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JUNTOS PERO NO REVUELTOS

La contratación de estrellas en la NBA ha desatado un enfrentamiento en el interior de la liga que podría terminar incluso en una huelga.

23 de septiembre de 1996

Hace seis semanas terminó la temporada de baloncesto de la NBA. Sin embargo, hoy la liga atrae casi la misma atención que durante la final entre los Bulls y los SuperSonics. La razón para que el mejor baloncesto del mundo siga dando de que hablar, aunque no se jueguen partidos, consiste en que las contrataciones que se han realizado durante las últimas semanas para la temporada 97-98, han desatado una guerra fría entre los jugadores considerados superestrellas y aquellos que están calificados como menos destacados.
A pesar de que dentro de la NBA existen una serie de normas que impiden a un equipo invertir más de 24,3 millones de dólares en sueldos de jugadores por temporada, un promedio de dos millones de dólares anuales por basquetbolista, numerosos quintetos han sobrepasado con descaro esa cifra en la contratación de estrellas. Es así como por ejemplo los Miami Heat renovaron hace pocas semanas el contrato de Alonzo Mourning por 105 millones de dólares a cambió de contar con sus servicios durante siete temporadas. Este espigado pivot recibirá como sueldo 15 millones de dólares por año, siete veces más del tope salarial sueldo máximo determinado por la liga. Otro caso es el de Shaquille O'Neal quien dejó al equipo que lo lanzó a la fama, los Orlando Magic, para pasar a las filas de los Lakers de Los Angeles, a cambio de recibir 13,5 millones cada 12 meses, durante las próximas siete temporadas.
Y aunque estos son tan sólo dos ejemplos, hasta el cierre de esta edición, ya eran cerca de 10 los equipos que habían sobrepasado el tope salarial permitido para la temporada que arranca en noviembre. El problema, por el que muchos han empezado a especular con la posibilidad de una huelga, es que algunos quintetos han dejado como agentes libres a los jugadores menos destacados, con el fin de lograr ahorrar el dinero suficiente para realizar una oferta atractiva a alguna superestrella. En otras palabras eso significa que muchos de los basquetbolistas que no son figuras podrían terminar en la calle. Hasta la semana pasada habían sido declarados como agentes libres 169 de los 400 jugadores que militan en la NBA. Previendo que algunos estarán sin quintetos para noviembre, los llamados menos habilidosos trataron de buscar la colaboración de la asociación de jugadores, con el fin de que, al igual que los beisbolistas de Grandes Ligas, todos se unieran para reclamar por sus derechos ante los equipos y la NBA. No obstante, los basquetbolistas que han logrado contratos multimillonarios, prefirieron marginarse del problema y no los apoyaron. Algunos conocedores afirman con temor que la situación es una bomba de tiempo. Los jugadores que no están en la categoría de superestrellas _el 68 por ciento del total de la liga_, parecen decididos a aprovechar que son mayoría para presionar un arreglo. Sin embargo, la realidad es que, a diferencia de las Grandes Ligas, es poco probable que esta iniciativa prospere pues para nadie es un secreto que quienes llenan los coliseos y ganan los partidos son las figuras como O'Neal, Mourning o Michael Jordan. Y por el momento ellos no tienen ninguna intención de protestar.