugar en cualquier selecciòn, sino de que después de este mundial será muy difícil encontrar a otro jugador que cumpla las funciones que realiza 'el Pibe' en el equipo colombiano. Las mismas que hacían Pelé, Cruyff Cubillas, Zico, Maradona, y el mismo Platini en sus respectivas selecciones.

Si se analizan los 24 equipos que van a participar en el Mundial de Estados Unidos, con excepción de Valderrama y Maradona no hay ningùn otro jugador que haga recordar a las grandes figuras de los mundiales anteriores. Si ninguno de los dos es la estrella, seguramente el elegido tendrá grandes cualidades, pero más que todo basadas en la fuerza y el empuje que en la habilidad y el virtuosismo para repartir balones.

Lo que sucede es que la idea del volante de armada se está cambiando por la del líbero empujador, como en los casos de Lothar Matthaus en el Bayern de Munich y Ronald Koeman en el Barcelona de España. Estos dos equipos consiguieron el campeonato en su país con un sistema que, como lo afirma el mismo Platini, busca ahorrar el mayor tiempo posible en el desplazamiento del balón entre el bloque defensivo y los delanteros, con base en un líbero creador. Un estilo similar es el que ha impuesto el Milán, de Fabio Capello, con un resultado aún más demoledor: el equipo no depende de nadie. Con o sin Baresi, la escuadra funciona como un reloj más por la estrategia de juego, respaldada en la fortaleza del bloque defensivo, que por la brillantez de sus figuras. En un esquema como este, a Valderrama le quedaría muy difícil sobresalir con su juego alegre, improvisado y genial. Pero pese a todos los triunfos que hayan podido traer consigo esquemas como los del Bayern, el Barcelona y el Milán, la pregunta que se hacen muchos es si vale la pena perder espectáculo para ganar puntos.

En los últimos 10 años, los dos esquemas han demostrado ser igual de efectivos: la conservadora y cerebral estrategia de Italia, en España 82, y la creatividad suramericana en los pies de Maradona, en México 86. No obstante, para muchos el mundial de Italia 90 ha sido el más aburrido de la historia, precisamente por la imposición generalizada del esquema táctico.

Sólo basta esperar el próximo mundial para ver una vez más si triunfa el esquema abierto, con un eje central como Valderrama, o si se impone aún más la estrategia europea. Si gana el estilo de juego que no necesita a un volante de armada clásico, los aficionados tendrán que cambiar de mentalidad y aprender a apreciar más la habilidad táctica que la inteligencia técnica, como tal parece que será el fútbol del siglo XXI, porque en realidad con Zico y Platini en retiro y Maradona en el triste ocaso de su carrera, Valderrama parece ser el último de los dioses del balón.