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Genio atormentado

El argentino Gastón Gaudio, nuevo campeón de Roland Garros, es uno de los tenistas más talentosos del mundo pero su carácter problemático le ha hecho pasar muy malos momentos.

13 de junio de 2004

Lo primero que dijo el argentino Gastón Gaudio después de la final del Roland Garros el domingo pasado fue que nunca se imaginó capaz de ganar un torneo de esa categoría. En este caso no se trataba de falsa modestia: Gaudio estaba diciendo la verdad. El nuevo campeón del Abierto de París es un hombre que a lo largo de toda su carrera se ha caracterizado por su falta de seguridad. Conocido por sus seguidores como 'El Gato', está acostumbrado a sufrir y a martirizarse en cada partido. Es tal su inseguridad que todos los días habla por teléfono con un sicólogo que le ayuda a superar su miedo a jugar.

Gaudio comenzó a jugar tenis a los 15 años. Durante sus primeros años como juvenil ganó títulos en torneos challenger en Argentina y Chile. En 1998 se hizo profesional y ese año jugó por primera vez en un Grand Slam: el Roland Garros. Pero no ganó un título hasta 2002, cuando obtuvo el abierto de Barcelona. Luego ganó en Mallorca y llegó a las finales en Stuttgart, Viña del mar, Gstaad y Barcelona.

El comienzo de su carrera marcó el inicio de su sufrimiento: a medida que Gaudio se hacía un profesional del tenis también se convertía en un profesional de la autoflagelación. Su juego espectacular (los expertos dicen que tiene uno de los mejores golpes de revés del mundo) contrastaba con su actitud grosera y atormentada. Cada vez que perdía un partido el argentino se descontrolaba en la cancha. Y cuando ganaba no disfrutaba sus triunfos porque pensaba que

hubiera podido jugar mejor.

Durante esos primeros años 'El Gato' aseguró varias veces que se arrepentía de ser un tenista profesional. Alguna vez le dijo a la prensa después de perder un partido: "Yo vivo de esto porque me da de comer, pero no es mi vida. Hay muchas otras cosas que prefiero hacer". Su actitud era tan arrogante que siempre competía por el título del peor carácter con el tenista menos querido del circuito, el chileno Marcelo Ríos.

Sin embargo los peores momentos de su carrera vinieron luego. En la semifinal de la Copa Davis de 2002, Gaudio le iba ganando a Yevgeni Kafelnikov 5-2 en el último set. El argentino estaba jugando muy bien pero, sin ninguna explicación, empezó a ser víctima de su propia inseguridad y perdió. Al final hizo un berrinche que la gente aún recuerda. Unos meses después, en el Abierto de Montecarlo de 2003, le sucedió algo similar. En un partido de segunda ronda desaprovechó dos puntos de partido contra el australiano Lleyton Hewitt, quien era el número uno del mundo en ese momento. Luego, de nuevo en la semifinal de la Copa Davis que Argentina jugaba contra España en Málaga en 2003, Gaudio jugó pésimo y no ganó un solo partido. La mala racha del Gaudio continuó y salió en la primera ronda de todos los campeonatos que jugó entre octubre de 2003 y febrero de 2004. "Después de Málaga yo sufrí mucho. Me afectaron los comentarios y después de eso no gané en seis meses ni un solo partido", confesó. Y es que sus cifras eran realmente desastrosas: en los últimos 11 torneos no había podido pasar de la primera ronda y en los últimos 41 no había llegado más allá de los cuartos de final.

Pero uno de los incidentes más graves se presentó en el abierto de Hamburgo de este año. Gaudio había superado su mal momento tenístico y había logrado llegar a la semifinal en la que enfrentaba a su compatriota Guillermo Coria. En el último set, Coria paró el partido y dijo que estaba encalambrado. Sin embargo, cuando el partido se reanudó, Coria parecía no tener ninguna molestia. Gaudio asumió que lo había hecho sólo para demorar el partido y se lo reclamó en un cambio de lado. 'El Gato' no pudo superar la indignación y perdió el set 6-0. Cuando el partido terminó hubo un intercambio muy fuerte de palabras y algunos dicen que en el vestier se fueron a los golpes.

Muchos creían entonces que la carrera de Gaudio estaba terminada. Él mismo dijo, a mediados de este año, que estaba pensando en retirarse del tenis profesional. Por eso nunca se imaginó la sorpresa que le tenía preparado el destino.

Gaudio no estaba en las cuentas de nadie para ganar el Roland Garros de este año. De hecho, cuando se encontró en segunda ronda con su compatriota Guillermo Cañas su actitud le jugó de nuevo una mala pasada y estuvo a punto de ser eliminado. Pero se recuperó y ganó el partido después de tres horas de juego. Este triunfo lo llenó de confianza y en las siguientes rondas les ganó a excelentes jugadores como Lleyton Hewitt, Thomas Enquvist y David Nalbandián. En la final lo esperaba Guillermo Coria, su rival y el gran favorito para ganar el título.

Durante la final los fantasmas volvieron a aparecer: "Al principio del partido lo pasé pésimo, quería irme de la cancha", aseguró. Y en efecto perdió los dos primeros sets muy rápido (6-0 y 6-3). Parecía como si Coria fuera a ganar fácilmente. Además en un momento Coria llamó al médico porque sentía calambres y Gaudio volvió a vivir lo que le había sucedido en Hamburgo. Sin embargo, los problemas físicos sí eran reales esta vez y Coria perdió los siguientes dos sets. La definición fue increíble: en el quinto set Gaudio superó dos puntos para partido en contra y ganó 8-6. Gaudio lanzó su raqueta al aire y gritó con todas sus fuerzas. Acababa de ganar el Roland Garros. 'El Gato', por fin, había perdido su miedo a ganar.