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MARCAS DUDOSAS

Escándalo en el campeonato mundial de atletismo por cuestionamiento de la legalidad de los récords vigentes.

11 de septiembre de 1995

TAL PARECE QUE los eventos deportivos más importantes del mundo están marcados por los escándalos. Desde las Olimpíadas de Munich, Alemania, en 1972, en donde varias atletas igualaron misteriosamente las marcas de los hombres, hasta el dopaje de Ben Johnson durante los juegos olimpicos de Seúl, han sido varios los deportistas que han dejado pasmados a la comunidad internacional. Este año el mundial de atletismo de Suecia no fue la excepcion.
La semana pasada el tranquilo puerto de Gotemburgo, en donde se celebró el mundial, fue testigo del escándalo de turno. Varias atletas se unieron para atacar algunos récords mundiales impuestos en los años 80, asegurando que esas marcas fueron establecidas con ayuda de esteroides y otras drogas, y que por lo tanto no deberían ser tenidas en cuenta.
El reclamo posiblemente hubiera pasado inadvertido si lo hubieran hecho las corredoras eliminadas, pero lo curioso del asunto y por lo que ha tomado grandes dimensiones es que dos de las principales promotoras fueron las ganadoras de las medallas de oro y bronce en los 400 metros, la francesa Marie-Jose Perec y la estadounidense Jearl Miles.
El 9 de agosto, un día después de que Perec ganara la carrera en el estadio Ullevi con un tiempo de 49,28 segundos, se quejó de la marca establecida hace 10 años por la alemana Marita Koch con 47,60 segundos. La francesa dijo que "ese récord no puede ser humano y nadie lo podrá batir". A ellas se les unió la monarca de los 100 metros, la estadounidense Gwen Torrence, quien afirmó que "no reconoce ni el récord de Griffith-Joyner, ni los de las alemanas".
Si bien es cierto que la Koch era una corredora fuera de serie, no es menos válido reconocer que su marca, al igual que los 80 metros de su compatriota Petra Felke con la jabalina y los 10,49 segundos en 100 metros y 21,34 en 200 de la estadounidense Florence Griffith-Joyner, son de otro siglo.
Sobre este tema la cadena estadounidense de televisión ABC realizó recientemente un programa en el cual entrevistó a atletas, bioquímicos y otros científicos. La mayoría está completamente segura de que sin la utilización de hormonas masculinas o sin ingerir algún tipo de drogas, esos récords no se hubieran podido conseguir antes del año 2015.
Según Jorge Alarcón, jefe de la división médica de Coldeportes Nacional,"en el caso de la ex República Democrática Alemana ha quedado demostrado que sus atletas recibieron durante años, consciente o inconscientemente, cualquier cantidad de finos estimulantes difíciles de detectar.
En el caso de Griffith-Joyner basta mirar su cuerpo para darse cuenta del anormal desarrollo que las hormonas masculinas le han causado". Y aunque esta situación era conocida por muchos, nunca se pudo probar nada porque las atletas jamás salieron positivas en los exámenes antidoping.
Por ahora la polémica está en las pistas. Pero lo único cierto es que la IAFF no piensa desconocer las marcas y sólo le queda acostumbrarse, por lo menos por este siglo, a soportar este tipo de escándalos en que a pesar de que las corredoras ganen, siempre van a perder.