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HOMBRE DE HIERRO

A los 35 años Cal Ripken, el 'short stop' de los Orioles de Baltimore, rompió un record que se creía imposible de superar en el béisbol de las Grandes Ligas.

9 de octubre de 1995

POSIBLEMENTE nadie había recibido una ovación así en un estadio de béisbol. Ni siquiera 'Babe' Ruth o Roberto Clemente. Fueron 22 minutos y 15 segundos durante los cuales todo el estadio Camden Yards, de los Orioles de Baltimore, se puso de pie para aplaudir. Incluso el legendario Joe DiMaggio, el presidente Bill Clinton y el vicepresidente Albert Gore presenciaban la escena estupefactos.
Pero es que la ocasion lo ameritaba.. Cal Rinken. el short stop del equipo de casa, batía esa noche del miércoles de la semana pasada un récord que se creía insuperable en Estados Unidos: el de mayor número de partidos jugados consecutivamente en la Grandes Ligas. La marca la había impuesto Lou Gehrig, de los Yankees de Nueva York, hace 56 años, y era nada menos que de 2.130 juegos.
Ripken debutó en el profesionalismo como tercera base de los Orioles el 30 de mayo de 1982. Al poco tiempo, y a pesar de ser alto para short stop. su entrenador decidió cambiarle a esa posición. Los resultados no se hicieron esperar. Ese primer año Cal Ripken fue considerado como el jugador más valioso de la Liga Americana. Es un honor que ha logrado repetir una vez más desde entonces. porque como bateador tampoco se queda atrás. Hasta el jueves de la semana anterior tenía en su haber 324 home runs.
Ripken hizo sus pinos en el béisbol con su padre, el viejo Cal, que entrenaba jóvenes en las ligas menores en el estado de Maryland y quien llegó a dirigir a su hijo en los Orioles entre 1985 y 1988. Luego, durante su adolescencia, recibió instrucciones de Elrod Hendricks, a quien ha escuchado toda su vida. Y ya en el profesionalismo ha estado bajo el mando de hombres de la talla de Frank Robinson y Earl Weaver.
Algo increíble en la historia de este hombre de 35 años es que a lo largo de su carrera no haya sufrido una sola lesión que le impida jugar. Superó sin problema un esguince de tobillo frente a los Cerveceros de Milwakee en 1992 y una torcedura de rodilla frente a los Marineros de Seattle en 1993. Por eso lo han bautizado el Iron Man (hombre de hierro) del béisbol, aunque tiene aún por delante la marca mundial de 2.215 partidos consecutivos que posee Sachio Kinugasa, de los Toyo Carp de Hiroshima.
Pero si bien Estados Unidos se paralizó casi por completo para ver el juego del miércoles ante los Angeles de California, lo cierto es que dos cosas, aparte de la marca impuesta. conmovieron al país. Una fue la respuesta de Ripken cuando le preguntaron en la mañana, del día que batió el récord si era la fecha más importante de su vida. 'Si -dijo-, hoy entró mi hija de 5 años al colegio y yo la llevé en el carro temprano. Es su primer día de clases'.
La otra fue su generosidad. En efecto por iniciativa del jugador se vendieron para el partido 260 boletas. a 5.000 dólares cada una con el fin de establecer el fondo Gehrig Ripken, el cual pretende conseguir recursos para abrir un instituto de investigaciones sobre la esclerosis amitrópica lateral. en el hospital de la Universidad Johns Hopkins, considerado el mejor del país. Esa enfermedad se llevó para siempre a Lou Gehrig, uno de los ídolos de Ripken, cuando tenía 37 años.