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GRITO DE INDEPENDENCIA

Aunque conserva el mismo sistema táctico de los tiempos de Francisco Maturana, la Selección Colombia que dirige Hernán Darío Gómez juega diferente.

7 de octubre de 1996

Los esquemas tácticos en el fútbol son como las recetas de cocina: los dos parten de unos ingredientes básicos para obtener un resultado. Pero así como en la culinaria lo que marca la diferencia entre un cheff y otro, que preparan el mismo plato, consiste en que uno decide variar la proporción de los ingredientes o agregarle una pizca de algún nuevo elemento para hacer diferente su platillo, en el fútbol son los técnicos quienes se encargan de hacer que un equipo juegue diferente sin tener que abandonar su esquema de juego básico. Y esto es algo que quedó en evidencia la semana pasada durante el partido en el que la Selección Colombia derrotó 4-1 a la chilena. El juego vistoso, elogiado incluso por la revista argentina El Gráfico, y el abultado marcador hicieron que muchos aficionados pensaran que los colombianos habían cambiado su estilo. Pero no es así. La selección jugó como lo viene haciendo desde hace 10 años, siguiendo el mismo esquema táctico que desde ese entonces implantó Francisco 'Pacho' Maturana. Sin embargo, a medida que transcurría el partido para muchos era inevitable pensar que la Colombia que estaba jugando en la cancha del estadio Metropolitano de Barranquilla no parecía la misma de encuentros pasados. Esto se debió en parte a que como afirma Carlos Antonio Vélez, director de deportes de Antena 2 de RCN, "hubo un cambio de algunos jugadores, como los de Quiñónez y Lozano en reemplazo de Freddy Rincón y Leonel Alvarez. Entraron dos futbolistas más jóvenes, veloces y dinámicos por dos mayores y más lentos, y esto pudo dar la sensación de que la selección estaba jugando a otra cosa. Pero la verdad es que sólo fue un cambio de jugadores dentro del mismo esquema de juego". Aunque si bien es cierto que la selección del 'Bolillo' parece seguir firme con parte del legado de la era Maturana, es justo reconocer que el partido contra Chile dejó ver la pizca que Gómez le ha adicionado al equipo para hacerlo un poco diferente al que dirigió 'Pacho'. Para los expertos la desigualdad entre la selección que manejó Maturana con la que actualmente orienta Gómez está marcada por la personalidad de cada uno. La seriedad, frialdad y sobriedad de Maturana estuvo reflejada en la cancha, pues los jugadores parecían estar amarrados, siguiendo al pie de la letra el libreto marcado por unas posiciones predeterminadas a un esquema que difícilmente podían abandonar. Ese conjunto, aunque tuvo momentos de efectividad, parecía un equipo triste en el que la misión encomendada desde la banca era evitar a toda costa la improvisación dentro del terreno de juego, controlar la libertad y evitar las muestras de genialidad individual de las que eran capaces de ofrecer los jugadores. En contraste, el equipo que Gómez mostró contra Chile parecía ser el reflejo de su forma de ser: explosivo, descomplicado y extrovertido. En ese partido, sin salirse del esquema, cuando los hombres del 'Bolillo' estuvieron en la cancha dieron la impresión de sentirse sin ataduras y de no tener miedo a improvisar genialidades en medio del partido, como ocurrió en la jugada del fallido tiro libre en donde Lozano recuperó el balón en el área y centró de espaldas al arco rival para que el defensa Jorge Bermúdez cabeceara el tercer gol nacional. También parecía que los colombianos hubieran recobrado la agilidad -Colombia lateralizó menos el juego que cuando era dirigida por Maturana-, pero lo más importante de todo es que los jugadores volvieron a jugar al fútbol con alegría y Colombia fue un equipo audaz, inclusive capaz de recurrir a una fórmula que antes era casi prohibida, el cabezazo, para sorprender a su enemigo de turno, dándole alternativas a su ataque. Para algunos prueba del cambio también fue el impresionante partido que jugaron Faustino Asprilla y Carlos 'El Pibe' Valderrama. 'El Tino' no sólo hizo tres goles, sino que durante los 86 minutos que estuvo en el campo se sintió sin cadenas para atacar, defender y recorrer todo el campo mostrando a plenitud su capacidad futbolística. Por su parte 'El Pibe', a pesar de estar por los 35 años y ser asediado constantemente por los contrincantes, no sólo fue el eje central del onceno sino que fue consciente de que el balón siempre lo busca, lo reconoce y lo necesita, y tuvo la suficiente tranquilidad y motivación para bajar, dormir, piropear y bailar la pelota en busca de sus compañeros. La mayoría de la gente convirtió el partido de Chile en una anécdota más, algo como el 5-0 contra Argentina en 1993, mientras que para algunos pocos el encuentro contra los australes dejó algo más de fondo: una especie de grito de independencia por parte de los jugadores, pero no contra el sistema táctico, que en lo que va de las eliminatorias ha sido efectivo, sino contra la ineludible rigidez con la que fue aplicado por Maturana. Ahora el reto inmediato del 'Bolillo' y sus muchachos consiste en demostrar el próximo 9 de octubre frente a la selección ecuatoriana, dirigida por Maturana y con el mismo módulo táctico de Colombia, que como lo hicieron la semana pasada son capaces de salirse del libreto para establecer la diferencia.