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LA POLITICA EN EL PODIO

La política ha sido un atleta más en la historia de los Juegos Olímpicos

Mientras por los cuatro puntos cardinales del planeta no cesan los conflictos, las guerras, el armamentismo y otros antónimos de la paz, en Los Angeles 8 mil atletas de 140 países asisten a los XXIII Juegos Olímpicos modernos para disputarse 660 medallas, en 220 pruebas de 21 deportes, en un evento que 88 años atrás fue revivido por un pedagogo francés, con el ánimo de contribuir con la solidaridad y la paz entre los pueblos.
La historia de los Juegos Olímpicos se remonta a la antigua Grecia. Entre las varias versiones de su origen, Píndaro narra el episodio en que Herakles castigado por el rey de Elis, Augeas, se vio obligado a limpiarle todas las caballerizas en un sólo día. Ante lo pesado de la tarea, Herakles le propuso al rey como recompensa, la décima parte de sus caballos. Haciendo uso de la astucia, Herakles desvió los ríos Alfeo y Peneo para que el cauce pasara por todas las cuadras. Así fue como llegó donde el rey a demostrarle su tarea cumplida y a reclamarle la parte del convenio. Ante la negativa de Augeas, Herakles ciego de la ira aplicó la justicia de la época y aniquiló al rey y a su familia y para conmemorar esta hazaña, instituyó los Juegos Olímpicos.
Los antiguos Juegos se celebraban cada cuatro años durante el mes de julio en Olimpia, el mismo escenario donde la mitología narra las luchas entre Júpiter y Saturno, Apolo y Hermes. La primera victoria olímpica se refiere a Corebo, un cocinero que, en el año 776 a.c., ganó la carrera de los 200 metros. Más tarde se fueron incluyendo otras pruebas atléticas, algunas traídas de la tradición guerrera de Esparta y para las LXXVII (77) olimpiadas, el carácter religioso y cultural alternaba con nueve pruebas deportivas, durante 5 días.
Doce siglos duraron los Juegos Olímpicos antiguos. Las guerras eran suspendidas para realizar el acontecimiento en el que participaban todos los pueblos vecinos. Los Juegos fueron suspendidos en el año 394, cuando a Teodosio El Grande le pareció que, a diferencia de lo que consideraba Píndaro, eran una práctica pagana que disgustaba a los dioses.
Arrancan los modernos
Mil 502 años después de la última olimpíada, Atenas vio renacer los Juegos Olímpicos, cuando 285 atletas de trece naciones, participaron en varias pruebas de nueve deportes.
El barón de Caubertin, hace 88 años, logró revivir los Juegos con el deseo de reunir atletas de todas partes del mundo y por unos días conseguir que en el mundo sólo se librara la batalla del deporte.
Desde su inicio la idea de recuperar la antigua olimpiada para contribuir con la paz mundial, fue política, y la serie de acontecimientos que se suceden cada cuatro años en torno a su desarrollo lo comprueba.
Las primeras olimpiadas se celebraron en Atenas. Un millonario griego, Georges Averoff, regaló un estadio al estilo del de Pericles, y con las dificultades propias de lo rudimientario de la comunicación de la época, se logró cumplir la jornada. Deportivamente todo resultó bien, pero una vez las delegaciones regresaron a sus países, los atletas alemanes, quienes alcanzaron 11 medallas de oro, fueron expulsados de la Asociación Gimnástica de su país, en represalia por haber competido al lado de los franceses, considerados enemigos desde la invasión alemana a ese país, ocurrida 26 años atrás.
A los cuatro años, París fue la anfitriona de la segunda jornada olímpica. Por desgracia para los deportistas, los juegos coinciden con una gran explosión, "La feria del mundo", que se realizó para recibir el siglo XX. Ignorados por el Presidente, los Juegos no tuvieron siquiera ceremonia de inauguración; sin embargo desde el 20 de mayo, hasta el 28 de octubre, mil 66 atletas (entre ellos 6 mujeres y un latinoamericano) de 18 países, compitieron en 15 disciplinas. Lo extenso del calendario contribuyó a que los Juegos de 1900 pasaran casi inadvertidos para París y el mundo.
Las terceras olimpiadas se celebran en San Luis, Estados Unidos. La participación de atletas rebajó considerablemente, casi el 90 por ciento de los 496 participantes eran norteamericanos, lo que las convirtió en un evento "nacional". Sin embargo hubo innovaciones al incluirse el boxeo como deporte olímpico.
Borrón y cuenta nueva
Tres olimpiadas deficientes y serios conflictos en el panorama del Comité Olímpico Internacional era el balance de los Juegos a principios del siglo XX. Por un lado, Grecia insistía en que debía ser la sede y organizadora permanente del evento, pretensión romántica e imposible económicamente, que además desvirtuaba un poco la idea de aglutinar cada cuatro años a atletas de todo el mundo en diferentes lugares en torno a la paz. Y por otro, la deficiente resonancia mundial del acontecimiento deportivo. Por esto, el Comité Olímpico Internacional replantea su labor y afirma su posición original, para realizar lleno de optimismo la cuarta olimpiada en Londres, donde su Presidente, Pierre de Fredi, barón de Caubertin, dice: "Los innumerables ataques de que ha sido objeto el Comité Olímpico Internacional, las emboscadas, las inconfesables conspiraciones, las rabiosas suspicacias... llego a la conclusión de que esta clase de lucha es también un deporte, incluso cuando nuestros adversarios se apartan de la nitidez de lo técnico y lo clásico, para emplear métodos bastardos. Lo importante en la vida --continúa--, no es la victoria sino el esfuerzo; lo esencial no es haber vencido, sino haber luchado bien. Propagar estos preceptos es contribuir al logro de una humanidad más valiente, másfuerte, más recta y más generosa". En estas cuartas olimpiadas participaron 22 naciones que se quejaron de la parcialidad de los jueces; los norteamericanos a su regreso se manifestaron contra los ingleses, disgustados porque los militares hicieron posponer el Pentatlon Moderno.
La cuna del atletismo moderno, 40 años más tarde apenas superando las secuelas de la guerra, volvería a ser sede de otros juegos, "las olimpiadas de la austeridad".
Primero la guerra
Los próximos juegos se realizaron en Estocolmo, donde la participación de la mujer se hizo casi total al incluirse la natación femenina como deporte olímpico, superando la concepción de que los olímpicos eran una práctica viril e individual.
Políticamente los alemanes no están de acuerdo con que el imperio austrohúngaro marche unido y por poco los húngaros se retiran de la olimpiada.
A diferencia de los Juegos antiguos, en los modernos si es necesario, se suspende el evento para no interrumpir la guerra. Así, la Primera Guerra Mundial violó la religión olímpica e impidió el cumplimiento de la VI olimpiada a realizarse en Berlín.
Terminada la guerra, Alemania políticamente vencida, también fue "olímpicamente" excluída de los VII Juegos realizados en Amberes, Bélgica, en 1920. Para este compromiso el barón de Caubertin, oficializó el juramento y el emblema de cinco anillos que representan las cinco partes del mundo "unidas adelante al olimpismo y prestas a aceptar las fecundas rivalidades".
Durante estas olimpiadas se guardaron los primeros minutos de silencio por los deportistas caídos en la Primera Guerra Mundial, mientras dos mil palomas cruzaban el espacio y la multitud en la catedral de Amberes entonaba el De Profundis. Los perdedores de la guerra: Austria, Checoslovaquia, Bulgaria y Alemania, no participan.
Otra vez París
Las del año 24 se volvieron a realizar en París, donde 20 años atrás el evento había sido casi un fracaso. Esta vez fue la oportunidad de resarcir la primera olimpiada. Se les permitió participar a húngaros, checos y turcos. Los alemanes siguieron excluidos de los juegos.
Cuatro años más tarde, la cita es en Amsterdam, donde la reina Guillermina de Holanda, se niega a asistir a la inauguración de los Juegos Olímpicos, porque los considera un instrumento propagandistico para los países poderosos que son los mismos que triunfan en casi todas las pruebas. Además, sectores moralistas la convencen de que rechace ese encuentro pagano.
Por otro lado, Holanda, que aún no había sido ocupada por Alemania, protesta por la exclusión de los arios en los Juegos de Amberes. Se presentaron incidentes y desconocimiento de mensajes del Comité Olímpico Internacional, hasta que un bedel germanófilo se negó sistemáticamente a permitir la entrada de atletas no alemanes a las instalaciones olímpicas. Sólo surtió efecto el método empleado por la delegación gringa, cuando su comandante, furioso por el desplante, embistió con su carro las puertas del estadio. Entre tanto, la Unión Soviética considera esta olimpiada como "Juegos del capitalismo y la burguesía". Obviando "estos detallitos", el Comité Olímpico, ahora presidido por el belga Baillot-Latour, continúa sin tropiezos la transmisión de los Juegos y permite, al final, la participación de Alemania.
Los del año 32 serán los primeros que se celebran en Los Angeles, don de 200 policías cuidaron a los mil 408 atletas de 37 naciones. En simultánea con los Juegos, se inauguró un Museo Olímpico con el fin de no olvidar el espíritu y promover la pintura, la escultura, la acuarela, la arquitectura y la numismática.
Ahora, son 17 mil agentes de seguridad, a quienes por dos semanas de trabajo se les pagará 100 millones de dólares, para que velen por la seguridad de los 8 mil atletas que han cumplido la cita. Sin embargo, para La Unión Soviética y 18 países más del bloque socialista no es suficiente garantía de seguridad.
Más deporte, menos propaganda
En 1336 Berlín fue la sede de la XI olimpiada. Hitler asume demasiado su papel de anfitrión, carteles de "judíos indeseables" dan la bienvenida a los 4 mil 69 atletas, Baillot-Latour se ve obligado a enviarle un mensaje: "Ruego considereis que soís aquí, en los Juegos Olímpicos, un huesped y no un organizador. El organizador es el Comité Olímpico Internacional, que velará para que estos Juegos se desarrollen sin propaganda política y según sus principios fundamentales. Os ruego por otra parte, os deis por enterado de que con ocasión de los Juegos no debereis pronunciar más que una frase en el momento de la solemne oportunidad". Esta carta casi salva al mundo de la Segunda Guerra pues por poco Adolfo sufre un infarto. Y para su desgracia el atleta negro y norteamericano, Jesse Owens, superó a los alemanes y ganó 4 medallas de oro. El jefe nazi se negó a estrecharle la mano durante la ceremonia de premiación.
La Segunda Guerra frustra las olimpiadas del 40 y del 44, a celebrarse en Tokio y en Londres.
Abrazo Este Oeste
La XIV Olimpiada del 48 se realiza por segunda vez en Londres. Alemania, Japón y la Unión Soviética no participan. Tampoco los judíos por no contar con un Comité Olímpico organizado. A pesar de la participación de 4 mil 468 atletas, de los cuales 438 eran mujeres, estos Juegos se vieron ensombrecidos por las discriminaciones políticas y por los rencores de la reciente guerra.
En las del año 52, realizadas en Helsinki, Finlandia, participa Alemania y se sucede uno de los gestos más conmovedores de la historia de las olimpiadas modernas, cuando el norteamericano Robert E. Richards y el soviético Piotr Denisenko se abrazan después de una prueba de salto con pértigas. El estadio en pleno se levantó en un ensordecedor aplauso.
En el 56 los Juegos se abren en Australia, tiempo de crisis internacional. Egipto y los países árabes, luego del cierre del canal de Suez, se excluyen de las olimpiadas, así como Suiza, España y Holanda, en protesta contra la intervención soviética en Budapest. Hungría sin embargo está presente. Además participan las dos Alemanias y esto genera protestas internacionales.
Roma, ciudad abierta a la T.V.
En los años 60 llega la televisión a los Juegos realizados en Roma; en los mismos, Sudáfrica es fuertemente criticada por su política racista del Apartheid, y participa por última vez. Por otro lado, se recuerda la parcialidad de la prensa local para informar los triunfos de los extranjeros.
Tokio, desde antes de la guerra, deseaba ser sede de unos Juegos Olímpicos y lo logra en el 64. En ellos, China no admite el reconocimiento de Formosa por parte del Comité Olímpico Internacional y por razones políticas se excluye a Indonesia y Corea del Norte.
México fue el primer país latinoamericano en servir de sede a los Juegos Olímpicos, aunque hubo bastantes protestas para entorpecer el evento; sin embargo, albergó atletas de 111 naciones. Participan independientemente las dos Alemanias; para evitar el boicot, Rodesia se retira voluntariamente de los Juegos, y el movimiento norteamericano Black Power recomienda a sus atletas retirarse del evento. Los deportistas participan, pero los ganadores de los 200 metros, Tommie Smith y John Carlos, durante la premiación saludaron con el brazo extendido con un guante negro, en señal de saludo a su movimiento anti-racista.
Munich: medalla de sangre
Por pedido de los países africanos, el Comité Olímpico Internacional excluye a Rodesia la víspera del comienzo de los Juegos del 72 a realizarse en Munich. Una vez iniciado el compromiso, el 5 de septiembre, un comando de terroristas palestinos de la agrupación "Septiembre Negro", secuestra a 9 atletas israelitas y deja herido a otro, para exigir al gobierno de su país la liberación de 200 árabes prisioneros en cárceles de Israel. A pesar de las medidas de seguridad, la policía trazó un plan que falló y los 10 atletas y 5 de los guerrilleros murieron. En protesta por el sangriento final, Egipto, Siria y Kuwait se retiraron y otro tanto hizo la delegación israelita.
Durante los siguientes Juegos se incrementaron las medidas de seguridad para evitar algo medio parecido a lo de Munich. Por razones políticas se presentó un boicot masivo de 24 naciones africanas y árabes, a causa de un viaje de jugadores de rugby de Nueva Zelandia por Sudáfrica. No obstante la protesta anti-racista, los Juegos se celebraron en Montreal donde dejaron una deuda de mil 500 millones de dólares.
Ojo por ojo
En 1980, Moscú fue sede de los XXII Juegos Olímpicos modernos. Jimmy Carter, desde la presidencia norteamericana, pide a sus deportistas no participar en el evento en protesta por la invasión rusa a Afganistán. Así se inicia el boicot más grande que ha sufrido la historia de las olimpiadas, cuando 29 países se acogen a la U.S.A. y 27 más no responden a la invitación de la Unión Soviética. Sin embargo 81 naciones asisten, entre ellas Francia y Gran Bretaña.
Ahora, en 1984, la URSS, sin mencionar las invasiones norteamericanas a Granada y su intervención en Centroamérica, pero argumentando razones de seguridad, ha conseguido que 19 países del bloque socialista no asistan a la XXIII olimpiada de Los Angeles.
¿Ave de mal aguero?
Aunque la mascota del evento, --un águila entrenada especialmente para la ocasión, escogida entre 5 mil de su especie que habitan los Estados Unidos--, haya muerto antes del debut; aunque un boicot de 19 países socialistas deje sin contrincantes en varios deportes a los norteamericanos; aunque en medio de extremas medidas de seguridad que hacen renegar a los asistentes y en especial a los periodistas, el Comité Olímpico Internacional cumple con otra cita, como queriendo repetir lo que dijo su ex presidente Avery Brundege: "El deporte acerca a los pueblos, el deporte enseña a saber perder. La solidaridad universal estaría garantizada si la política la hicieran los deportistas".