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LOS MILLONARIOS TAMBIEN LLORAN

Por primera vez en 11 años el equipo azul queda por fuera de una final del fútbol colombiano.

3 de diciembre de 1990

La escena no podía ser más conmovedora. En el camerino norte del estadio El Campin, los jugadores de Millonarios, el equipo que más campeonatos ha ganado en la historia del fútbol en Colombia, lloraban desconsoladamente.
En el suelo, en las duchas y en los pasillos del camerino, la tristeza era la única compañera de un puñado de hombres que no se rEsignaban a su suerte.
Fueron largos minutos de reflexión y de silencio, mientras las cámaras de televisión y los reporteros gráficos recogian las imágenes de un drama que hace mucho tiempo no se vivía en el camerino de un equipo de fútbol. Y ese silencio sepulcral sólo se rompió cuando Luis Augusto García, el mismo hombre que en los últimos cuatro años le había entregado dos titulos a la hinchada azul, soltó una lacónica frase. No tuvimos suerte. Las cosas no se dieron y hay que afrontarlas. Luego todo volvió a quedar como al principio. Nadie mas quiso pronunciar palabra alguna. Y no era para menos. Se trataba de la primera vez en los últimos 11 años que Millonarios, una de las instituciones deportivas más respetadas del país, se quedaba por fuera de la disputa del título final.
El drama comenzó a finales del año pasado, cuando el Gobierno Nacional decidió intervenir el fútbol a raíz de una serie de escándalos relacionados con la infiltración de dineros de la mafia en la compra y venta de jugadores.
En ese momento Millonarios, uno de los equipos involucrados en tales escándalos, estaba a punto de ganarse el título por tercer año consecutivo. Sus ambiciones, sin embargo, se vieron frustradas por la suspensión del campeonato. A raíz del paro, ademas, los directivos de la institución tuvieron que vender los pases de algunos de sus mejores jugadores y armar para el campeonato de este año un equipo mixto con futbolistas de segunda línea.
El canibio se convirtió en un "Talón de Aquiles" para un equipo que bajo la dirección del (Chiqui) García, alcanzó a tomar ribetes de invencible. Y que ejercio una larga paternidad sobre América y Nacional, dos de las mejores escuadras del fútbol colombiano. Bajo las nuevas circunstancias, la escuadra azul no tuvo la suficiente capacidad para afrontar el torneo con la categoría de un cuadro campeón.
Las cifras así lo demuestran. Durante todo el año Millos no ganó un solo partido como visitante. Como local, las cosas tampoco funcionaron. Cedió puntos muy importantes que a la postre significaron su eliminación.
Por eso, cuando el árbitro J.J. Toro dio por finalizado el partido frente al América de Cali, el miércoles pasado, las tribunas del estadio El Campín quedaron en silencio. Mucha de esa clientela fiel evocó los recuerdos del pasado. La Epoca de El Dorado, cuando jugadores de la talla de Adolfo Pedernera, Nestor Raúl Rossi y Alfredo Di Stéfano conformaron, quizás, el mejor futbol de los años 50 y en las mismas tribunas del estadio El Campín, los aficionados vitoreaban al "ballet azul", remoquete con el que los hinchas bautizaron al equipo bogotano. Los que tuvieron la oportunidad de ver a ese Millonarios, saben que no hubo jamas un equipo que desplegara tanto talento dentro de un campo de juego. El chileno Julio Tocker, uno de los grandes jugadores que llegó al fútbol colombiano en los años 50, escribió en su libro "Mi futbol" El Millonarios de esa epoca era una máquina de jugar futbol. Sus victorias siempre llevaban el sello de calidad y de prestancia. Era la sintesis del futbol total, alegre, técnico, armonioso.
De esa época a la actual, mucha agua ha corrido debajo del puente. Cabe destacar, en particular, la era de Gabriel Ochoa Uribe, que como arquero y luego como entrenador, lo ganó todo en el cuadro azul. El mismo hombre, que vio, desde la banca de la dirección técnica del América, cómo el equipo de sus amores era eliminado por el cuadro que hoy dirige y que es el más serio aspirante al título de 1990.
Después de Ochoa, vino una larga época de penas y amarguras. El Millonarios de esos años, era un cuadro que llegaba a todas las finales pero la gasolina no le alcanzaba para obtener el título. Por la dirección técnica desfilaron entrenadores de renombre en el futbol latinoamericano, sin lograr los frutos que todo el mundo esperaba. Pero hace cuatro años, llegó el salvador. En el que nadie creía. Un inexperto adiestrador que vio frustrada su carrera de futbolista por una lesión. En cuatro años frente a Millonarios, Luis Augusto García, llevó al equipo a dos títulos y cuando se disponía a ganar el tercero, el año pasado, el asesinato de un arbitro de fútbol dio al traste con sus aspiraciones, pues el Gobierno decidió cancelar el campeonato y dejar el título vacante.
Pero sus logros fueron más allá. En uno de los pocos entrenadores que ha logrado amargarle la vida a dos grandes: Francisco Maturana y Gabriel Ochoa Uribe. A ambos les ganó, tanto de local como de visitante, cuantas veces quiso. Y su rivalidad con Maturana lo llevó a protagonizar vibrantes partidos en Medellín y Bogota. En uno de ellos, varios jugadores fueron amenazados de muerte cuando regresaban de Medellín y en el aeropuerto los esperaba un grupo de hinchas verdes que querían vengar la derrota por sus propias manos.
Esa fue la época dorada del "Chiqui" García. Pero este año, otro gallo cantó y hasta el propio presidente de la institución azul Francisco Feoli, se rasgó la semana pasada las vestiduras y dijo en un reportaje a El Tiempo, que la actuación de sus jugadores frente al Nacional, donde se perdió la clasificación, había sido una verguenza. Por eso, el miércoles de la semana pasada, en el vestuario de Millonarios, cuando se vivía el drama con toda su intensidad por la eliminación, ninguno de los directivos del cuadro azul se hizo presente. Y muchos de los jugadores y del mismo cuerpo técnico, ya sabían que su ciclo había finalizado. Ese tercer tiempo del partido, el mas dramatico de todos, se comenzara a vivir en los próximos días cuando se conozca quienes quedan y quienes se van y cuáles seran los planes para afrontar el próximo campeonato. Como dice el refran, "año nuevo vida nueva..."