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| Foto: EFE

FÚTBOL INTERNACIONAL

Por lesión, Messi no jugará más este año

Un nuevo desgarro en su muslo izquierdo hará que no vuelva a pisar el campo ni en Europa ni con Argentina.

12 de noviembre de 2013

En el tramo decisivo del 2008, meses antes de la llegada de Pep Guardiola al banquillo del Barcelona, Lionel Messi se rompió el músculo bíceps femoral de su pierna izquierda en un partido de Liga de Campeones frente al Celtic de Glasgow.

El llanto desconsolado del argentino al abandonar la cancha heló el Camp Nou.

La era Guardiola enterró la imagen de fragilidad física que cuestionaba su carrera. Pero cinco años después de aquellas lágrimas, el oasis de tranquilidad es un espejismo y las lesiones musculares atormentan otra vez a Messi con el Mundial de Brasil a la vuelta de la esquina.

Un nuevo desgarro en ese bíceps femoral en la parte posterior de su muslo izquierdo lo tendrá inactivo entre seis y ocho semanas, según informó el lunes el club catalán. Messi, quien suma 14 goles en 16 encuentros, no volverá a pisar el campo en lo que resta de año ni en Europa ni con Argentina.

En aquel 2008, la rotura fue su segunda lesión de la temporada. La del domingo ante el Betis fue la tercera en apenas tres meses de competición.

"Preocupa que los jugadores se lesionen en un mismo lugar", dijo el técnico de Argentina Alejandro Sabella. "Estar cerca del Mundial lesionado puede ser perjudicial".

Los problemas musculares de Messi, de 26 años, no son nuevos. Desde su debut oficial con Frank Rijkaard en 2004 y hasta la llegada de Guardiola, el argentino se rompió cuatro veces. Todas ellas entre 2006 y 2008, cuando empezó a jugar de titular regularmente.

En 2006, una de esas lesiones le apartó de la final de la Liga de Campeones que el Barsa ganó al Arsenal en París.

Primero se culpó al césped del Camp Nou. Después, se especuló que el tratamiento con hormonas al que se sometió el argentino en su infancia para corregir sus problemas de crecimiento estaban detrás de esa aparente fragilidad. Los médicos descartaron ambas.

La llegada de Guardiola fue una revolución en todos los sentidos. Messi abrió la era de los récords y de su consagración mundial sin lesiones. El técnico catalán habló de cambios en los hábitos de vida de su estrella. Pero el entrenador introdujo un nuevo factor de control. Una máquina llamada "Omegawave", que mide la fatiga muscular de los deportistas.

Preguntado por The Associated Press, el Barcelona no pudo precisar si la plantilla sigue sometiéndose rutinariamente a estos controles, que Guardiola usaba a 24 horas de los partidos para evaluar riesgos y por consiguiente la conveniencia o no de alinear a un determinado futbolista.

Tras la era Guardiola, Messi se lastimó gravemente a final de la temporada pasada, ya con Tito Vilanova como técnico. Apenas sin poderse mover, jugó contra el Paris Saint Germain en cuartos de final de la Liga de Campeones y contra el Bayern Munich en la ida de las semifinales.

Desde entonces, encadena una lesión detrás de otra.

"Lo que realmente preocupa es que el jugador ha estado un par de años sin lesiones y desde finales de la temporada pasada ha tenido alteraciones musculares, que han tenido al jugador en el dique seco", dijo el doctor José González, director Médico del Centro Médico Deyre, Medicina Deportiva, Traumatología y Rehabilitación en una de sus columnas en el diario deportivo As.

El bíceps femoral ha castigado a muchos futbolistas del Barcelona además de Messi sin ninguna explicación científica aparente. Jordi Alba, Dani Alves y Andrés Iniesta, entre otros, han sufrido severas lesiones en esa parte posterior del muslo.

Esas roturas se producen por la descoordinación de los músculos de la rodilla y la cadera. Algo habitual en jugadores explosivos de alta concentración muscular como Messi.

Pero los médicos alertan de la importancia de recuperar el físico si el argentino no quiere comprometer una temporada tan importante, con el Mundial a la vista.

"Suele ser habitual que los grandes 'cracks' del mundo del fútbol (salvo alguna excepción) cuando están lesionados no se someten a la disciplina de una férrea preparación para no perder su condición física, sino que simplemente se dedican a curarse la lesión", indicó González.

"Y esto es un grave error", añadió.

El problema es que además del factor médico está el anímico. Todos los jugadores coinciden en que este tipo de lesiones generan desconfianza en sus propios movimientos ante el terror permanente de una nueva recaída.

"Messi tiene que parar y cuidarse. Yo también lo pasé muy mal durante un año y medio en el Arsenal por lo mismo", explicó su compañero de vestuario Cesc Fábregas. "Al final, te metes en un pozo y espero que a él no le pase lo mismo".

"Que se recupere y se tome todo el tiempo que haga falta hasta que esté bien", añadió.