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LA EMBARRADA

Con un número cada vez mayor de fanáticos, el 'camper cross' inicia este domingo una nueva temporada.

6 de abril de 1998

Pocas disciplinas tienen tantos secretos como el camper cross. Y con seguridad en ningún otro deporte a motor los autos sufren tantos golpes como en éste. Quienes lo practican deben poseer un inusual instinto para elegir el camino correcto, con el fin de no quedar atrapados en un profundo pozo de agua y barro. Pero además deben tener la suficiente pericia y habilidad para no terminar embistiendo, o siendo embestidos, por alguno de los rivales que comparte la estrecha pista de 10 metros de ancho.Los fanáticos de este deporte, que ofrecen anualmente una veintena de potentes vehículos 4x4 de todas las marcas, están esperando ansiosos el próximo domingo, cuando se inicia en el autódromo de Tocancipá la copa de camper cross de este año. Esta disciplina tiene una gran acogida, principalmente en Bogotá, y se ha ido extendiendo, aunque tímidamente, a otras ciudades como Cali o Medellín. Para este año se espera que la asistencia al espectáculo aumente considerablemente, y se logren superar los niveles de los últimos tres años. Hasta 1995 la poca participación de tripulaciones había dejado como consecuencia una gran disminución en el número de espectadores que asistían a las tribunas. Después de una reorganización del evento, sin embargo, empezó una masiva inscripción de toda clase de vehículos y pilotos expertos que durante las últimas tres copas ha permitido un generoso regreso de fanáticos. Los amantes de este deporte esperan que a lo largo de las seis válidas de esta temporada sean muchas más las personas que logren interesarse y comprender este mundo único, que mezcla la velocidad, el lodo, el agua y la adrenalina.