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La selección sub17, dirigida por Eduardo Lara, no sólo consiguió un papel histórico en el Mundial de Finlandia sino que avivó el nacionalismo de la afición.

31 de agosto de 2003

Muchos colombianos recuerdan todavía con nostalgia la famosa selección sub19 que tenía en sus filas a John Edison Castaño, René Higuita y John Jairo Tréllez, y que deslumbró en el Suramericano de la categoría en 1985 con buen fútbol y un tercer lugar. Pero nadie podrá olvidar, en adelante, a la selección sub17 de Harrison Otálvaro, Juan Carlos Morales, Víctor Vargas y Sebastián Hernández, entre otros, después de conseguir un cupo en las semifinales del Mundial de la categoría. La historia es contundente y, hasta el momento, este gran paso se constituye en la participación más destacada de Colombia en un torneo orbital.

A pesar de la caída ante Brasil 2 goles por 0 el equipo dirigido por Eduardo Lara mostró temperamento sin desfallecer un segundo en procura del empate. Esa fue la clave de la selección durante el torneo si se tiene en cuenta que los jugadores siempre se entregaron hasta el último segundo. Después del debut ante México muy pocos le apostaron a una participación exitosa del onceno nacional pues fue parco en ataque y con muy pocas ideas en el medio campo. México lució más sólido y un poco más cerca de la victoria. El empate a ceros sólo sembró incertidumbre. Sin embargo rápidamente Colombia supo mostrar jerarquía y remontó un partido difícil contra China imponiéndose, al final, por 2 goles a 1. La mejoría respecto al partido anterior fue notable aunque lo mejor estaba por venir: con un contundente e histórico 9-1 Colombia se deshizo de Finlandia, la selección dueña de casa.

Con dos victorias y un empate Colombia pasó a la siguiente ronda para enfrentar a Costa Rica, y con dos goles de Harrison Otálvaro los dirigidos por Lara consiguieron el paso a la semifinal. Paralelamente Brasil también venía cumpliendo una gran campaña tras dejar en el camino a Yemen, Portugal, Camerún y a Estados Unidos. Ante Colombia ratificaron su favoritismo.

Colombia llegó a Finlandia después de cumplir un buen papel en el Suramericano de Bolivia, donde ocupó el tercer lugar, incluyendo un triunfo sobre Brasil 1 por 0. La actuación en el Mundial es el resultado de un trabajo serio que, sin bombos ni platillos, se fue consolidando lentamente y ante la incredulidad de muchos. Eduardo Lara, ex director técnico de Deportes Quindío y Atlético Huila, cumplió muy bien su labor de estratega pues no sólo en el campo de juego se vio a un equipo ordenado sino también a unos jóvenes con mentalidad ganadora y agresiva. Individualmente quedó demostrado que sí hay talento y que es necesario que este proceso no se detenga. Los clubes deben cumplir un papel importante pues, sin duda, estos jugadores, que no pasan de 18 años, le podrán dar una mano al torneo colombiano, por estos días tan criticado por su bajo nivel.

La gran lección que deja este equipo es que en Colombia sí hay talento, y que éste da sus frutos cuando se trabaja con seriedad y al país no se le suben los humos.