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| Foto: Guillermo Torres

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Ómar Pérez, el gran ídolo cardenal que dice adiós

Uno de los jugadores más importantes de la historia de Independiente Santa Fe se va de la institución con la que ganó 9 títulos, incluyendo la Copa Sudamericana y la Suruga Bank Cup. Habrá un partido de homenaje organizado por el club.

Juan Pablo Vásquez
10 de enero de 2018

En una fría noche bogotana, los ojos de 35.000 personas estaban puestos sobre él. Empezó carrera, apoyó su pie izquierdo y frenó a mitad de camino. Era un amague. Durante el semestre, se le vio hacer varias veces lo mismo.

Corría el minuto 70 del partido de vuelta de la final. El marcador estaba en tablas, global 1-1, y los hinchas santafereños más que ver el partido, lo padecían. Muchos temían quedar, una vez más, a la espera de un título que se desvanecía cuando más cercano estaba. Recordaban las semifinales con Once Caldas en 2011 y Deportes Tolima en 2010. Ambas igual de dolorosas, ambas de locales en el Campín.

Volvió a tomar impulso, pero esta vez sí pateó el balón con la fuerza y dirección necesarias. La número cinco tomó vuelo, ingresó al área rival y en el descenso fue impactada por la cabeza de Jonathan Copete. Lentamente cruzó la línea, tocó la red y desató la algarabía en las tribunas. El gol de la victoria había nacido en su pie diestro.

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De ahí en adelante, el equipo aguantó las embestidas del Deportivo Pasto y mantuvo la ventaja para coronarse campeón, cosechando así la séptima estrella. Siempre con su capitán y mayor talento al mando, Ómar Pérez.

Y es que el argentino es sinónimo de Santa Fe. Es la máxima figura de una época gloriosa para el cuadro cardenal. Quizá, la mejor de toda su historia.

Antes de él, antes de los años de triunfo, el equipo sufría una larga sequía de más de tres décadas. Muchos entrenadores y jugadores habían desfilado por la escuadra sin obtener logros importantes. Figuras de la talla de Leider Preciado tuvieron que decirle adiós al profesionalismo sin saber lo que era quedar campeón con la camiseta albirroja. Otros, como Agustín Julio, se despidieron con una Copa Colombia, que parece un consuelo si se compara con la cantidad de años dedicados a la institución.

Al mismo Pérez le costó bastante. Se tardaría más de seis torneos en alcanzar la estrella, a pesar de ser parte clave en aquel título de Copa.

Llegó en 2009, procedente de Independiente Medellín, y rápidamente se aseguró un lugar en la mitad del terreno de juego en una posición que cada día está más en desuso. En la final de Copa mencionada, no formó en el once inicial por una molestia física, pero entrando desde la banca anotó en dos ocasiones y extendió la llave hasta la tanda de penaltis. Santa Fe se coronaría campeón y esa sería su primera proeza.

Este triunfo abrió la posibilidad de jugar la Copa Sudamericana y desde entonces, el expreso rojo se volvió un habitual de las competencias internacionales. El continente se acostumbró a ver al equipo liderado por su número 10.

Fue en una de esas participaciones que el capitán cardenal vivió uno de los momentos más emotivos de su vida, cuando, por los cuartos de final de la Sudamericana, jugó contra Vélez Sarfield en el estadio José Amalfitani. Días previos al encuentro, su familia organizó un viaje desde la provincia de Santiago del Estero hasta Buenos Aires para verlo jugar y brindar su apoyo. En el recorrido un árbol cayó sobre el vehículo en el que se desplazaban y ocasionó el fallecimiento de su abuelo, Elio Alfonso Pérez.

El técnico del equipo para aquel entonces, Wilson Gutiérrez, le dio vía libre para abandonar la concentración y atender sus asuntos familiares. Era de esperarse ante la inesperada tragedia. Sin embargo, en un acto de gallardía, Ómar decidió jugar el partido. Esa noche marcó el segundo gol de Santa Fe y, con lágrimas en sus ojos, lo dedicó a su abuelo. La derrota pasaría a un segundo plano, pero esa imagen quedaría guardada en la memoria de los hinchas.

Ya era un ídolo, pero por si había dudas, seis meses después alzó el título de liga. Y así lo continuó haciendo hasta el día de hoy. Desde el 2012, Santa Fe ha quedado campeón de alguna competición, por lo menos, una vez al año. La hinchada pasó de la pena y la derrota a acostumbrarse a ver al “pelado” levantando copas.

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En el último tiempo no tuvo la trascendencia de sus primeras campañas vestido de rojo, pero siguió colaborando en la medida de lo posible. En la pasada temporada,  Gregorio Pérez utlizó su experiencia en partidos en los que el panorama no es muy claro y Omar le ha sabido corresponder su confianza. A pesar de que su despliegue no es el mismo del pasado, su magia siguía intacta.

Su último partido fue la gran final frente a Millonarios en la que una foto reflejo lo triste de la escena pues se despidió perdiendo el título frente a su rival de patio.

Este miércoles el club oficializó la salida del jugador en un comunicado. "En reunión sostenida por el presidente de Santa Fe doctor César Augusto Pastrana y el ídolo albirrojo Ómar Sebastián Pérez, se determinó de común acuerdo, que el jugador no continuará en la institución cardenal".

La despedida del jugador será en un partido amistoso organizado por el equipo: ""Santa Fe ofreció al jugador la realización de un partido de despedida acorde a la importancia histórica de Omar Pérez para nuestra institución y el fútbol en general, para lo cual dispondrá de toda la logística necesaria para tal fin".

Pérez es el tercer jugador que más partidos disputa con la camiseta albirroja con 367. En los que marcó 77 goles y dio 102 asistencias. Ganó 9 títulos en los que se incluye la Copa SUdamericana y la Suruga Bank Cup, los dos títulos internacionales que a logrado el ‘León‘.

A pesar de su salida Ómar Pérez ya profesó que su amor por el club cardenal será eterno. Una muestra fue una publicación con un mensaje que decía: “Se que no voy a estar para toda tu vida, pero te voy a amar por el resto de mi vida”.