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ENTREVISTA: ALFREDO D'STEFANO

"SI NACIERA DE NUEVIO VOLVERIA A MILLONARIOS"

15 de julio de 1996

Hay que reconocerlo. Millonarios es el mejor equipo en la historia del fútbol colombiano. No hay nada que hacer. Las cifras no mienten. Trece veces campeón, ocho subcampeón y en el 84,8 por ciento de los campeonatos que ha disputado se ha ubicado entre los cinco primeros de la tabla. El 18 de junio cumple 50 años. Medio siglo en el que han pasado tantos partidos, tantos triunfos y, por qué no, tantas derrotas. Es el equipo que alguna vez llegó a ser considerado el mejor del mundo. Es quizás el cuadro que más hinchas tiene en el país y también el más odiado en Colombia. Y es el más odiado porque ha sido el mejor. Es el equipo por el que han pasado jugadores que tienen una página aparte en la historia del fútbol. ¿Cómo celebrar sus 50 años? Habría que escribir páginas y páginas de la magia de haber vivido con Millonarios. La tarea sería interminable. Por eso SEMANA decidió hablar con el que ha sido el mejor jugador en estos largos 50 años: Alfredo D' Stéfano, la 'Saeta Rubia'. Su nombre habla por sí solo. ¿Quién más que él puede expresar lo que se siente cuando alguien se viste con una camiseta azul con el número nueve a su espalda? Armando Neira, el corresponsal de SEMANA en España, habló con él en su casa en Madrid. Es el mejor regalo para los hinchas azules.
Semana: ¿Conserva usted muchos recuerdos de su paso por Millonarios?
Alfredo D'Stefano: No sólo muchos, sino que vivo evocándolos constantemente porque han sido los mejores momentos de mi vida.
Semana: Ahora en la distancia, ¿qué significa ser el autor de las mejores páginas de la historia de Millonarios?
A.D.: Por favor, no faltaba más. Yo sólo fui uno más entre cientos. Había excelentes jugadores, tanto argentinos, como colombianos.
Semana: Pero de ese éxodo de futbolistas argentinos a toda Latinoamérica que se se produjo en 1948, se puede decir que los mejores llegaron a Colombia y entre éstos especialmente a Millonarios...
A.D.: No. Hubo jugadores extraordinarios que fueron a Uruguay, Perú, Chile, Costa Rica. Si de Argentina salimos más de 900...
Semana: Pero usted está entre los que más se recuerdan. Puede ser muy joven, pero si es verdadero hincha de Millonarios sabe de usted, de su juego...
A.D.: Qué lindo, ché!
Semana: En Colombia se dice que todo tiempo pasado fue mejor. Cuando se escucha hablar a las generaciones que tuvieron el placer de verlo a usted, uno se convence de que la frase es desafortunadamente cierta...
A.D.: Sí. El fútbol ha cambiado tanto. Antes había mucha entrega, se jugaba con las piernas y la cabeza, pero sobre todo con el corazón. Ahora se ven partidos muy aburridos.
Semana: Además de la pasión, a la cancha salían jugadores inmensamente habilidosos.
A.D.: Yo los llamaría portentosos. Era un placer jugar con ellos. En el Millonarios de entonces estaban Pedernera, Rossi, Zuluaga, el peruano Soria, Alfredo Mosquera, ¡qué maravilla!
Semana: Pero ante este equipo de magia, también había rivales de mucho peso...
A.D.: Sí, el Cali, por ejemplo. Yo llegué a Millonarios en agosto de 1949 y estuve hasta marzo de 1953, y recuerdo el primero como el más feliz, porque ganamos el título en la final, ante un Deportivo Cali que tenía a Barbadillo, a López y a Mosquera. Eran brillantes y orgullosamente les ganamos.
Semana: ¿Cómo era el sistema de juego que usaban en esa época?
A.D.: Sencillo: salir a jugar.
Semana:¿Ahora no se sale a jugar?
A.D.: Ahora se ven cosas que no ocurrían en mi época. Muchos jugadores viven en el piso, los tocan y se tiran. Es increíble como todos los días se ven casos incluso de jugadores que los golpean por detrás y no caen hacia adelante sino hacia atrás, es inexplicable. Semana: ¿En sus épocas de jugador usted nunca se tiró?
A.D.: Jamás. Cuando me daban yo aguantaba al máximo. Si el dolor era demasiado, era inevitable, pero apenas se me pasaba, entraba con más ganas.
Semana: Esas ganas es uno de los factores por los que la afición acudía masivamente a verlos.
A.D.: Sí. La afición era muy buena. ¿Qué capacidad tiene ahora el estadio El Campín?
Semana: 57 mil puestos.
A.D.: Eso sí no ha cambiado mucho.
Semana: Cuando jugaban fuera de Bogotá, también era una fiesta ir a verlos...
A.D.: Sí, y nosotros respondíamos con el mismo entusiasmo. En ese entonces el transporte era muy atrasado. Los aviones eran de hélice, el ruido era monstruoso, la turbulencia era total y los viajes interminables. Pero casi nadie llegaba a dar excusas en caso de que se llegara a jugar mal por los inconvenientes del viaje. Esas explicaciones también son del mundo moderno.
Semana: ¿Y los hoteles donde ustedes llegaban cómo eran?
A.D.: Normales, muy sencillos. Eran habitaciones muy humildes.
Semana: ¿Recuerda cuánto le pagaba Millonarios?
A.D.: No sé la cifra exacta, pero era mucho para mí, y para un oficio donde se pagaba lo suficiente para que los jugadores alimentaran y cuidaran bien de sus familias y nada más. Las cifras de ahora hasta me cuesta trabajo pronunciarlas, pero eso está bien, para que los jóvenes lo ahorren y cuiden posteriormente de sus familias, porque la gloria es breve. Aunque sé que tanto dinero que se mueve en esta época alrededor del fútbol le ha quitado brillo: más que un deporte, todo parece un espectáculo de publicidad.
Semana: La publicidad está matando al fútbol.
A.D.: Es cierto. Ahora todo parece un circo.
Semana: ¿Sabe usted lo que significaría poder tener una máquina del tiempo para volverlo a ver jugar con la camiseta azul,ver el número 9 pegado a su espalda?
A.D.: No lo había pensado...
Semana: Recurramos a la imaginación y soñemos que usted vuelve a nacer. ¿Sería futbolista?
A.D.: Por supuesto.
Semana: ¿Volvería a Millonarios?
A.D.: Encantadísimo.
Semana: En el mundo del fútbol, ¿usted es como un dios?
A.D.: Un periodista ya me había preguntado eso, y le respondí tajantemente que no.
Semana: Un semidiós?
A.D.: Hizo exactamente lo mismo, y di por terminada la entrevista.
Semana: Lo que pasa es que si se hiciera la selección ideal, muy seguramente habría algunos fijos como Pelé, Maradona y usted...
A.D.: Seguramente, pero los jugadores debemos ser eso y nada más: jugadores.
Semana: Claro, pero algunos de ustedes son unos personajes que marcan a toda una sociedad. El Millonarios de ustedes pasó a ser 'los embajadores' porque eran los mejores diplomáticos que tenía Bogotá, y Colombia, cuando salían del país.
A.D.: Eso es verdad. Muchas veces recuerdo con emoción cuando salíamos de Colombia al extranjero, y nos recibían con tanta admiración. Ser de Millonarios era todo un orgullo. Además que en todas las canchas lo dejábamos todo, no importaba dónde fuera, ni ante quién. Así lo hice también cuando jugué en el River Plate, en el Real Madrid, en Millonarios...
Semana: ¿Ha vuelto a ver a Millonarios?
A.D.: No, pero sigo de cerca todo lo que le ocurre.
Semana: Entonces debe ser especial para usted saber que Millonarios está entre los máximos opcionados al título de esta temporada.
A.D.: Sí, pero le confieso que no entiendo mucho eso de los puntos de 0,25 y 0,50. Es muy extraño para mí, me confunde.
Semana: ¿Ha vuelto a Bogotá?
A.D.: Sí. Hace tres años, y me pareció muy fea.
Semana: También ha cambiado...
A.D.: Sí. En mi época era ordenada, pequeña, limpia, muy cívica. Semana: Era la época de El Dorado...
A.D.: El Dorado fue un momento histórico de Colombia, siglos atrás...
Semana: Bueno, digamos del segundo El Dorado.
A.D.: Ché, ¡eso suena muy bien!
Semana: ¿Cuántos partidos jugó usted con Millonarios? ¿Cuántos goles hizo?
A.D.: No lo sé, pero sí sé que fueron muy emocionantes.
Semana: El próximo 4 de julio cumple usted 70 años; Millonarios cumple ahora 50. Hay motivos para celebrar...
A.D.: ...con la noticia de otro título azul. Sería el mejor obsequio para los seguidores que llevan a Millonarios en el corazón.