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Atlético Bucaramanga: 71 años sin un título

¿Se haría hincha de un equipo que jamás ha ganado un torneo? Para los aficionados del Atlético Bucaramanga, la respuesta es sí. Por eso se han ganado el reconocimiento como una de las hinchadas más fieles del país.

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Se haría hincha de un equipo que jamás ha ganado un torneo? ¿Seguiría siéndolo después de que –década tras década– el esfuerzo nunca fuera suficiente? Para los bumangueses la respuesta es sí. Y lleva siéndolo desde que el Atlético Bucaramanga apareció en 1949. En ese entonces, brillaban los albores del fútbol profesional colombiano, y un grupo de empresarios liderado por Rafael Chaberman decidió que Santander no podía quedarse por fuera. No obstante, su debut en el torneo profesional –el segundo de la historia del país– dejó al equipo en el puesto 11 entre 14 competidores.

Esa campaña trazó el sendero de los ‘leopardos’ por las casillas inferiores de la tabla, siempre acechantes. Pocas veces el Bucaramanga salió de la maleza para lanzarse a la cacería de la estrella. Sucedió en 1958 al alcanzar el tercer puesto gracias al impulso de jugadores como José Américo Montanini y Germán ‘Cuca’ Aceros. Y no fue hasta 1997 que los ‘leopardos’ se metieron por primera vez en una final, quedando subcampeones frente al América. Pero nada de eso salvó al equipo de los descensos, el primero en 1994 y el segundo –que duraría siete años– en 2008.


¿NO SE CANSAN DE ESPERAR?

A pesar de todo, la capital santandereana se niega a perder la esperanza. Barras como Fortaleza Leoparda Sur ha mantenido encendida la llama amarilla incluso durante los años más oscuros y se ha ganado el reconocimiento como una de las más fieles del país. Para ellos no se trata de vencer. “Para mí va más allá de una simple camiseta, es un símbolo de identidad. Representa muchas de las cosas que somos como departamento y como ciudad. Representa la tenacidad”, explica el barrista y músico Richi Oviedo, quien pasa su tiempo libre orquestando los cantos que ensordecen la cancha. “El hecho de estar ahí siempre, sin haber ganado nada, es porque somos personas que tenemos un arraigo profundo por nuestros símbolos”, añade.

La pasión por este equipo huérfano de estrellas es algo que conoce bien el director Andrés Torres, quien persiguió –a lomo de tractomula– al Bucaramanga en su camino al ascenso junto con los ‘leopardos’ más aficionados. En su documental titulado Fortaleza (2019), adolescentes con el escudo tatuado en el pecho se juegan la vida en la carretera para animar a su equipo.

Y es que, aunque incomprensible para muchos, esa temeridad se debe “a la necesidad de creer en lo propio, de llevar el nombre de la ciudad”, analiza Torres. Porque gritando en las gradas y vestidos de amarillo es el único momento en el que los bumangueses de todo tipo se reúnen y las banderas de barrios ‘gomelos’ se juntan con los más ‘populares’. Por eso los ‘leopardos’ nunca se cansarán de esperar ni de rugir en el estadio. Como buenos depredadores, no pararán hasta cazar la estrella.