Home

Deportes

Artículo

FUERA DE LOTE

En los dos últimos años la alemana Steffi Graf ha tenido un rendimiento del 100 por ciento. Sólo ha perdido un set y no hay nadie en el panorama que pueda destronarla.

31 de julio de 1995

MIENTRAS Mónica Seles no vuelva a las canchas todo seguirá igual. Esta ha sido la opinión unánime de los expertos en tenis, quienes después de analizar la presente temporada llegaron a la conclusión de que la tenista alemana Steffi Graf no tiene una contrincante que la ponga en apuros y le quite la corona de la mejor jugadora del mundo. Si bien la española Arantxa Sánchez ocupó por unas semanas el liderato de la WTA, lo hizo más por los problemas físicos que afrontó la Graf que por mérito de la jugadora ibérica.
Desde que Seles fue herida en abril de 1993, en un torneo de Hamburgo, Alemania, Steffi Graf ha mantenido un liderazgo relativamente cómodo en las canchas del mundo. Este año, por lo menos hasta el jueves de la semana pasada, Graf no había perdido ningún partido y tan sólo había cedido un set ante Arantxa Sánchez, el de la final del abierto francés que perdió 76.
Hace cerca de ocho años, cuando Steffi estaba comenzando a cosechar triunfos y a figurar como una de las mejores del mundo, tuvo como adversaria a Gabriela Sabatini. En ese entonces se pensó que ellas podrían revivir el legendario duelo Evert-Navratilova. Pero no fue así. La Graf logró mantener sin mayor problema su liderazgo, hasta cuando apareció la adolescente Mónica Seles y la destronó entre 1991 y 1992. Durante este tiempo fueron más las veces que Seles se impuso frente a la alemana y por consiguiente los porcentajes de Steffi bajaron (ver recuadro). El duelo Seles-Graf siempre se mantuvo al rojo vivo.
Pero con el accidente de Mónica las cosas cambiaron sustancialmente para Graf, quien desde entonces ocupó el trono dejado por la yugoslava. Hoy no hay nadie que la pueda bajar del pedestal. Para algunos expertos, Arantxa Sánchez Vicario tiene el fuego de los ganadores pero carece de la jerarquía de la alemana, lo que quedó demostrado en el partido final del Roland Garros cuando perdió el juego frente a Graf después de haber empezado ganando. Algo similar ocurre con su compatriota Conchita Martínez, quien está mejor dotada técnicamente pero no tiene la estabilidad mental que siempre ha mostrado Graf.
La francesa Mary Pierce naufraga, al igual que Conchita, en un campo que es esencial si se quiere ser la número uno por mucho tiempo: la regularidad. Para Wimbledon se esperaba que fuera una de las protagonistas, pues venía de ganar el abierto australiano, pero su irregularidad hizo que fuera eliminada la semana pasada del torneo inglés a manos de una desconocida, la francesa Nathalie Tauziat.
La única que queda con alguna posibilidad para entrar a pelear cara a cara con Steffi es la argentina Gabriela Sabatini. Pero según la prensa deportiva gaucha, la crisis de confianza en la que continuamente vive la Sabatini hace que su talento aflore cada vez con menos frecuencia , y si hay algo que se necesita para poder derrocar a la alemana es jugar bien durante todo el año y no por breves períodos como lo viene haciendo Gabi.
Esta falta de grandes rivales es lo que le ha permitido a Graf darse el lujo de jugar los torneos que ella quiera y que mayor puntaje dan. Por esto su desgaste en el año es mínimo comparado con las maratónicas jornadas de sus contrincantes, quienes juegan cuanto torneo organice la WTA. Lo único que puede revivir el tan ansiado duelo por el primer lugar es el regreso de Mónica. Pero hasta ahora nadie sabe cuándo volverá a pisar las canchas.