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PUDO MAS EL PERICO

A pesar de haber estado más cerca que nunca, la semana pasada los colombianos vieron alejarse las posibilidades de ganar el Tour.

15 de agosto de 1988

El perico acabó derrotando al café. A esa conclusión se llegó al cabo de la segunda semana de uno de los Tours de Francia más intensos y sorprendentes de que se tenga memoria, cuando el pedalista español Pedro "El Perico" Delgado apareció como líder indisputado de una prueba que este domingo llegará a su fin en París. A pesar de tener todas las credenciales del caso, nadie se imaginaba que este segoviano de 28 años se ajustara tan bien una camiseta amarilla, que en un momento dado pareció estar preparada para un colombiano.
Y es que la segunda semana del Tour tuvo de todo. En tres duras etapas de montaña muchos de los favoritos sucumbieron de una manera tal, que el abanico inicial quedó reducido a escasos cinco nombres, incluidos los colombianos Fabio Parra y Luis Herrera.
Ese veredicto se obtuvo al cabo del paso de los ciclistas por los Alpes franceses. En tres días las ilusiones de muchos se despedazaron ante las subidas que determinaron quién es quién. El calvario comenzó el miércoles, con una etapa de 239 kilómetros entre Besancon y Morzine, que incluía una dura escalada en la frontera franco-suiza y una dificultad adicional pocos kilómetros antes de la meta. Para sorpresa general, el triunfador fue Fabio Parra, el corredor de Sogamoso reclutado hace unos meses por la firma española Kelme. Tras escaparse en un descenso, el ciclista colombiano mantuvo su ventaja por espacio de 40 kilómetros y consiguió llegar a Morzine de primero. Ese logro llevó a Parra al estrellato. Olvidado por la prensa especializada que dirigió todas sus miradas a Herrera, el corredor boyacense volvió a demostrar que es un ciclista de primera línea. De todas maneras, el ataque de Herrera era esperado por todos y las cuestas fuertes estaban por venir.
El escenario más favorable era el de la etapa del jueves pasado, corrida entre Morzine y el Alpe d'Huez sobre 227 kilómetros, con final en subida. Lamentablemente, el escalador colombiano no las tuvo todas consigo. A pesar de toda la valentía puesta, Herrera desfalleció a mediados de la competencia, circunstancia que fue aprovechada por Delgado para escaparse y llegar antes a la meta. Ese día Parra volvió a sacar la cara y estuvo a punto de ganar la etapa, si no hubiera sido obstruido por las motos de prensa en el momento de intentar una arrancada. Con esos antecedentes mucha gente pensaba que los colombianos se verían favorecidos en la contra-reloj individual del viernes, cuyo trazado era montañoso. Sobre el papel parecía que todo estaba listo para un triunfo de los escarabajos.
La realidad fue mucho más amarga. La etapa fue una mezcla de plano y media montaña, que resultó fatal para las aspiraciones nacionales. Como si eso fuera poco, Delgado salió "con todo" y a los pocos kilómetros ya se perfilaba como el seguro ganador. Al final, el español obtuvo una ventaja adicional sobre los dos colombianos, con lo cual las diferencias fueron de casi cinco minutos frente a Parra y más de seis en relación con Herrera.
Con esa nota se cerró el capítulo de los Alpes correspondiente al Tour de 1988. El sábado pasado los pedalistas viajaron a los Pirineos, en donde continuó la montaña con resultados que se desconocían en el momento de escribir este artículo.
Ese enigma quedó flotando la semana pasada, tras la victoria de Delgado en la contra-reloj. La fortaleza del pedalista español fue reconocida por todos sus rivales y dadas sus capacidades en la montaña, se veía difícil un repunte de los colombianos. Aunque en términos matemáticos todo puede pasar antes de que la carrera termine en París, lo cierto es que la semana pasada pocos especialistas dudaban que "El Perico" iba a seguir vestido de amarillo.
En cuanto a los colombianos, así no alcancen el triunfo, pueden darse por bien servidos. El cuarto puesto de Parra y el quinto de Herrera al cierre de la semana, confirmaron que esta es la mejor presentación del ciclismo nacional desde que se está compitiendo en la ronda francesa. A pesar de que en Colombia hubo cierta decepción al saberse que los resultados de la contra-reloj fueron malos, también se reconoció que lo alcanzado fue mucho mejor de lo que se esperaba hace apenas unas semanas.
Ese juicio en cambio, no se le aplica a los ciclistas franceses que fracasaron estrepitosamente. Aparte de compartir el liderazgo de la antipatía, ni Jean Francois Bernard ni Laurent Fignon pudieron responder al favoritismo que tenían al comenzar el Tour. Bernard desfalleció en la etapa del jueves y llegó a la meta con un retardo de 23 minutos, debido a una supuesta infección renal. Fignon se "murió" en la del miércoles (18 minutos de retraso frente a Parra) y decidió no tomar la partida al día siguiente. La última carta gala, Charly Mottet, tampoco pudo y se consumiá en la contra-reloj del viernes cuando ocupó el puesto 147 a más de diez minutos de Delgado.
En cambio los holandeses estuvieron de plácemes. A pesar de venir de un país donde las montañas sólo se conocen en fotos, dos de sus hombres -Rooks y Theunise- acabaron la semana dentro del pequeñisimo grupo que conforman los que eventualmente pueden destronar a Delgado.
Esos nombres cierran la lista de sobrevivientes. En los Alpes quedaron tendidos -aparte de los franceses- ciclistas de la talla de Sean Kelly, Andrew Hampsten y Urs Zimmerman. El hecho de que dos colombianos hayan salido relativamente airosos -y que uno de ellos haya triunfado en una etapa- es lo suficientemente positivo para salvar el saldo de la segunda semana del Tour. Si bien Delgado dejó la impresión de ser inamovible de su puesto, la expectativa de un repunte de Herrera o Parra quedó rodando en el ambiente. Por eso, al finalizar la etapa del viernes muchos de los periodistas colombianos que llegaron hasta Villard de Lans tenían una extraña sensación mezcla de alegria y angustia al ver a los dos ciclistas colombianos tan cerca y tan lejos del ansiado triunfo en el Tour de Francia.