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Licencia para soñar

Juan Pablo Montoya comienza a pisar fuerte en la pelea por el título de la Fórmula 1. Sin embargo la temporada entra en una etapa en la que un error puede acabar con la ilusión de ganar el campeonato.

27 de julio de 2003

Los ultimos resultados logrados por Juan Pablo Montoya han puesto de nuevo al colombiano en la baraja de candidatos para pelear el título del campeonato de Fórmula 1. La realidad no puede ser más alentadora y permite sustentar ese deseo. Desde su triunfo en Mónaco el piloto bogotano ha estado presente en todos los podios. Después de la impresionante victoria en el principado Montoya ha conseguido un tercer lugar y ha finalizado en el segundo puesto en las últimas tres oportunidades. En cinco carreras consecutivas la bandera de Colombia siempre ha ondeado en las astas de los grandes premios. Montoya ha conseguido 40 de 50 puntos posibles en una clara demostración de que tanto él como su monoplaza han alcanzado la madurez necesaria para ser considerados por los fanáticos como firmes aspirantes a pelear el título de este año. Y razones no faltan. A diferencia de lo que ocurrió en las dos últimas temporadas, este año el Williams de Montoya parece estar cerca del punto de equilibrio con el que sueñan todos los pilotos. El motor BMW es uno de los más rápidos de la grilla y parece haber superado los problemas de confiabilidad que lo caracterizaron los últimos años. El chasis, que durante meses fue un verdadero dolor de cabeza, está atravesando el punto más alto de su rendimiento y le ha permitido al piloto tener un auto dócil que se adapta muy fácil a las condiciones de cualquier pista. Algo similar ocurre con las llantas Michelin, que después de tres años parecen haber encontrado por fin el secreto para ofrecer el compuesto ideal para cada uno de los grandes premios. Todos estos factores han permitido que durante las últimas carreras la contundente diferencia que había entre los Williams y los poderosos Ferrari se haya reducido a favor de la escudería de Montoya. El bólido rojo de Michael Schumacher, que fue anunciado con bombo y platillos como un vehículo prácticamente invencible para 2003, no ha llenado las expectativas y, por el contrario, se ha convertido en una pesadilla para el pentacampeón germano que, además, no ha contado con la suerte de otros años. Pero si bien el monoplaza Williams parece estar 'maduro', Montoya también está atravesando un muy buen momento. Aunque continúa siendo el piloto más valiente, arriesgado y desafiante del Gran Circo ha aprendido a 'cazar' puntos. Prefiere, como lo ha hecho, no llevar su carro a límites mecánicos peligrosos para conseguir una victoria sino que sabe que cuidando el carro puede conseguir un segundo o tercer puesto, que representan importantes puntos para el campeonato. Y esto es algo esencial, sobre todo en un campeonato que, como el actual, está muy apretado. Faltan tan sólo cinco grandes premios para el final del campeonato. Montoya marcha tercero, a 14 puntos del líder, Michael Schumacher, y a siete del segundo en la clasificación, Kimmi Raikkonen, de McLaren. Pero también tiene a Ralf Schumacher y a Rubens Barrichello, cuarto y quinto en la tabla general, respirándole en la nuca a escasos dos y seis puntos de diferencia. Con este panorama, y cuando aún quedan 50 puntos en juego, es claro que no hay nada definido y ninguno de estos seis pilotos está descartado. Pero también es evidente que de ahora en adelante un error de cualquiera, incluido Montoya, los puede sacar de la lucha por el título. Si el colombiano, por ejemplo, gana la próxima carrera en Hockenheim, Alemania, y Michael Schumacher no termina dentro de los puntos la diferencia entre ellos se reducirá a sólo cuatro unidades. Pero si sucede lo contrario la diferencia en contra de Montoya sería de 24, bastante difícil de remontar en las cuatro carreras que quedarían de la temporada. Así de radical está el asunto. Las cartas están sobre la mesa y si bien el panorama parece relativamente alentador para Montoya la realidad es que el camino al título no es fácil. Especialmente porque dentro de los expertos existe una duda fundamental. ¿Podrán Montoya y su Williams sostener hasta el final el ritmo que han demostrado durante el último mes?